La recurrente batalla entre gestión activa y pasiva se traslada al terreno de los planes de pensiones. Cada vez hay en el mercado más productos de ahorro para la jubilación que replican el comportamiento de índices a pesar de que este estilo de inversión solo representa el 1% del total de la inversión en fondos en España. En opinión de Martín Huete, cofundador de Finizens, «la gestión pasiva tiene todo el sentido en la inversión a largo plazo, aunque no significa que no podamos dedicar una parte de nuestra cartera a la inversión a fondos o planes de gestión activa».
Durante la mesa redonda “Hacia la Independencia de las Pensiones” organizada por Finizens, Huete ha explicado que un ahorrador debería destinar entre el 70% y el 80% de su cartera para la jubilación a productos de gestión pasiva y el resto a productos activos.
Huete recuerda, por un lado, que menos del 15% de los gestores activos baten a su índice de referencia y, por otro, que solo el 10% del performance (resultado) de un fondo de inversión o plan de pensiones corresponde al stock picking. «El 90% es producto del asset allocation y eso consiste en diversificar globalmente tanto en mercados como en sectores. Esa es precisamente la magia de la gestión pasiva», añade Huete.
En cuanto a los costes, las comisiones más baratas de la gestión pasiva redundan en el ahorrador que, a juicio de Huete, «debe pegarse a un índice diversificado, realizar aportaciones periódicas y hacer como Ulises dejándose atar al barco para no escuchar los cantos de sirena (ruido del mercado)».
Sin embargo, los fondos o planes de pensiones de gestión pasiva tienen que lidiar con «el poder de la marca» de los grandes bancos. «Este es un negocio de largo plazo y hace falta que la gente esté cómoda con la gestión pasiva», afirma Juan José Cotorruelo, director de Vida y Pensiones de Caser. Para Huete, este es un asunto clave ya que «en España los bancos han vendido planes de pensiones para tener cautivo al cliente».
Planes de empleo que incentiven a los trabajadores por su comportamiento
Las empresas y el impulso de los planes de empleo es otra de las grandes asignaturas pendientes en España. Para Cotorruelo es momento, de hecho, de que la industria les aporte soluciones innovadoras y, en esta línea, ha avanzado que en Caser trabajan junto a Finizens en el lanzamiento de un plan de empleo en el que las empresas puedan ofrecer incentivos al ahorro del trabajador en base a sus comportamientos. «Es un concepto similar al que ya ha lanzado AXA, pero mucho más rico», ha explicado.
Otro gran hito en la industria será la posibilidad de que las gestoras internacionales puedan comercializar en España planes de pensiones, algo que de momento tienen vetado. En opinión de Cotorruelo, «esto está avanzando más deprisa de lo que parecía y el obstáculo de las ventajas fiscales en España no lo está impidiendo. Cuando lleguen enriquecerá la oferta», concluye.