Un cambio de ciclo en el mercado que aún no se ha traducido en las carteras de inversión de los mayores fondos de pensiones de empleo. Esta es una de las principales reflexiones que ha dejado el encuentro del TOP40, en esta ocasión centrado en “Los fondos de pensiones de empleo del mañana”, organizado por séptimo año consecutivo por Willis Towers Watson.
Durante la jornada, los miembros de las Comisiones de Control con la ayuda del Thinking Ahead Institute (TAI), han debatido en torno a los resultados del estudio para el seguimiento de las inversiones, realizado por el Grupo de Trabajo TOP40. El estudio ha sido respondido por 24 de los 40 mayores fondos de pensiones de empleo, un el 60% del TOP40. Estos 24 fondos representan 23.211 millones de euros, un 77% de los activos de los 40 mayores fondos de pensiones de empleo.
“Los grandes retos a los que se enfrentan las Comisiones de Control inciden en la importancia de avanzar en el desarrollo de la política de sostenibilidad en los fondos de pensiones de empleo”, ha reconocido David Cienfuegos, director de inversiones de Willis Towers Watson España.
El seguimiento de las inversiones del grupo de trabajo del TOP40 llevado a cabo ha permitido analizar los cambios tanto a nivel estratégico como de cartera respecto al histórico de años anteriores. Entre los resultados destaca, por ejemplo, que las carteras de fondos sin objetivos definidos han desaparecido respecto al 11% de 2013 dentro del TOP40 o que la gestión activa ha experimentado un crecimiento en los últimos seis años de treinta puntos porcentuales, alcanzando casi de las carteras del TOP40.
Asimismo, el estudio también destaca que la distribución estratégica de activos únicamente se ha visto incrementada por una mayor inversión en activos alternativos, ya que, dado el entorno actual existe una clara necesidad de huir de la inversión tradicional. Además, la inversión en renta fija europea de países periféricos ha sufrido un fuerte descenso durante los últimos tres años, pasando del 41% al 28%, una caída que se justifica con la creciente inversión en renta fija privada europea mayoritariamente, según el informe.
“La industria debe iniciar el trayecto en la misma dirección que el mercado, pero en cambio vemos que la estrategia de los fondos en renta fija, renta variable y alternativos apenas se ha movido de la foto en los últimos cinco años, lo que refleja que, aunque vamos por el buen camino, nos queda recorrido por delante”, ha remarcado Cienfuegos.
¿Preparados para el cambio?
En la jornada también participó Tim Hodgson, director del Thinking Ahead Group y fundador del TAI, que presentó, junto con Jordi Jofra, presidente del plan de pensiones de CaixaBank, un informe sobre las mejores prácticas en los planes de pensiones de contribución definida a nivel global, elaborado por el TAI.
El objetivo del TAI es promover el cambio y la mejora en la industria de inversiones y asegurar un futuro más sostenible, además de promover un mayor compromiso en la búsqueda del beneficio para el ahorrador final.
“El sistema de aportación definida debe evolucionar desde el sistema actual, caracterizado por una gestión del fondo que busca maximizar rentabilidad con el menor presupuesto de riesgo, hacia un sistema de gestión de la riqueza para toda la vida del partícipe, personalizado para adaptarse a los objetivos y circunstancias personales”, resumió Hodgson.
Según se detalla en el informe, la aportación definida se encuentra ante distintos cambios que afectan al sector, como las tendencias globales, la redefinición del papel de los empleados o la necesidad de desarrollar las principales áreas de gobierno, entre los que destaca como importante punto de partida tener una misión y objetivo claros.
“La reflexión final sobre el futuro de los fondos de pensiones nos lleva a la conclusión de que un fondo de pensiones vale más en un mundo en el que vale la pena vivir”, afirmó Hodgson. Asimismo, señaló cómo la transformación de los planes de pensiones de aportación definida tiende hacia una “hipercustomización” facilitada por las nuevas tecnologías. Se permite así un vínculo real con los beneficiarios de los fondos de pensiones, a través de herramientas de comunicación y gestión cada vez más sofisticadas y que se ajusten mejor a las diferentes circunstancias de cada partícipe.