Todo plan de pensiones lleva aparejada una serie de comisiones. Estas cantidades se suelen expresar con el porcentaje sobre el patrimonio del plan y las entidades gestoras y depositarias tienen unos límites máximos de comisiones a percibir. Principalmente, se cobran comisiones de gestión y depositaría. En cuanto a las comisiones de gestión, para los fondos de pensiones de renta fija el límite máximo se sitúa en 0,85% anual, para los fondos de pensiones de renta fija mixta un 1,30% anual y para el resto de los fondos de pensiones un 1,50% anual.
Asimismo, las comisiones devengadas por la entidad depositaria, incluyendo las retribuciones correspondientes a las entidades en las que se hubieran delegado funciones, no podrán ser superiores al 0,20%.
Al calcularse sobre el total del dinero invertido, las comisiones tienen un efecto directo en el volumen de dinero ahorrado. Por lo que, si son muy altas, podrían llegar a comerse parte de la rentabilidad del plan. De hecho, inbestMe, en su último estudio, sitúa a las comisiones, junto al excesivo peso en renta fija y la poca adaptación de los planes al ciclo vital, como las principales razones de las bajas rentabilidades de los planes de pensiones.
Sin embargo, en los últimos 10 años, según el estudio, las comisiones han cumplido una tendencia decreciente, alcanzando en 2019 una media de 1,18%. Para Jordi Mercader, CEO de InbestMe, los límites ayudan a poner cierta presión a la baja y, asegura que, desde que estos se retocaron, han ayudado a ejercer esa presión hacia comisiones más bajas. “Sin duda, esos límites se podrían reducir algo más”, apunta.
Desde ING consideran que “siempre es bueno que exista un marco normativo que regule los límites máximos de las comisiones de cualquier producto y más, en uno tan a largo plazo como son los planes de pensiones, y donde las comisiones tienen una importancia vital en el capital invertido”. Según valoran, cuando se adoptan medidas de reducción de los límites, permite que los partícipes puedan ver potenciada su rentabilidad, de tal forma que, a menor comisión, mayor rentabilidad en el momento del rescate del producto.
En este sentido, desde ING insisten en que las comisiones son uno de los elementos diferenciadores en un producto a largo plazo, y, por tanto, tiene que ser uno de los aspectos más importantes en los que fijarse a la hora de elegir un plan, ya tiene un claro impacto en la rentabilidad del producto.
¿Cuál es la evolución de las comisiones de gestión y depósito en estos últimos años?
Como se observa en el gráfico superior, elaborado por inbestMe, en 2019, la comisión de gestión media de los planes personales decreció hasta el 1,06%, después de un ligero repunte en el 2018. En cuanto a la comisión media de depósito, esta se ha reducido al 0,12%. El total, sumando ambas comisiones, se ha reducido un 0,10%, sin embargo, con un 1,18%, sigue aún cerca de los máximos permitidos.
“Las comisiones que soportan los planes de pensiones de empleo son mucho más bajas y explicarían por sí mismas la mejor rentabilidad que obtienen estos planes de pensiones. En 2019, la comisión de gestión media de los planes de empleo aumentó un 0,01%. En cuanto a la comisión media de depósito se ha reducido al 0,02%. El total, sumando ambas comisiones, se ha mantenido en 0,23%”, analiza el informe.
A pesar de que la tendencia es a la baja, el CEO de inbestMe, a nivel general, no ve que los servicios tradicionales estén por la labor de rebajar comisiones. “La situación en España caracterizada por una alta bancarización hace que la situación de cuasi oligopolio dificulte esa presión a la baja”, señala.
Sin embargo, insiste en que las comisiones no son el único factor que puede hacer a un plan de pensiones más o menos eficiente. “Sí que hay entidades nuevas como la nuestra con una clara vocación de poner el cliente al centro del problema, aportando nuevos productos para que el cliente tenga alternativas de inversión más eficientes”, señala. “Más allá de las comisiones hay muchos otros factores que pueden contribuir a que los planes de pensiones se adecúen mejor a las necesidades de los inversores”, completa.
A sus ojos, a medida que el inversor descubra estas nuevas fórmulas y que, más allá de los bancos, hay otros servicios financieros alternativos, esa presión a la baja en los límites de las comisiones se incrementará.
La rentabilidad media de los últimos 10 años de los planes de pensiones se sitúa en el 2%
Según recuerdan desde el roboadvisor, de acuerdo con las estadísticas de Inverco y de la DGS de los planes de pensiones, la rentabilidad (TAE) media se ha situado en los últimos 10 años en torno al 2% (poco más que la inflación histórica). “Según nuestro estudio se puede observar 3 factores que lo explicarían: comisiones rozando los máximos permitidos, dominio del peso de la renta fija y estrategias ineficientes de inversión”, expone Mercader.
Desde ING recuerdan que 2020 ha sido un año delicado para la rentabilidad de los productos de inversión, y no ha sido menos para los planes de pensiones. Pero, por otro lado, reconocen que el cambio de tendencia en el comportamiento del mercado en el último periodo del año ha permitido que, a pesar de las circunstancias, la rentabilidad de los planes haya cerrado el año con una rentabilidad positiva del 0,3% de media en el año.
“Sin embargo, como estamos ante un producto cuya estrategia de inversión está diseñada para el largo plazo, es en este horizonte donde el comportamiento del producto se hace más reseñable. A diferencia, de lo que puede ocurrir con otros productos de inversión cuya estrategia de inversión puede tener un horizonte más a corto plazo”, valoran los expertos de ING.