Tradicionalmente, las aportaciones a planes de pensiones se concentran en el último trimestre del año, y más concretamente en el último mes. Es, por un lado, cuando la mayoría de personas se acuerda de su plan y decide aportar el dinero que le sobra del año para beneficiarse de la deducción en la declaración de la renta y, por otro y teniendo en cuenta este hábito, cuando las entidades financieras hacen las campañas comerciales para captar clientes en este tipo de productos.
Según un informe sobre la industria de planes de pensiones en España realizado por Abante, el 56,19% de las aportaciones brutas trimestrales a planes de pensiones individuales se realizan en el último trimestre (media desde 2003 hasta 2017). Este comportamiento del ahorrador tiene un coste en la rentabilidad que consigue en el largo plazo. Si tomamos los precios medios de cierre del Ibex 35, esperar a hacer la aportación al último trimestre habría sido un 2,18% más caro en lo últimos quince años, o un 1,65% en los últimos cinco, según este informe. Esto se traduce en que el grueso de las aportaciones se realizan cuando más caro está el mercado.
El 44% de las aportaciones de este año han ido a bolsa
El patrimonio en planes de pensiones invertido en renta variable ha ido aumentando hasta representar un 40% en 2018, no solo por el efecto de la revalorización de la bolsa, sino también por el incremento de las aportaciones en planes que tienen un porcentaje invertido en este activo.
Según Abante, cabe destacar que los inversores mantienen un perfil mayoritariamente conservador cuando se trata de los planes de pensiones. Si nos fijamos en la categoría que cada año ha captado más aportaciones, vemos que la clara ganadora es la renta fija mixta (entendiendo estos como aquellos con un 35% de la cartera invertida en bolsa), excepto en 2010 y 2012, cuando las campañas comerciales pusieron el foco en los garantizados, y en 2001 y 2003, cuando se invirtió mayoritariamente en renta fija a corto plazo.
Así, como se puede ver en el siguiente gráfico, en 2017, del total de aportaciones 1,4 millones se canalizaron a través de planes de renta fija mixta, frente a 1,3 millones del año anterior o 987.000 euros de 2010. Y 996.000 euros se invirtieron el año pasado en renta variable mixta, por encima de los 756.000 de 2016; en 2012 la cantidad fueron 201.000 euros. En total, el 44% de las aportaciones se ha destinado este año a renta variable.