El 66% de los gestores de fondos de pensiones encuestados consideran las inversiones pasivas como una parte establecida y madura de su cartera, según un informe realizado por la consultora CREATE-Research e impulsado por DWS.
Según este informe, el fondo de pensiones medio posee el 32% de sus inversiones en productos o soluciones pasivas, ya sea en forma de fondos indexados, mandatos de gestión pasiva o fondos cotizados en bolsa (ETF).
Entre los inversores pasivos, se observa un cambio desde los índices ponderados por capitalización bursátil a las estrategias smart beta, basadas en factores, ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) y otras estrategias temáticas. De hecho, casi el 50% de los fondos de pensiones planean incrementar sus colocaciones de activos en ESG en más de un 5%.
De cara al futuro, solo el 10% de los encuestados espera que las inversiones pasivas remplacen a las activas. La mayoría espera que ambas coexistan en las carteras.
Thorsten Michalik, responsable regional de Asset Management para EMEA de DWS, explica que, «en la última década hemos visto una reestructuración fundamental de la gestión de activos, en la que que algunas estrategias se han estandarizado y se han hecho fácilmente accesibles a bajo coste, lo que significa que los inversores tienen hoy en día un nivel de alternativas de elección sin precedentes que
puede ayudarles a cumplir sus objetivos de asignación de activos».