En un sistema de cuentas nocionales, o cuentas individuales, cuando un trabajador se incorpora al mercado laboral, se crea un fondo virtual donde va sumando, a lo largo de toda su carrera laboral, todas sus cotizaciones a la Seguridad Social que se van capitalizando con una rentabilidad teórica. Este fondo acumulado teórico se transformará en una prestación vitalicia en el momento de la jubilación mediante un factor de conversión. Este factor tendrá en cuenta la esperanza de vida de los pensionistas, por lo que no sería necesario aplicar el actual factor de sostenibilidad que está previsto que entre en vigor en 2019.
Un sistema de cuentas nocionales no sería, sin embargo, «la reforma definitiva» al reto de las pensiones tal y como ha afirmado Enrique Devesa, coordinador del estudio «La implantación de un sistema de cuentas nocionales en España: efectos sobre el sistema de seguridad social” elaborado por el Instituto SANTALUCÍA. Durante su presentación, sus autores han confirmado que un sistema de este tipo reduciría entre un 65% y un 85% el importe de las pensiones públicas. «La reducción dependerá del tipo de interés al que se remuneren las cotizaciones, el crecimiento económico y el factor de conversión. Lo que está claro es que habrá más pensiones con necesidad de complemento a mínimos», ha explicado Devesa.
Tanto Devesa como Robert Meneu, coautor del informe han incidido en que las cuentas individuales siguen siendo un sistema público de reparto, es decir, que las pensiones continuarían financiándose mediante el reparto convencional basado en la solidaridad intergeneracional. Las contribuciones de los trabajadores actuales, por tanto, están destinadas al pago de las pensiones del mismo periodo.
En su opinión, este modelo es más justo desde un punto de vista contributivo puesto que «existe una equidad actuarial entre lo que se aporta al sistema y lo que se recibe de él en el momento de la jubilación, por lo que se incrementa la contributividad». Otra de las ventajas que señalan es que se trata de un sistema más transparente y sencillo ya que «el trabajador puede saber en cada momento la cuantía teórica acumulada y conoce el método para transformar esas aportaciones en la pensión inicial».
En un sistema de cuentas individuales la información es clave, por lo que el trabajador tiene el poder de tomar las decisiones que crea convenientes en base a ella. Por ejemplo, sobre la edad a la que jubilarse o sobre si complementar o no la prestación pública que recibirá. José Manuel Jiménez Rodríguez, director del Instituto SANTALUCÍA, asegura que “este estudio debe ayudar a poner las bases técnicas que sirvan para que los expertos en esta materia puedan comenzar un debate constructivo para conseguir reformas integrales y ambiciosas del actual sistema donde se compagine la sostenibilidad con la suficiencia de las pensiones”.
¿Cuál es el impacto de las cuentas individuales en la Seguridad Social y cómo sería la transición desde el modelo actual?
Según los ejercicios de simulación que realiza el estudio, es previsible que se produzca un descenso de la pensión inicial, que se puede paliar con una adecuada elección de los parámetros que intervienen en el sistema, como por ejemplo el tipo de cotización o las variables que afectan al factor de conversión.
No obstante, es importante destacar que con los mecanismos que introdujeron las reformas anteriores en el sistema de pensiones (índice de revalorización, factor de sostenibilidad y otros), la cuantía de las prestaciones es previsible que también se vea afectada a la baja en el futuro.
Existen otros elementos esenciales a tener en cuenta en el caso de implantar este nuevo sistema, que se deberían tomar en consideración. Por un lado está el llamado «complemento a mínimos» ya que la política de pensión mínima será un elemento crucial para mejorar la suficiencia de las pensiones.
Por otra parte, los expertos señala que la transición al nuevo sistema puede tardar hasta 20 años en base a las experiencias de otros países europeos. El estudio plantea varias posibilidades para una transición desde el sistema actual al de cuentas individuales y matiza que abogar por una correcta y amplia transición es clave para distribuir estas diferencias a lo largo de varios años y que el cambio no sea brusco.
El estudio, realizado en colaboración con los expertos y profesores de las Universidades de Valencia y Extremadura, es el primero de estas características que se lleva a cabo en nuestro país y, además, explora las experiencias de otros países europeos, como Suecia, Italia, Polonia y Letonia, que han hecho la transición a este sistema para evitar gastos en pensiones insostenibles de asumir en el futuro. Los expertos advierten, además, de que el debate sobre la conveniencia de este modelo puede ser largo. «En Suecia se tardó diez años en convencer a todos los agentes sociales hasta que se implantó», afirman.