No existe una solución rápida para la crisis global de pensiones a la que nos enfrentamos. Mucha gente no ahorra lo suficiente para vivir en sus años de jubilación, mientras que los sistemas de pensiones públicos se enfrentan a desafíos sin precedentes. Un nuevo documento del World Economic Forum ha ofrecido una serie de ejemplos de nuevas ideas que se han desarrollado alrededor del mundo que muestran a la industria financiera y a los responsables políticos en qué dirección pueden avanzar.
El mundo está envejeciendo, por primera vez en la historia hay más personas que superan los 65 años que menores de 5 años. La esperanza de vida para los ciudadanos nunca ha sido tan alta. Esto, unido a la diferencia entre lo que la gente ahorra y lo que realmente necesitan para mantener su estilo de vida una vez se retiren, desembocará en un agujero financiero negro para las generaciones más jóvenes.
En solo ocho países con algunos de los mayores mercados de pensiones o poblaciones más grandes (Australia, Canadá, China, India, Japón, Países Bajos, Reino Unido y EE. UU.), se prevé que la brecha de ahorro para la jubilación aumente a 400 billones de dólares en 2050, a menos que se tomen medidas correctivas. Esta brecha ya se situó en 70 billones de dólares en 2015.
¿Puede el nuevo pensamiento desactivar a tiempo la bomba de las pensiones?
Las decisiones financieras a las que se enfrentan las personas pueden ser desconcertantes, pero los gobiernos pueden ayudar, por ejemplo, promoviendo el registro de los ahorros usando la tecnología.
Dado que es probable que la persona promedio trabaje para múltiples empleadores y posiblemente termine con numerosas cuentas de jubilación, reunir información sobre las pensiones y los beneficios estatales en un solo lugar puede ser crucial. De hecho, la idea ya está en marcha en Australia, Dinamarca, los Países Bajos y Suecia.
Otra de las medidas que recomienda el informe es la adaptación de los planes a las decisiones a las que se enfrentan los jubilados del siglo XXI, de los cuales muchos aún son personas sanas que llevan vidas muy activas. Lo que puede indicar que se necesite más desregulación. Gran Bretaña y los Países Bajos ya han empezado a recorrer este camino eliminando los requisitos para comprar anualidades con ahorros de la pensión.
Asimismo, la industria financiera necesita mejorar sus productos relacionados con los planes de pensiones y entender la demanda de ofertas más flexibles y con mayor diversificación de activos que hay por parte de los usuarios. Aquí la tecnología puede jugar un rol muy importante ayudando a reducir los costes y mejorando la personalización de los planes.
Un legado inesperado
Otto Von Bismarck, quien introdujo la primera pensión para los trabajadores mayores de 70 en 1880 cuando la esperanza de vida en Prusia era de 45 años, no podría haber predicho que su innovación social desembocaría en este problema. Hoy en día, sus sucesores se enfrentan a un reto doble, no solo al problema de cómo elevar las tasas de ahorro, si no también cómo diseñar planes de pensiones más flexibles a medida que las personas dependen cada vez más de sus planes personales de ahorro en lugar de los planes de pagos garantizados. Particularmente en un momento en el que solo alrededor de un tercio de la población planea dejar de trabajar por completo cuando se retiren.
Lo que respalda la necesidad de reformas es el cambio global de la dependencia de los planes de pensiones de beneficio definido, que prometen una cantidad fija en la jubilación, a planes de contribución definida menos seguros, donde el riesgo recae en el individuo.
Los responsables políticos también pueden ayudar a alentar soluciones predeterminadas para la inversión en DC, aunque esto puede no ser adecuado para todos. Los fondos con fecha objetivo, comunes en EE.UU., representan un sistema de acumulación de impagos ampliamente exitoso. Tales esquemas están dirigidos a una fecha de jubilación específica y buscan optimizar rendimientos equilibrados reduciendo la exposición al riesgo de mercado a medida que una persona envejece.
En resumen, el informe ofrece cuatro soluciones que consideran claves para enfrentarmos a uno de los mayores retos de nuestro siglo, las pensiones.
En primer lugar, la creación de un registro que reúna en un solo lugar información sobre los diferentes planes de pensiones y que sea de fácil manejo. En segundo, usar la tecnología para reducir los costes y mejorar las posibilidades de personalización de los planes de pensiones. En tercer lugar, apoyar la desrregulación para ayudar a que los sistemas de pensiones se adapten a las diferentes elecciones de los retirados. Por último, presionar a la industria financiera para que mejore su oferta de planes de pensiones y ofrezca opciones con mayor diversificación.