El aumento de la esperanza de vida, que en los últimos cien años se ha duplicado, unido al descenso de la tasa de natalidad dan como resultado una “maduración” de la población mundial. En este contexto queda claro que un sistema de pensiones diseñado por Otto Von Bismarck en el año 1889 cuando la esperanza de vida apenas alcanzaba los 40 años, está totalmente desfasado. Como explica David Carrasco Perez de Mendiola, director ejecutivo de pensiones de BBVA, “en la próxima década asistiremos a la jubilación de los babyboomers” y debemos estar preparados para afrontarlo.
Una de las soluciones desde luego no parece que vaya a ser el aumento en el número de trabajadores ya que, como advierte Carrasco, “en 2050 habrá 15 millones de pensionistas y harían falta 27 millones de trabajadores para pagar sus pensiones”. Es decir, casi 10 millones más que en la actualidad cuando en España hay 18,3 millones de cotizantes, según los últimos datos de la Seguridad Social.
Durante un encuentro de CFA Institute Academy for Financial Journalists, Carrasco ha asegurado que, en el caso de España, el factor de sostenibilidad no es el que está en riesgo sino el factor de suficiencia. “El riesgo no es que no vayamos a tener pensiones, sino qué pensión vamos a cobrar”, afirma. Y en este aspecto es clave la tasa de sustitución, el porcentaje de salario que cobrará el pensionista cuando se jubile. Actualmente esta tasa está ligeramente por encima del 80%, pero las previsiones apuntan a que en el año 2050 no sobrepasará el 50%. “Es decir, un salario de 1000 euros que hoy devenga una pensión de 800 euros, en 2050 generará una pensión de 500 euros”, sostiene el experto. Y esto, desde luego, no le es ajeno al ciudadano. Según la IV Encuesta del Instituto BBVA de Pensiones sobre Pensiones y Hábitos de Ahorro en España, el 55% de los españoles tienen claro que su pensión de jubilación futura será insuficiente para vivir.
¿Qué se ha hecho hasta ahora y qué más se puede hacer?
España ha llevado a cabo reformas en los últimos años encaminadas sólo a asegurar la sostenibilidad del sistema de pensiones, es decir, a asegurarlas. El aumento de la edad de jubilación, su vinculación al aumento de la esperanza de vida, el aumento en los años de cotización y para el cálculo de la pensión son algunas de las medidas para este fin. Sin embargo, ha hecho poco o nada para introducir reformas que garanticen la suficiencia y que aumenten la transparencia.
Sobre éste último aspecto, el caballo de batalla actualmente es la comunicación al trabajador de una estimación de su pensión futura. Actualmente apenas 10 países europeos (Alemania, Austria, Croacia, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Portugal, Reino Unido y Suecia) realizan esta comunicación por carta de forma periódica. Para Carrasco, este es un elemento clave a la hora de incentivar el ahorro ya que el 46% de los ciudadanos reconoce sentirse poco informado al respecto. Además, a pesar de que casi el 80% considera aconsejable ahorrar para complementar la pensión de la Seguridad Social, el 68% no ha empezado a hacerlo.
España tiene, a su juicio, como otras asignaturas pendientes la promoción de los sistemas complementarios y el impulso de las llamadas cuentas nocionales que otros países de nuestro entorno como Italia, Letonia, Noruega, Polonia y Suecia, han adoptado. “Lo que nos dicen los ciudadanos sobre las cuentas nocionales es que les parece un sistema más justo que el actual. Al 71% le parecería bien que cada trabajador tuviera su propia cuenta individual en la que fuera acumulando sus cotizaciones a lo largo de la vida laboral, y que la pensión de jubilación se calculara en función de lo acumulado en esta cuenta individual”, destaca Carrasco.
El experto advierte, no obstante, del juicio erróneo de los ciudadanos sobre la generosidad del sistema de pensiones. “Tres de cada cuatro encuestados cree que cotiza más al sistema de lo que recibe y eso no es cierto. Por cada euro de cotización, los pensionistas reciben 1,4 euros actualmente y con la nueva legislación recibirán 1,28 euros”, explica citando un estudio realizado por Enrique de Mesa.
El ahorro complementario, la otra pata en el reto de las pensiones, también preocupa a Carrasco que señala que “el saldo medio de los planes de pensiones es de 10.000 euros y esto sólo permite una renta vitalicia durante la jubilación de 30 euros al mes”.