“Las pensiones de hoy y del futuro” es el título de la jornada de debate que Ibercaja organizó el pasado noviembre en el Congreso de los Diputados. Un debate que abordó cuál será el futuro del sistema español de pensiones y que recogió también esas voces críticas, del ámbito de la política y la economía, que advierte que el sistema no es sostenible a largo plazo.
En esta jornada participaron José Luis Aguirre, presidente de Ibercaja; Celia Villalobos, presidente de la Comisión de Seguimiento y Evaluación de los Acuerdos del Pacto de Toledo en el Congreso de los Diputados; Miguel Ángel García, director general de Ordenación de la Seguridad Social; Juan Van-Halen Acedo, presidente de la Asociación de ex Diputados y ex Senadores de Las Cortes Generales, y Carlos
Ocaña, director general de Funcas; además de representantes de los principales grupos parlamentarios.
Todos los intervinientes coincidieron en destacar la importancia de los Acuerdos del Pacto de Toledo y la voluntad común que hay por seguir trabajando a favor del sistema de pensiones. En este sentido, José Luis Aguirre, presidente de Ibercaja, quiso recordar “el necesario consenso entre los partidos políticos, las organizaciones empresariales y sindicales, medios de comunicación y entidades financieras, a la hora de acometer la reforma estructural que el desafío de las pensiones requiere”.
Igualmente, todos los ponentes manifestaron su preocupación porque sea un sistema sostenible, sobre todo que ataje el problema de desequilibrio al que actualmente se enfrenta. “No hay soluciones únicas, ni una medida que de un solo golpe pueda devolver el equilibrio financiero al sistema de pensiones y que garantice que dentro de 40 o 50 años no tengamos que volver a reflexionar sobre ello”, señaló Carlos Ocaña, director general de Funcas.
Cuestión de números
El reto al que se enfrenta el sistema público de pensiones es grande. Según los datos oficinales, el número de pensiones se ha doblado en los últimos 36 años y su cuantía media también se ha duplicado en el mismo periodo. Según explicó Miguel Ángel García, director general de Ordenación de la Seguridad Social, el reto a corto plazo es neutralizar el saldo negativo. “El reto está marcado por el envejecimiento de la población. Hay certeza de que el número de pensiones que habrá que asumir en 2050 habrá supondrá pagar 4,9 millones de pensiones adicionales, que corresponde en su mayoría a las pensiones del baby boom. Tener esto presente es fundamental cuando se tomen decisiones sobre el futuro del sistema de pensiones”, apunta García.
Como es lógico, una menor población, dañaría la capacidad del sistema de recaudar; según García un escenario con menos población activa condena a la sociedad a una situación muy insostenible. Para sostener el sistema, propone, lo primero, mejorar el potencial de crecimiento económico de España. “Menos PIB es menos dinero para pagar pensiones, así que es necesario romper el techo del desempleo, apoyar políticas de natalidad y políticas de inmigración”, propone.
En este sentido, Hernández de Cos, director general de Economía y Estadística del Banco de España, destacó la importancia de la evolución del mercado de trabajo y la productividad de la economía para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones. “La cotizaciones sociales dependen del peso que tienen los salarios en la economía y del tipo efectivo. Ha habido un pequeño incremento del tipo de efectivo y a la par se ha producido una reducción de la participación de los salarios en el PIB. La caída de la participación de los salarios en el PIB se ha visto compensada por un aumento del tipo efectivo debido en parte al incremento de la base máxima de cotización con respecto al salario medio. Ese efecto positivo con la reducción se ha visto compensado con un pérdida de peso del salario en el PIB”, explicó De Cos.
¿Cuestión exclusiva de España?
Durante estas jornadas, también participó Pablo Antolín-Nicolás, economista jefe de la Unidad de Pensiones Privadas de la OCDE, quién comparó el sistema español con otros sistemas europeos. “No hay ningún sistema perfecto; todos tienen su parte buena y mala. Todos los países se enfrentan a los mismo problemas, España no es diferente, lo que sí es diferente es cómo cada uno lo abordo y en eso sí podemos aprender de otras experiencias”, advirtió.
Tras y como trasladó a los asistentes, entre las recomendaciones que la OCDE hace para el sistema de pensiones español se encuentra:
-Es necesario diversificar las fuentes para garantizar la jubilación, ya que un solo sistema no es suficiente
-Las pensiones de capitalización deben ser complementarias a las pensiones públicas de reparto. Éstas se tiene que diseñar de forma global, es decir teniendo en cuenta las que tiene el país
-Separar las fuentes de financiación del sistema pública de pensiones: todo lo que no es contributivo se tiene que separar y llevarlo a los presupuestos del estado. Su objetivo es la lucha contra la pobreza, ya que el sistema de pensiones tiene como objetivo ahorrar para financiar el futuro
-Mejorar el diseño de los sistemas de pensiones de capitalización
-Para afrontar el problema de suficiencia de la pensiones es necesario contribuir más y por periodos más largos. Se debe discutir cómo hacerlo, sobre esto deberíamos estar hablando
“Nuestra labor es aconsejar y dar ideas a los países de la OCDE, pero no es nada obligatorio tomar las medidas que se comentan”, recalcó tras exponer estas recomendaciones. También insistió en la relevancia de la educación financiera ciudadana y en la cultura del ahorro a largo plazo, incluso mencionó la necesidad de una reforma que haga más atractiva los planes de pensiones privados.