El Instituto Español de Analistas Financieros (IAEF) y la Fundación de Estudios Financieros (FEF) han presentado el documento “Retos financieros pendientes de la economía española”. Dentro de los desafíos a los que se enfrenta la economía española no han faltado los dos puntos más recurrentes en todos los debates, la sostenibilidad del sistema de pensiones público y los retos que la longevidad traerá a la economía española.
María Isabel Cambón del servicio de estudios de la CNMV ha analizado las decisiones de ahorro e inversión de los españoles. Con este análisis, según Cambón, el objetivo principal era detectar las tendencias y ver el destino de los recursos de la sociedad española, comparándolos con nuestros vecinos de la zona euro.
“La tasa de ahorro de los españoles es sistemáticamente inferior a la de casi cualquier país de la zona euro, e incluso cuando en 2008 empezó la crisis y aumentó el ahorro, fruto de la precaución de los hogares, España no llegó a la media europea, además después de la crisis ha vuelto a caer”, aclara la responsable de la CNMV.
Entre las razones de esta tendencia decreciente, María Isabel Cambón ha señalado a la expansión económica, la cual ha podido favorecer al consumo, el posible aplazamiento de muchas decisiones de consumo de los hogares durante la crisis o la distribución de la renta “vemos un número significativo de hogares con rentas reducidas que tienen problemas para ahorrar”, aclara Cambón.
¿A dónde va el ahorro de los españoles?
María Isabel Cambón ha señalado que la población española prefiere destinar sus ahorros a activos no financieros, especialmente inmuebles. “Mientras que la inversión anual per cápita de los españoles en activos financieros se sitúa en 624 euros, en la zona euro es de 1.432”, aclara Cambón.
Para resolver esta situación apuesta por perseguir un mayor equilibrio en las inversiones de los hogares, incentivar el ahorro y dar más relevancia al papel de la educación financiera como motor que ayude a una mejor planificación e inversión, todo esto considerando los retos que el envejecimiento de la población provocará en las tendencias de ahorro, consumo e inversión de la población española.
Al hilo de esta última tendencia, la longevidad, José Luis Martínez, de Inverco ha expuesto los resultados de su análisis y las consecuencias que este envejecimiento de la población traerá a España.
“El déficit de la Seguridad Social de 2018 ha sido de 1,6% del PIB, el gasto en pensiones y prestaciones suponen más del 40% del gasto total. A esto hay que añadirle un nuevo problema, la evolución demográfica que trae longevidad, lo que conlleva un mayor gasto público” ha aclarado Martínez.
Ante este deterioro de las cuentas públicas, Martínez ha señalado que puede haber dos caminos, actuar por el lado de los ingresos o del gasto. “Actuar vía impuestos tiene sus consecuencias que afectarán a los pensionistas y al consumo, por ello la mayoría de los países se han inclinado por el lado del gasto. Se tomen las decisiones que se tomen, las reformas van a conllevar una reducción notable de las prestaciones” ha aclarado Martínez.
¿Qué alternativa puede ofrecer el sector privado?
La solución que marca el responsable de Inverco pasa por el ahorro como una práctica que complemente la pérdida de ingresos de los futuros pensionistas. “Todo ahorro vale, pero el producto de ahorro finalista es el plan de pensiones, en España su desarrollo ha tenido una serie de obstáculos y por eso no alcanza el nivel o la calidad de otros países”. Entre los obstáculos que frenan el ahorro y la contratación de planes de pensiones Martínez ha señalado los siguientes:
– Elevada tasa de sustitución del sistema público, debido a esto el ciudadano no percibe la necesidad de ahorrar porque las pensiones son muy generosas.
– Ahorro centrado en el sector inmobiliario: casi el 80% de los activos en España son no financieros, “la compra de una vivienda necesita mucha financiación y detrae muchos recursos para el ahorro” aclara el experto.
– Insuficiente información.
– Desequilibrio en el diseño de incentivos fiscales frente a otros países.
Como alternativa, plantea la potencicación de sistemas individuales de capitalización de aportación definida. “Estos es algo que el sector privado puede ofrecer y aportaría los ingresos extras que complementarían las pensiones. La solución serian los planes de pensiones de empleo, que hacen ahorrar de forma quasi- obligatoria. Podría funcionar en España y la experiencia internacional lo avala, tenemos el caso de Reino Unido en el que ha sido un éxito rotundo”.
Ante esto, Martínez no cree en el fin de nuestro sistema público de reparto, sino en la necesidad de diversificar las fuentes de nuestra pensión para aliviar la presión que las las finanzas públicas van a soportar por la evolución demográfica.