Inmersos en negociaciones para formar el próximo gobierno de España, PSOE y Ciudadanos han firmado recientemente un acuerdo en el que se incluye una propuesta en materia de pensiones. En el pacto declaran que hay un problema de sostenibilidad del actual sistema de pensiones y abogan por hacer reformas en el seno del Pacto de Toledo que garantice su sostenibilidad y suficiencia. También explican que pretenden garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas y pagar parte de las pensiones con impuestos. Proponen cotizar a la Seguridad Social por los ingresos realmente obtenidos y mejorar las pensiones de las madres y padres en función del número de hijos e introducirán un nuevo fondo (“mochila austríaca”) que se recibiría en caso de despido o jubilación.
Una de las novedades es esa mochila austríaca. “La idea es buena siempre que se otorgue máxima seguridad al empleado de que ese fondo se aplicará sólo para ese fin y para ello debería ser un fondo o seguro externo e independiente del balance de la compañía, es decir, una especie de seguro de jubilación que se podría cobrar de forma anticipada en caso de despido. Sería un coste adicional para las empresas pero que irían periodificando año a año y realmente ya muchas empresas tienen que desembolsar cuantías superiores por despidos, EREs o prejubilaciones”, explica Gregorio Gil de Rozas, responsable de Pensiones de Willis Towers Watson.
Sobre el sistema de pensiones, dice que, “tal cual está configurado no es sostenible en el medio plazo. En el acuerdo no se habla de recortes de prestaciones pero sí de incrementar las fuentes de financiación del sistema vía impuestos (sin dar detalles de los mismos), y mayores cotizaciones al sistema al tener que hacerlo por los ingresos reales. Por otra parte, tampoco se menciona el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, que también requiere una revisión profunda. En el último estudio de Willis Towers Watson a este respecto ya aventurábamos que si no se hacían reformas por el lado de los ingresos, gastos e inversiones, éste podría agotar en 2020. Si el fondo se agota, habría que incrementar aún más los impuestos y/o reducir más las pensiones. Sobre esto, el pacto no se pronuncia”.
“Tampoco se explican los detalles de “garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas”. Parece más un guiño electoral que otra cosa ya que si analizamos los dos últimos años en los que la inflación ha sido negativa, ¿se tendrían que deflactar (reducir) las pensiones? Recordemos que el PP, en aplicación del Índice de Revaloración de Pensiones, ha incrementado las pensiones un 0,25%. Si la economía ya no está tan referenciada a la inflación parece razonable admitir que las pensiones tampoco deberían evolucionar únicamente en función de la inflación”, dice.
Y añade: “Cotizar por los ingresos reales significa que la base máxima de cotización a la Seguridad Social se elimina y que las empresas, los empleados o ambos, según se regule, tendrán que soportar un coste adicional. Por otra parte, no se explica si esta medida implicará también un incremento similar en la pensión máxima de la Seguridad Social ya que si no se produjese, las cotizaciones adicionales no generarían prestaciones superiores y no se reforzaría la contributividad que estipulaba el Pacto de Toledo. Esta medida, desde un punto de vista técnico, puede tener sentido si se incrementan también las pensiones máximas”.
En cuanto al aumento de las pensiones en función del número de hijos, Gregorio Gil de Rozas señala que “no parece la mejor medida para incrementar la natalidad ya que la principal ayuda o incentivo debería ser al nacimiento del niño, y no cuando la madre o el padre tengan 65 años”. Por último alerta de que “no existe ninguna mención a la obligación legal de informar a los futuros pensionistas de su pensión estimada e iniciar un debate profundo sobre el desarrollo de la previsión social complementaria, debate que se antoja imprescindible e interesante por ver cómo encaja en él la “mochila austríaca”.