Actualmente, el sistema público afronta un gasto en pensiones del 11% del PIB, un porcentaje superior al de la media de los países de la OCDE, la cual ronda el 7,5%. Según ha explicado Ángel Menéndez, director en España del Área de Wealth (Previsión Social y Pensiones) Mercer Consulting, el sistema de pensiones español es un sistema fomentado en el modelo de los tres pilares: la cobertura a través del estado, la previsión empresarial y la individual, sin embargo, el pilar público obtiene demasiado protagonismo y los otros dos prácticamente no complementan.
Otro de los aspectos que caracteriza nuestro sistema es que es de reparto. Es decir, que las cotizaciones de los trabajadores activos pagan las pensiones de los actuales jubilados. Esto se traduce en que nuestro sistema guarda una alta dependencia con la demografía. En este sentido, Menéndez se muestra alarmado ya que los datos reflejan que España es uno de los países más envejecidos y con menores tasas de natalidad.
“El INE prevé que en 40 años seamos un 10% menos de población. Para cualquier nación, un crecimiento vegetativo negativo es dramático porque significa que los activos no seremos capaces de financiar a los jubilados, que, además, cada vez son más y viven más tiempo. Tenemos una esperanza de vida tasada en 82 años y más o menos por cada 10 años vivimos un año o año y medio más. Los hijos que nacen ahora vivirán más de 100 años. Por otro lado, tenemos tasas de fertilidad pequeñas, 1,3 hijos por mujer. Esta combinación de pocos activos y muchos pensionistas hace que haya un déficit en las pensiones”, explica.
Asimismo, a la ecuación del déficit hay que sumar que los ingresos de los trabajadores activos se van reduciendo y, a su vez, el importe de las nuevas pensiones que se van incorporando son aún mayores. “Entran más jubilados y con una pensión mayor”, advierte. Por otro lado, la tasa de sustitución (la pensión que se recibe comparada con el último salario), es una de las más altas de la OCDE, representa el 82%. Es decir, con un salario de 100 euros el ingreso sería de 82 euros, siendo la fuente de financiación el sector público.
¿El COVID-19 acelerará un cambio en el sistema?
Menéndez considera que el COVID-19 y la situación que ha dejado sí puede llegar a ser un punto de inflexión debido al déficit que vamos a alcanzar. “La verdad es que si durante los últimos años hemos tenido un déficit en las pensiones en torno a 18 o 19.000 millones de euros y este año la AIREF ha dicho que el déficit podría rondar el 5% del PIB, estamos hablando de 60.000 millones de euros de déficit, es un punto de inflexión para tomar cartas en el asunto”, opina.
“Creo que es un momento de inflexión y antes de que nos llegue la obligatoriedad desde Europa deberíamos hacer esas reformas estructurales. José Luis Escrivá conoce muy bien el fondo de la cuestión y los números, estoy convencido de que todas las medidas que vaya a tomar irán en esta línea”, añade.
¿Qué hacer para tener un sistema idóneo?
La idea que plantea el experto se basa en intentar equilibrar el sistema público con el privado, ya que tenemos un sistema “muy generoso”. Sin embargo, la pata del ahorro privado en España se queda coja. ¿Ahorramos los españoles? Menéndez ha querido recalcar que sí, pero ahorramos de forma diferente a la de nuestros vecinos, mayoritariamente en forma de ladrillo, es decir, a través de la compra de viviendas.
¿Por qué no ahorramos en la parte financiera? Según el experto, los planes de pensiones necesitan un incentivo fiscal, un empujón por parte de las compañías y mejores rentabilidades. “El conjunto de todo esto hace que el ahorro privado no haya sido como debería. Otro tema muy importante es la educación financiera, es fundamental, al igual que la trasparencia, la comunicación y conocer bien los productos”, añade.
Respecto a las tasas de ahorro, Menéndez ha recordado cómo éstas varían en función del momento del ciclo económico en el que nos encontramos. De esta forma, en momentos de crisis e incertidumbre el ahorro tiende a subir, y en épocas de bonanza disminuye. Por ejemplo, en 2009 ahorrábamos un 14% del PIB, mientras que en 2019 un 7,5%. “Cuando prevemos una recesión las tasas de ahorro se incrementan”, aclara.
Los planes de pensiones individuales y de empleo
Frente a la posible resistencia de muchos ahorradoras a usar los planes de pensiones como un vehículo de ahorro para la jubilación, el experto ha recordado que este producto consigue una rentabilidad un punto por encima de lo que consiguen los fondos de pensiones. “Esa mayor rentabilidad, diferimiento fiscal y una mejor trasparencia haría que la gente invirtiera más”.
La otra pata que completa el ahorro para la jubilación, el segundo pilar, proviene de los sistemas empresariales, una opción que en España no está muy desarrollada, a diferencia de países como Reino Unido, Australia o Polonia. En concreto, Reino Unido ha desarrollado un sistema de previsión empresarial semiobligatorio, donde los empleados son incluidos automáticamente en los planes de pensiones de su empresa.
En España, son pocas las empresas que ofrecen estos planes de empleo, según explica Menéndez, las grandes compañías, las industriales o el sector financiero sí cuentan planes de pensiones para su plantilla. Sin embargo, la mayoría del tejido empresarial español está compuesto por microempresas donde la participación en planes de ahorro es nula. “Nos queda mucho recorrido para incentivar este tipo de planes”. A su parecer, desde el gobierno se está haciendo “poco” para incentivarlo, de hecho, considera que se ha hecho «todo lo contrario».
Si volvemos a la tasa de sustitución, que es del 82% y la compramos con la media de los países de la OCDE que ronda el 60%, sabiendo que el sistema no es sostenible, lógicamente las medidas para mitigar el déficit girarán en torno a la reducción de la prestación y el gasto en pensiones, una situación en la que el ahorro cobrará una importancia incuestionable. “Lo normal es que nos vayamos habituando a tasas de sustitución en torno al 60 o 65%. Cada uno de nosotros, con esta educación e información, deberíamos ser capaces de ver si con esos porcentaje tendremos poder adquisitivo suficiente para mantener nuestro nivel de vida y tener los suficientes años por delante para poder complementar las pensiones públicas con los ahorros privados que aún no hemos conseguido”, añade Menéndez.
Respecto a si se tomarán las medias necesarias, Menéndez ha apuntado que “no puede ser la decisión de un gobierno, tiene que ser conjunta en al Pacto de Toledo, no es un tema de colores, es un tema de país y de generación de ingresos para nuestras próximas generaciones. Es una labor conjunta de todos los componentes”.