Durante décadas, el sistema de pensiones públicas en Europa ha conseguido evitar que las personas mayores en su jubilación cayeran en la pobreza, convirtiéndose en su principal fuente de ingresos y aumentando la calidad de vida en este segmento.
Pero en las últimas dos décadas los cambios estructurales tanto demográficos como sociales han cuestionado la solvencia y sostenibilidad de las pensiones públicas, y el debate de cómo solucionar este problema ha sido y sigue siendo de una gran polémica.
La semana pasada, Fidentiis Gestión junto con Vitalis debatieron varios temas en el evento “La unión de ambos mundos: el futuro de las pensiones”, una mesa redonda en la que intervinieron Abraham Hernández, presidente de Vitalis y presidente de la Sección de Pensiones de la Asociación Actuarial Internacional (IAA) y Elisa Ricón, directora general de Pensiones de Inverco, quienes nos iluminaron con sus ideas y repasaron los grandes retos a los que se afrontan las pensiones públicas en el mundo y en España hoy en día.
La mayor esperanza de vida y el bajo crecimiento de la natalidad han sido, entre otras, algunas de las causas fundamentales que han llevado el sistema de pensiones europeo a una crisis social grave. Además de estos problemas, externos y estructurales, Hernández mencionó otros factores económicos e internos derivados del propio diseño que han contribuido a la crisis del sistema de pensiones público como las bajas aportaciones por ineficiencias en el mercado laboral o el entorno de los bajos tipos de interés.
Sostenibilidad de las pensiones
Según los ponentes la jornada, para garantizar la solvencia y sostenibilidad de las pensiones, no solo bastaría con hacer reformas estructurales a los fondos públicos con reducciones de gastos vía la reducción de prestaciones (socialmente impopular), o aumentar los ingresos subiendo la edad de jubilación o aumentando las tasas de cotización, sino que además sería necesario promover e incentivar el ahorro privado, y de manera complementaria a las pensiones públicas para poder vivir dignamente durante el periodo de jubilación.
Por un lado, el presidente de Vitalis comunicó ideas innovadoras que han sido un paso adelante para facilitar a las personas a aumentar su ahorro, incentivándolas a través de nuevos mecanismos. Dentro de estas innovaciones destacó el proyecto de “Millas para el Retiro”, una empresa de Vitalis, que ya opera en México y que ha sido elegido por la fundación Mapfre como uno de los proyectos de innovación social que podrían contribuir a disminuir la pobreza en la vejez.
Ricón, a su vez, proponía el ahorro privado a largo plazo y de forma complementaria a las pensiones públicas, y argumentaba que para poder impulsar el ahorro se necesitaba que se dieran incentivos fiscales junto con un régimen fiscal estable, concienciar a la población ampliando información y transparencia sobre los planes de pensiones, dando datos fiables sobre la pensión estimada a recibir (recalcando que España es uno de los países de Europa que no da información) e instaurar un hábito de ahorro entre la población.
En conclusión, dijeron, la obligación de todo estado es implantar conciencia, introducir enfoques prácticos, comunicar retos y problemas y establecer las condiciones necesarias para promover el ahorro a largo plazo, y explicó Ricón, hay que querer y asumir una mayor responsabilidad si queremos tener una buena calidad de vida en la jubilación.