Según los datos de la encuesta anual de inbestMe sobre los planes de pensiones, en España hay en torno a 105.000 millones de euros gestionados en planes de pensiones, la mayoría concentrados en planes individuales. El 69% de este patrimonio está invertido en planes de pensiones personales (sistema individual) y el 31% en planes de pensiones de empleo.
En volumen, desde el 2017, los planes de pensiones individuales han pasado del 67% al 69% en detrimento de los planes de empleo que han reducido su porcentaje del 33% al 31%. Además, el 78% de los partícipes se decanta por la vía individual mientras que el 22% son partícipes en planes de pensiones de empleo. Aunque es una tendencia que puede que haya empezado a cambiar: los partícipes en planes de pensiones de empleo se mantienen casi estables mientras que los partícipes en planes de pensiones individuales se han reducido en un 3%.
A pesar de que las cifras puedan parecer grandes, los españoles sólo destinan en torno al 5% de sus ahorros a planes de pensiones, aunque el 2019 se incrementó ligeramente hasta el 5,2%. Los depósitos bancarios con un 38% siguen siendo el principal vehículo donde depositar los ahorros, seguida de la inversión directa con un 29% y en tercer lugar la inversión en fondos de inversión con un 14%.
La finalidad principal real de los planes de pensiones sigue siendo la jubilación. Tanto si miramos el importe de las prestaciones (87%) como los beneficiarios (85%) están relacionados con la jubilación. En el informe del año 2019 se pudo comprobar que es un producto al cual acceden algo más los hombres y a partir de los 40 años, que es donde se concentra el mayor porcentaje de los partícipes (70%).
El 63% de los partícipes tienen un horizonte de más de 10 años por delante, lo que, según el informe, debería justificar una alta o mediana exposición a renta variable. El 46% de los partícipes tienen un horizonte de más de 15 años (rango 46 a 50 o inferior) lo que debería justificar de nuevo una alta exposición a renta variable.
Las aportaciones son esporádicas y el ahorro no está sistematizado
Mirando el comportamiento en relación con las aportaciones a los planes de pensiones se puede concluir que los partícipes no tienen sistematizadas las aportaciones a sus planes de pensiones.
Según el cuadro anterior, el 67% de los partícipes no hace aportaciones a sus planes de pensiones. En cuanto al restante 33%, el 19% lo hacen con una cantidad inferior o igual a 900 euros anuales. Solo el 1,7% de los partícipes se acerca a los máximos (de 6.001 a 8.000 euros).
“Este argumento se ha utilizado como uno de los motivos para bajar la reducción a los planes individuales. Pero curiosamente esta cifra es igualmente baja en los planes de empleo (1,6%) una décima menos que para los planes de empleo. Fuentes del sector bancario confirman que la mayoría de las aportaciones se hacen en las últimas semanas, días e, incluso, horas antes del cierre del año. Claramente el partícipe en planes de pensiones no tiene sistematizada la aportación a su plan de pensiones y aporta relativamente poco a su plan, pudiendo ser una indicación de falta de confianza en el producto o de su correcta gestión”, valoran los autores del informe.
Asimismo, el informe destaca cómo el peso de los planes de pensiones en España (8,8%) en relación al PIB es de los más bajos entre los países de la OCDE (media ponderada 53,3%), donde destacan algunos países nórdicos, los países anglosajones, además de países como Australia o Suiza.
Factores que restan rentabilidad: excesivo peso en renta fija, poca adaptación de los planes al ciclo vital y comisiones altas
Si se agrupan todas las categorías de renta fija (+garantizados), estos representan un 61,7% del volumen de planes de pensiones y un 38,3% en renta variable. “Siendo los planes de pensiones productos pensados para la jubilación y por tanto por definición de largo plazo sería más lógico que el peso de la renta variable dominara. En un producto de inversión pensado para el largo plazo sería más lógico asumir algo más de riesgo con productos de renta variable y que el peso fuera, más bien al contrario, 70% renta variable y 30% renta fija”, expresan los autores.
Asimismo, otro de los factores que contribuyen a impedir que los partícipes obtengan mejores rentabilidades es que, en general, la gran mayoría de partícipes contratan un plan de pensiones en algún momento y no lo cambian ni lo adaptan sea bueno o malo.
“Normalmente se tiende a “colocar” un plan de pensiones que sirva para toda la vida, cuando lo normal es que el perfil del plan de pensiones se vaya adaptando a la edad y situación del partícipe. Una solución para esta realidad ha sido crear planes de pensiones con un fecha objetivo, lo que soluciona parcialmente el problema ya que según se acerca la fecha el plan se irá adaptando. Sin embargo, esta solución no es completa porque no tiene en cuenta las diferentes apreciaciones del riesgo ni la posibilidad de que la fecha objetivo cambie”, señalan los autores.
Los planes de pensiones siguen obteniendo en general rentabilidades relativamente bajas, al menos si los comparamos con la evolución de los índices bursátiles mundiales (expresados en euros). Si miramos a más largo plazo según los datos de Inverco, los planes de pensiones individuales arrojan TAEs cercanas al 3% solo en periodos más allá de los 25 años. En periodos de 10, 15 y 20 años se mantienen en rentabilidades muy modestas, 2,2%, 1,7% y 1,4%.
Asimismo, se observa que la categoría que ha tenido mejores rentabilidades ha sido la renta variable o la renta variable mixta. También es cierto que en este último año han sido las que más han sufrido las caídas relacionadas con la crisis.
Otro de los factores que resta rentabilidad a los planes son las comisiones. Aunque han tendido que reducirse por los nuevos límites, siguen estando cerca de los máximos. “Las altas comisiones, la falta de eficiencia de muchos de los planes y un perfilado demasiado prudente están condicionando unas rentabilidades medias, por debajo de la inflación que obtienen en España los planes de pensiones y por tanto el partícipe medio”, sentencia el informe.
Para terminar, los autores concluyen que la situación de los planes de pensiones en España es mejorable. “Está claro que ante una población que tiende a alargar cada vez más su esperanza de vida es imprescindible que tenga alternativas mejores para completar su jubilación. No nos parece positiva, en general, la reducción de los Planes de Pensiones individuales pues todo lo que sea limitar el ahorro/inversión para la jubilación creemos que son malas noticias. Pero, por otro lado, este cambio es un reto para que se creen nuevos planes de empleo competitivos para más trabajadores y autónomos”, expresa.