Muchos expertos consideran que las cuentas nocionales podrían ser una de las soluciones al déficit del sistema público de pensiones. Este sistema nació en Suecia en 1994 cuando el país nórdico se replanteó su sistema de pensiones a raíz del incremento de la esperanza de vida, tal y como ocurre en España, uno de los países más envejecidos del mundo.
El profesor de Economía de la Seguridad Social, Edward Palmer, fue el diseñador de este sistema de cuentas individuales de contribución, que lleva empleándose en Suecia más de dos décadas, y que acabó por llamarse cuentas nocionales. Letonia, Italia, Polonia o Grecia son algunos de los países que abren estas cuentas virtuales a cada trabajador para dividirlas en el momento de la jubilación entre el número de años que le falten por vivir conforme a la esperanza de vida en su país.
Según explican desde el Instituto Santalucía, las cuentas nocionales es una fórmula para calcular la pensión basada en cuentas virtuales donde se van anotando las cotizaciones de los trabajadores a lo largo de toda su carrera laboral. Unas cantidades que, además, se actualizan con una tasa (de rentabilidad nocional) ligada al crecimiento de la masa salarial y a las proyecciones de crecimiento económico a largo plazo. De esta forma se iría acumulando un capital virtual que en el momento de la jubilación se convertiría en una renta vitalicia. A esa cuenta, toda persona podría acceder para comprobar cuál sería el importe de su prestación y, de no considerarla suficiente, poder tomar la decisión de complementarla con ahorro previsional.
En el momento de la jubilación, ese importe acumulado se divide por el número de años que resten según la esperanza de vida y ese resultado será el que se perciba como prestación. Es necesario resaltar que este sistema sigue siendo de reparto, por lo que las pensiones actuales se pagan con las cotizaciones de los trabajadores actuales. Los cotizantes, por tanto, según aclaran desde el Instituto Santalucía, no tienen sus aportaciones en un fondo propio, por lo que este sistema nunca puede considerarse como un sistema de capitalización. De igual manera, la cuenta de cada cotizante no es real, solo es virtual, ya que las cotizaciones no son depositadas realmente en una cuenta ni se invierten en el mercado financiero ni, por tanto, se benefician de la rentabilidad que pudiera obtenerse de su inversión; de ahí el nombre de cuenta nocional o virtual o teórica.
Ventajas y desventajas de las cuentas nocionales
Según un informe del IAE, el sistema contributivo de jubilación español devuelve un 51% más de lo que recibe. Por lo que las cuentas nocionales contribuyen notablemente a la sostenibilidad del sistema, ya que lo que recibe cada uno se corresponde directamente con lo aportado al sistema.
Lo que muchas instituciones expertas en la materia como, por ejemplo, el Instituto Santalucía, defienden es que este sistema de cuentas nocionales sea complementario al actual que existe en España, un sistema contributivo. “No se trata, por consiguiente, de transitar hacia un sistema de capitalización, que para eso están el segundo y tercer pilar del sistema (planes de empleo y planes individuales) sino de mantener un sistema contributivo de reparto como el actual, en el que se introducen cuentas personales virtuales como instrumento para el cálculo de las pensiones”, expresan desde la entidad.
Entre las ventajas que encuentran en la Instituto Santalucía, la principal es la trasparencia que otorga de lo que se cobrará en un futuro. “Esta transparencia en el cálculo de la pensión permite adaptar la vida laboral a las aspiraciones de la prestación por jubilación. De este modo, el sistema de cuentas nocionales puede suponer un incentivo para alargar de forma voluntaria una vida laboral para cubrir su futura pensión”, explican.
En paralelo, da la posibilidad de organizar el ahorro personal. Si uno considera que lo que percibirá no es suficiente para mantener el nivel de vida deseado, podrá complementar esta pensión con ahorro previsional, es decir, ahorro particular invertido en un producto financiero destinado a la jubilación, como un plan de pensiones.
Desde el punto de vista del sistema público de pensiones y la sostenibilidad del mismo, el procedimiento tiende a hacer que el gasto en pensiones crezca al mismo ritmo que las cotizaciones, garantizando así al menos de forma aproximada el equilibrio financiero del sistema de pensiones.
Entre las desventajas que podría haber, se encuentra el problema de la suficiencia, es decir, si las pensiones así calculadas serán suficientes y si serán necesarios otros mecanismos. Asimismo, puede suponer un problema cómo se haga la transición del modelo actual al de cuentas nocionales.
Sin embargo, Robert Meneu Gaya, Universidad de Valencia, señala que «el cambio de sistema no tendría porqué suponer un coste para ninguna generación, ya que se pasa de un sistema de reparto a otro de reparto por lo que no hay que realizar una cotización adicional como si se estuviese pasando a un sistema de capitalización». Asimismo, señala que tampoco habría ninguna diferencia en el momento de revalorizar las pensiones. «El único momento donde sí hay diferencias individuales es cuando se calcula la primera pensión pero se podría suavizar si se establecen edades de corte. A partir de cierta edad se podría seguir aplicando el sistema anterior hasta cierta edad donde se aplicaría el sistema de cuentas nocionales y entre ambas edades se combinarían ambos sistemas», concluye.