La crisis financiera causada por la pandemia tendrá un mayor impacto sobre la sostenibilidad de los sistemas públicos de pensiones debido al endeudamiento que generarán los estímulos económicos aprobados por los gobiernos, según afirma este año el Mercer CFA Institute Global Pension Index (MCGPI), anteriormente conocido como Mercer Melbourne Global Pension Index.
En este entorno económico, el crecimiento salarial se presenta muy limitado y la escasa rentabilidad de las inversiones, debido a los bajos tipos de interés y retornos de la inversión, están planteando retos adicionales a la mejora de los sistemas de pensiones. A este panorama se suma la brecha entre las pensiones que perciben hombres y mujeres, que pone en una situación precaria a una gran parte de la sociedad española, donde las pensiones de la población masculina superan a las de la femenina en un 30%.
“Los gobiernos de todo el mundo han respondido con fuertes estímulos socioeconómicos para hacer frente a la crisis financiera, provocada por la pandemia; cuestión que ha añadido más carga a la deuda soberana y reducido la capacidad financiera de los países para hacer frente al creciente envejecimiento de la población”, reflexiona el Dr. David Knox, autor del estudio y socio de Mercer.
“El riesgo a una reducción en la cuantía futura de las pensiones está aumentando la tendencia en contrataciones de planes de pensión de aportación definida, en lugar de los tradicionales planes de prestación definida. Esto implica una mayor responsabilidad de los propios ciudadanos para obtener unos ingresos adecuados en el momento de su jubilación, que necesitan una mejor regulación que les proteja», explica Knox.
El MCGPI es un proyecto de investigación colaborativo entre Mercer, el Centro de Estudios Financieros de Monash (MCFS) y CFA Institute. El índice compara 43 sistemas de jubilación en todo el mundo y cubre dos tercios de la población mundial (65%). El estudio establece un ranking global, utilizando más de 50 indicadores para asignar un valor a cada uno de los tres subíndices según su peso: suficiencia (40%), sostenibilidad (35%) y buen gobierno/ comunicación (25%). Este año, el índice ha incorporado cuatro nuevos países al estudio: Islandia, Uruguay, Taiwan y los Emiratos Árabes Unidos.
Tres razones que motivan la brecha de género en las pensiones
Este año, el MCGPI destaca la brecha entre la cuantía de las pensiones que reciben hombres y mujeres. Según el estudio los motivos giran principalmente en torno a tres cuestiones: de un lado la configuración del mercado laboral, con mayores ratios de trabajo parcial en mujeres, mayor número de períodos de carencia debido al cuidado de familiares y menores salarios en general.
Por otro lado, la configuración del sistema de pensiones, que favorece que esta situación se agrave debido a cuestiones como una menor contribución a la pensión durante la baja parental, la ausencia de cotizaciones durante el cuidado a niños o ancianos -en muchos de los sistemas salvo en Canadá, Finlandia, Alemania o Reino Unido-, y la falta de indexación al IPC de las pensiones durante la jubilación, que tienen un mayor impacto en las mujeres debido a una mayor esperanza de vida.
Además, factores socioculturales como mayor dedicación al cuidado familiar, menor conocimiento financiero o los estereotipos en educación, contribuyen a aumentar estas desigualdades. Para paliar esta grave situación, el estudio recomienda eliminar las barreras de acceso individual a planes de empleo de empresa, al margen del nivel salarial, el tipo de jornada laboral o la antigüedad de los empleados. Y añade que, los planes de pensiones deberían incorporar contribuciones para aquellos empleados que deban dedicarse temporalmente al cuidado de familiares en detrimento de su salario profesional.
El estudio concluye que la desigualdad de género en las pensiones afecta a todos los países analizados con una brecha que oscila entre un 25% y puede llegar a alcanzar el 50%, siendo la media de los países de la OCDE del 25%.
Islandia obtiene el valor más alto
En esta edición del ranking, el valor más alto lo ha obtenido el país debutante en el estudio: Islandia, que ha obtenido una valoración de 84,2 puntos gracias a tres factores determinantes: una pensión pública generosa, un sistema privado de pensiones con elevadas contribuciones y una regulación adecuada para este sistema. Le sigue de cerca el tradicional ganador: Países Bajos, con una puntuación de 83,5 que ha ocupado el primer o segundo puesto durante los últimos 11 años. Tailandia continúa siendo el país peor valorado con una puntuación de 40,06.
Según Miguel Ángel Menéndez, director de Retirement en Mercer España: “España está inmersa en un proceso de reforma que está generando una gran incertidumbre y desacuerdo, sobre todo en cuanto al aumento de la edad de jubilación y la forma de cálculo de la pensión de jubilación”, y continúa argumentado que “mientras no consigamos asegurar la suficiencia del sistema público de pensiones para dar cobertura a las generaciones futuras, las fórmulas privadas de jubilación son la opción más segura. Motivo por el cual deben ser urgentemente reguladas y estimuladas”.
Para cada subíndice, los valores más altos fueron Islandia para la adecuación (82,7), de nuevo Islandia para la sostenibilidad (84,6) y, por último, Finlandia para la integridad (93,1). La puntuación más baja corresponde a India para adecuación (33,5), Italia para sostenibilidad (21,3) y Filipinas para integridad (35,0). En comparación con el estudio del año pasado, los países que han demostrado un mayor avance han sido Reino Unido (9ª puesto con 71,6 puntos) y China (28º puesto con 55,1 puntos), gracias a un proceso de profunda reforma de su sistema de pensiones que ha mejorado su regulación y el impacto en los resultados.
España vuelve a ascender en el ranking
España, por su parte, ha vuelto a ascender en el ranking gracias a una mejora general en su puntuación de varios subíndices: 72,9 en adecuación – cuantía de la pensión acorde al coste de vida-, 28,1 en sostenibilidad -capacidad de financiación del sistema público y suficiencia de recursos para generaciones futuras- y 78,3 en integridad -regulación adecuada del sistema público y privado de pensiones) pasando de 54,7 puntos el año pasado, a 58,6 en 2021, y ocupando el puesto 24 de 43 en el ranking general.
Para mejorar su puntuación, el estudio recomienda: incrementar el apoyo a clases envejecidas más desfavorecidas, implementar la incorporación automática a planes de pensiones de empresa (similares a los aplicados en Reino Unido) y facilitar incentivos fiscales al respecto, o aumentar la edad de jubilación. Entre los países de OCDE analizados por este estudio, España ocupa el puesto 19 de 26, sin embargo, posee una de las peores tasas de sostenibilidad junto con Turquía, con apenas 28,1 puntos.
José Luis De Mora, CFA, Presidente de CFA Society Spain: “La pandemia ha incrementado la desigualdad socioeconómica en muchas partes del mundo. Si lo analizamos con una perspectiva de inversión a largo plazo, estamos operando en un entorno complejo, con tipos de interés históricamente bajos y, en algunos casos, rendimientos negativos que impactan en los beneficios. Corresponde a los legisladores y las diferentes partes interesadas de la industria examinar las fortalezas y debilidades de los sistemas de pensiones, y tomar las medidas necesarias con el propósito de brindar mejores beneficios de jubilación a todas las personas, y así cumplir con la promesa de una jubilación segura. Desde CFA Society Spain y CFA Institute trabajamos para ello. Y lo que es más importante: promovemos una educación financiera que ayude a solucionar los retos a los que nos enfrentamos”.
Recomendaciones de mejoras comunes
El estudio destaca por el amplio espectro de sistemas que analiza, incorporando las particularidades económicas, históricas y políticas de cada país. El Índice 2021 ha ampliado contenidos como: el gasto público en pensiones, la inversión ASG (ambiental, social y de gobernanza) y el apoyo a los cuidadores, con el fin de aportar una visión ampliada de futuro. Si bien cada sistema de pensiones tiene un conjunto único de circunstancias, el informe reitera un año más que existen mejoras comunes que se deben emprender para hacer frente a los desafíos del COVID-19 en la economía global. De hecho, el informe urge una reforma para paliar el impacto negativo tanto a corto como a largo plazo en los planes de pensiones de todo el mundo.
Entre las medidas y objetivos comunes que un buen sistema de pensiones debe adoptar, el MCGPI 2021 señala: contar con al menos un 70% de tasa de sustitución de ingresos, que el 80% de la población activa se acoja a un plan de empleo, que los activos invertidos superen el 100% del PIB y que la población entre 55 y 64 años suponga el 80% de la población activa, además de un sólido esquema regulatorio y de gobernanza.
Para contribuir a una mayor paridad de la cuantía de pensiones, el informe MCGPI propone una serie de acciones por parte de tres grupos clave: gobiernos, empleadores y del sector de las pensiones.
Así, plantea la necesidad de que los gobiernos faciliten ayudas al cuidado de los hijos para que las mujeres puedan reincorporarse antes al mercado laboral, doten de mayor flexibilidad de contribución al sistema de pensiones, continúen aportando y cotizando durante períodos de baja, permitan intercambio de periodos de contribución entre cónyuges -incluso en caso de divorcio- y asegurar una edad de jubilación igualitaria entre ambos géneros.
En el caso de los empleadores, propone aumentar la flexibilidad laboral en cuanto al horario de trabajo, eliminar las distinciones entre trabajadores a tiempo parcial y completo o asegurar la equidad salarial entre sus empleados.
Finalmente, la industria aseguradora debería eliminar las restricciones de eligibilidad, incorporar pensiones para cuidadores, retirar las tasas anuales basadas en el género, incorporar métodos de indexación a la inflación, mejorar la comunicación con los potenciales pensionistas -tanto hombres como mujeres- e introducir modelos de cálculo eficaces de la prestación futura.