La esperanza de vida se ha convertido en el indicador por excelencia a la hora de calcular la edad legal de jubilación en las reformas de pensiones que se están realizando en los distintos países. A pesar de que la tendencia vaya hacia el incremento de la edad legal de jubilación, los expertos consideran que ese aumento puede no ser suficiente para compensar el ritmo al que aumenta la esperanza de vida. Esa es una de las principales conclusiones del último estudio del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones «Edad de jubilación y vinculación a la esperanza de vida: corrigiendo el gap en las estimaciones», realizado por Mercedes Ayuso, Edward Palmer y Jorge Bravo.
La investigación pone de manifiesto cómo las reformas en la edad legal de jubilación actualmente en marcha pueden no ser suficientes para corregir las desviaciones esperadas en el número medio de años de vida tras la jubilación.
El impacto del envejecimiento en las pensiones
El incremento sostenido en la longevidad, las caídas en la fertilidad y el efecto de la crisis económica observada en la última década (a la que habrá que sumar la producida por los efectos de la pandemia) han afectado notablemente a la sostenibilidad de los sistemas de pensiones en los diferentes países, para los que se han realizado o se están realizando reformas de mayor o menor calado. Entre las diferentes reformas hay una que sin duda se está produciendo de forma generalizada en muchos países: el retraso en la edad legal de jubilación.
Una pregunta que surge es si los incrementos que se irán produciendo en las edades legales de jubilación en los próximos años (por ejemplo, en España, en 2027, quedará fijada en 67 años) contribuirán a mitigar la inequidad actuarial entre generaciones y los desequilibrios financieros derivados de las desviaciones en las estimaciones de las esperanzas de vida.
Los resultados de los autores en trabajos previos muestran que el gap entre esperanzas de vida es naturalmente más pequeño a medida que avanza la edad, pero todavía significativo como consecuencia del continuo desplazamiento en las mejoras de mortalidad desde las edades infantiles hasta las edades avanzadas, y que, por tanto, afectará a todos aquellos cálculos en los que intervenga el número esperado de años de vida a partir de la jubilación.
En España, desde el 1 de enero de 2013, de forma general, la edad para solicitar la pensión completa de jubilación está asociada a la propia edad del beneficiario en el momento de la petición y al haber cotizado durante un determinado periodo de tiempo, manteniendo en 2027 los 65 años de edad legal de retiro para aquellas personas que hayan contribuido al menos 38,5 años y alcanzando los 67 años para el resto.
Los resultados muestran que para aquellos trabajadores con largos periodos contributivos (y que, por lo tanto, que se puedan jubilar a los 65 años) el gap entre esperanzas de vida a la edad de 65 años continuará aumentando y se estabilizará alrededor de 1,41 años. Para los trabajadores que no hayan completado el periodo completo de cotización para jubilarse a los 65 años, el gap entre esperanzas de vida a la edad de 67 años se proyecta que se mantenga en torno a los 1,25 años hasta 2050. Esto significa que los aumentos ya aprobados en las edades ordinarias de jubilación no serán suficientes para compensar los gaps significativos entre esperanzas de vida, manteniéndose el desequilibrio actuarial entre generaciones.
El cálculo de la edad legal óptima de jubilación es un proceso que requiere la estimación adecuada del número esperado de años de vida a lo largo del tiempo. Teniendo en cuenta la evolución observada en el fenómeno de la longevidad en países como España o Portugal, resulta conveniente incorporar en el proceso de cálculo aquellas metodologías que recojan el comportamiento tendencial de supervivencia humana.
Como queda demostrado en el informe, las estimaciones periodo de la esperanza de vida llevan asociadas infraestimaciones en el número esperado de años de vida a partir de la jubilación que afectan a la neutralidad y equidad actuarial de los sistemas de pensiones. En la investigación realizada los autores demuestran como la corrección del gap entre esperanzas de vida periodo y cohorte supondría aumentos en la edad actual de jubilación cercanos a los 1,3 años en el caso de España. Se demuestra asimismo como el aumento de la edad de jubilación que se producirá en España hasta 2027 no es suficiente para absorber el gap estimado entre las esperanzas de vida.