La OCDE advierte: “Han de tomarse medidas adecuadas y socialmente aceptables para garantizar la sostenibilidad financiera a largo plazo del sistema de pensiones”. Se trata de una afirmación extraída del último estudio de la organización sobre la economía española.
El gasto actual en pensiones representa un 10,9% del PIB español, una media superior a la de la OCDE que se sitúa en el 8%. Además, se prevé que la esperanza de vida siga creciendo, por lo que aumentará el número de mayores, algo que ejercerá mucha presión sobre la fiscalidad española, con una ratio de dependencia muy elevado para 2050, llegando a duplicar el actual.
Para mitigar el efecto del aumento de la esperanza de vida y la baja natalidad, la entidad recomienda, entre otras medidas, vincular la edad de jubilación a la esperanza de vida.
Otro de los desafíos del sistema y que también tiene muy presente el ministro Escrivá, es el de acercar la edad legal a la edad efectiva de jubilación. Para retrasar la edad efectiva de jubilación, la OCDE invita a desincentivar la jubilación anticipada e introducir incentivos para prolongar la vida laboral. Para ello, Escrivá ha propuesto el pago de hasta 12.000 euros anuales por cada año que se retrase la jubilación, optar a un porcentaje adicional de la pensión del 4% por cada año de demora o una combinación de ambas.
“Los incentivos para retirarse pronto deberían reducirse, ya que la edad de salida del mercado laboral en 2018 fue de 61,7 años, por debajo de la media de la OCDE de 64,6 años”, apunta el documento. Con estos datos, la OCDE insiste en que se deberían hacer esfuerzos por desincentivar las jubilaciones anticipadas y alargar el mínimo de años cotizados para acceder al 100% de la pensión pública.
Esto último se podría hacer, según ejemplifica en el documento, incrementando el número de períodos de cotización requeridos para cobrar la pensión íntegra. Asimismo, la OCDE aconseja que estas medidas vayan acompañadas de otras encaminadas al reciclaje profesional de los trabajadores de más edad y así garantizar su estancia en el mercado laboral.
El efecto de las medidas en términos de gasto del PIB
En un escenario base, la OCDE prevé que el gasto en pensiones ascienda hasta el 14,2% del PIB en 2050, pero según se adopten algunas medidas o no el gasto cambiará. Por ejemplo, la entidad señala que la medida propuesta por Escrivá de ampliar el periodo de cálculo a los últimos 35 años trabajados, en lugar de los actuales 25, supondría una rebaja del gasto en pensiones, pasando de unas proyecciones donde el gasto represente el 14,2% del PIB al 13,6% en 2050.
Sin embargo, la medida que más rebajaría el gasto, hasta un 11,9%, sería mantener la reforma de 2013. Esta reforma introduce dos factores, el de Sostenibilidad, que ajustaba la pensión en función de la esperanza de vida, y el de Revalorización, que establecía que la revalorización de las pensiones no podría ser inferior al 0,25% ni superior a la variación interanual del IPC (en el que hace hincapié la tabla de la OCDE). Suspender definitivamente el Factor de Sostenibilidad llevaría a un gasto del 15,1%.
En los peores escenarios se encuentra una disminución de la migración (16,1%) y tasas de paro más altas (15,4%).