Ante la caída de la pensión pública estimada, los españoles tienen que incentivar el ahorro si desean mantener su poder adquisitivo una vez se jubilen. En este sentido, EFPA España ha elaborado un documento que explora algunas claves a la hora de ahorrar para la jubilación y plantea tres escenarios de ahorro, según la edad de inicio (30, 40 y 50 años), con una aportación mensual de 100 euros desde los 30 hasta los 40 años, que se incrementará a 200 euros a partir de ese momento y hasta los 300 euros mensuales, una vez cumplidos los 50 años, aplicando una rentabilidad media esperada tomando como guía las estadísticas de Inverco.
Para los que empiecen a ahorrar desde más jóvenes, gracias al amplio horizonte temporal, el esfuerzo de ahorro será menor y podrán asumir un mayor riesgo, por lo que la recomendación en este escenario es mantener una alta exposición a renta variable. Lo importante es que los trabajadores sean conscientes de que, cuando empieza la vida laboral, pueden empezar a realizar una aportación mensual, aunque sea modesta, al ahorro finalista para la jubilación.
A partir de los 40 años, además de los planes de pensiones, existe otro producto que podría adaptarse a las necesidades de estos ahorradores, los planes individuales de ahorro sistémicos (conocidos como PIAS), con mayor liquidez y una rentabilidad más pequeña pero asegurada. Las primas irán destinadas a constituir una renta vitalicia asegurada. Si el ahorrador percibe la prestación final en forma de renta, cinco años después de cuando inició el PIAS, los rendimientos generados durante los años de constitución de ese ahorro no tributan (la renta sí, pero goza de importantes reducciones fiscales en función de la edad del cliente en el momento que se contrate: entre el 60% y el 92%). Por otro lado, los PIAS, que tienen un tope de 8.000€ al año y 240.000€ en aportaciones totales, pueden rescatarse a medio plazo.
Para los que se plantean ahorrar a partir de los 50 años, todavía tendrán un margen para acumular un cierto ahorro, aquí el tiempo apremia así que es momento de apostar por combinar algo en renta variable e inversiones más seguras, aun asumiendo que tendrán una rentabilidad baja. Los planes de pensiones de renta variable mixta y los de renta pueden ser una buena solución para los años previos a la jubilación. Otra alternativa son los Planes de Previsión Asegurados (PPA), un producto aconsejable para personas con una edad más cercana a la jubilación, que no quieran asumir grandes riesgos y exijan una rentabilidad garantizada.
Escenario 1: Empezar a ahorrar a los 30 años
Se plantea una aportación mensual de 100 euros, durante los diez primeros años, que se incrementaría hasta los 200 euros mensuales entre los 40 y los 50 años, y a los 300 a partir de ese momento, con la contratación de un plan de renta variable durante los 20 primeros años con una rentabilidad media anual del 6,63%, para luego pasar a un vehículo de renta variable mixta, obteniendo una rentabilidad media estimada del 5,51% y, a los 59 años, se traspasa a un plan de renta fija o PPA’s (Plan de Previsión Asegurado) con una rentabilidad media a 3 años del 2,5% y del 1% los 3 últimos años. Bajo estos supuestos, el ahorro acumulado en el momento de la jubilación alcanzaría los 200.177 euros, lo que permitiría contar con un complemento para la pensión pública de unos 834 euros mensuales durante 20 años.
Escenario 2: Empezar a ahorrar a los 40 años
En este caso, se propone una aportación periódica mensual de 200 euros durante los 10 primeros años (de los 40 a los 50 años) e incrementar esa cantidad hasta los 300 euros en los 15 últimos años trabajados. Manteniendo el supuesto de rentabilidad anterior, pero empezando a los 40 años, el importe acumulado alcanzaría los 137.461 euros, lo que supondría unos 572 euros mensuales durante 20 años.
Escenario 3: Empezar a ahorrar a los 50 años
Como el margen para realizar aportaciones se reduce, el esfuerzo en las aportaciones tendría que ser más elevado. Con una cuota periódica mensual de 300 euros (3.600 euros anuales), y la misma estrategia para cada tramo de edad, el importe acumulado en el momento de la jubilación ascendería a 75.289 euros (un complemento de 313 euros mensuales durante 20 años).