En España, casi un 70% de los jubilados vive únicamente de la paga de su pensión bajo el paraguas de un sistema de reparto. Uno de cada 3 euros de gasto público va dirigido a esta partida, sin embargo, pese a la enorme cantidad de recursos que consume, no es suficiente.
Según los expertos de Value School: «La realidad del sistema de pensiones español, que no tiene ningún tipo de garantía futura, demuestra que no es una red de seguridad». Las contribuciones no se guardan en una ‘hucha’ de reserva asegurando futuras pensiones. Con el sistema de reparto, las cotizaciones del momento pagan las pensiones del momento. El desequilibrio entre cotizantes y jubilados dispara el déficit. El envejecimiento paulatino de la población, la baja natalidad y los sueldos bajos aumentan el gasto público.
Para analizar el problema de las pensiones y reflexionar acerca de las posibles soluciones, Value School ha lanzado un documental dentro de la serie «Ni es justicia, ni es social«, una coproducción dirigida por el profesor Jesús Huerta de Soto que abordará a lo largo de tres entregas los pilares del Estado de Bienestar: las pensiones, la educación y la sanidad.
Según alertan desde Value School, el sistema tiene un problema serio de sostenibilidad, sin embargo, pocos se atreven a denunciar el verdadero problema: el sistema mismo. «Un sistema quebrado, basado en el paternalismo del Estado, que desincentiva el ahorro y, en general, el crecimiento económico», definen.
Jesús Huerta de Soto, coproductor del documental y catedrático de economía política de la Universidad Juan Carlos de Madrid, explica que “las contribuciones por parte de los que trabajan, los activos, se gastan íntegramente ese año en pagar las pensiones a los jubilados. Es decir, se coge dinero de una mano de aquellos que están trabajando y se gasta íntegramente en pagar las pensiones de jubilados y pensionistas. No hay ningún ahorro acumulado, ni garantía jurídica de que mañana se van a percibir las cotizaciones”.
“Creer que está por un lado el Estado y por otro lado la Seguridad Social con unos ingresos autónomos es una ficción”, añade Domingo Soriano, periodista especializado en economía.
En 2017, el Banco de España confirmaba que las pensiones pagadas hasta el momento habían sido muy generosas, pagando 1,74 euros en promedio por cada euro cotizado. Pero este cálculo ya no es válido y así lo reiteran las reformas que se están proponiendo en la actualidad. Pero, las soluciones como el retraso de la edad de jubilación o la disminución de la tasa de sustitución no son suficientes y no evitarán lo inevitable. Hoy, con una media en EE.UU. y en Europa de 2 trabajadores activos por cada pensionista, el sistema aboca al fracaso.
Huerta de Soto puntualiza que “la Seguridad Social es muy popular, se promete unas pensiones extraordinarias muy superiores al valor que se ha contribuido. Pero hay algo que no se ha podido prever: el envejecimiento de la población. El coste del sistema de reparto de pensiones crece como si fuera una bola de nieve y termina siendo insostenible”.
Como solución, defienden un sistema de capitalización para las pensiones basado en el ahorro y en la acumulación de capital que «acabaría con los insostenibles parches del sistema de Seguridad Social actual e impulsaría el desarrollo económico».
“Hay dos métodos básicos financieros que pueden hibridarse: el reparto, que consiste en pagar las pensiones del momento con las cotizaciones del momento y el método de capitalización, que acumula las cotizaciones para obtener rentabilidad en los mercados financieros y, llegado el momento de la jubilación, generar una renta vitalicia nominal para cada trabajador”, comenta José Antonio Herce, experto en longevidad y pensiones.
“Habría que restablecer un sistema de financiación de las pensiones basado en la capitalización. Un sistema basado en el ahorro y en la acumulación de fondos.”, concluye Huerta de Soto.
No obstante, los expertos son conscientes de que la transición hacia un sistema de capitalización tendría un coste. Según Huerta de Soto, en España el coste de esta transición sería una cuarta parte del coste actual de la Seguridad Social.