Cerca de 10 millones de personas confían en España sus ahorros al seguro en sus diferentes modalidades, según el informe «Estamos Seguros 2017» realizado por UNESPA, la Asociación Empresarial del Seguro.
La oferta de productos de ahorro del seguro es amplia. Abarca planes de previsión asegurados (PPA), rentas vitalicias y temporales, capitales diferidos, planes individuales de ahorro sistemático (PIAS), seguros individuales de ahorro a largo plazo (SIALP) y unit-linked. La mayor parte son productos que ofrecen una garantía de rendimiento anual mínimo y están pensados para personas que no quieren sorpresas con su dinero. Por eso, muchos son contratados para acumular un ahorro para la jubilación. El seguro, no obstante, también incluye en su catálogo productos como los unit- linked, que permiten al cliente asumir unas mayores cotas de riesgo en búsqueda de más rentabilidad.
Una de las conclusiones que arroja el estudio es que la contratación de productos se reparte prácticamente a partes iguales entre hombres y mujeres. Tanto ellos como ellas apuestan por las mismas alternativas para ahorrar dentro del abanico que ofrece el seguro.
Por tramos de edad, los PIAS destacan por ser la opción de ahorro que reúne a una mayor cantidad de gente joven (menores de 35 años) y de mediana edad (36 a 55 años). Las rentas vitalicias constituyen el producto donde existe una mayor proporción de gente de edad más avanzada (76 años o más). Los PPA son, entre tanto, productos que gozan de una gran aceptación entre quienes ven que la jubilación se aproxima (56 a 65 años).
El estudio también analiza cuál es la permanencia del ahorro. Algo más de 1,1 millones de personas mantienen su dinero en el mismo producto durante 10 o más años. Esto refrenda la vocación por el largo plazo que tiene el seguro a la hora de canalizar inversiones.
En España, prácticamente una de cada cuatro personas que ahorra a través del seguro tiene entre 46 y 55 años (23,58%). Le siguen en importancia la gente de entre 56 y 65 años (20,36%) y los situados entre los 36 y los 45 años (18,07%). El predominio de las cohortes de edad media evidencia la relación existente entre el empleo y el ahorro dado que este segmento de población (las personas de entre 35 y 65 años) es especialmente propenso a encontrarse en activo.