Antes del estado de alarma apenas se había oído hablar de los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo). Se trata de una de las medidas más populares que las empresas han adoptado durante la crisis sanitaria, pero ¿cómo afectan a nuestra pensión pública? ¿Qué pasa con nuestras cotizaciones a la Seguridad Social durante este periodo?
La preocupación puede surgir al pensar que estos periodos en los que se ha reducido o parado la actividad laboral a causa del COVID-19 se pueden traducir en un descenso o cese de las cotizaciones y, por lo tanto, afectar a la pensión pública final.
Según el artículo 24 del Real Decreto-ley 8/2020, se han implantado medidas extraordinarias en materia de cotización en relación con los procedimientos de suspensión de contratos y reducción de jornada por fuerza mayor relacionados con el COVID-19. Estas medidas excepcionales permiten proteger nuestra pensión futura ya que aquellas personas que tengan un ERTE seguirán cotizando a todos los efectos.
La base de dicha cotización será la previa a la de encontrarse en una situación de ERTE motivado por el coronavirus. Es decir, para aquellos trabajadores afectados por un ERTE o un cese de actividad derivado del coronavirus, la situación de desempleo no afectará a su pensión de jubilación futura.
Según explican desde BBVA Mi Jubilación, mientras estoy cobrando la prestación por desempleo, también la derivada de ERTE por COVID-19, se está cotizando por mí, entre otras, por la contingencia de jubilación. “La base por la que se cotiza es la base de cotización previa a pasar a situación de suspensión de empleo: la base de cotización durante la prestación por desempleo será la misma que la base reguladora para calcular esta”, aclaran.
¿Qué ocurre con mi plan de empleo si estoy de ERTE?
Tal y como explica Miguel Ángel Menéndez, Head of Retirement en Mercer Consulting, cuando estás en ERTE hay una reducción de tu salario y las aportaciones a los planes de empresa están ligadas directamente a éste. «Por ejemplo, si la aportación al plan es un 5% del salario y el salario era 100, pero debido al ERTE se ha reducido, significa que de los 100 de salario ahora gano 50, directamente las aportaciones al plan de empresa se te ha reducido al 50% «, aclara.
En algunos casos, se han mantenido con esa reducción de salario, pero, según explica, en algunas compañías, porque lo tuvieran regulado o porque no pueden hacer frente a la financiación, han eliminado temporalmente las aportaciones a los planes. «Antes de tocar o reducir el salario han preferido regular algún tipo de beneficios como el plan de jubilación», añade.
Asimismo, desde la perspectiva de las empresas, el experto contempla otros posibles efectos del coronavirus en los planes de empleo, como es, por ejemplo, la posibilidad de tener que afrontar primas más altas debido a que algunos planes de empleo, además de cubrir la jubilación, cubren el fallecimiento o la incapacidad, lo que se traduce en costes añadidos para la empresa.
«Por ejemplo, si sufres una de estas contingencias, en la compañía te van a dar dos veces el salario. Es decir, si ganas 100.000 te garantizan 200.000, pero de esos 200.000 se restan con el fondo acumulado que tengas en tu plan de jubilación. De esta forma, si tienes 50.000, lo único que tienen que asegurar como empresa son 150.000. Como ahora se están produciendo reducciones en los planes de pensiones y caídas de las inversiones ya no tengo 50.000 tengo 20.000, por lo que la empresa tiene que asegurar 180.000. Lo que está sucediendo es que para cubrir esas coberturas las primas son más altas y supone un coste añadido», aclara.
En resumen, para Menéndez, la situación derivada por el coronavirus provoca tres efectos negativos en las empresas: reducción de la actividad, reducción o eliminación de aportaciones a planes de empleo e incrementos/reducciones de costes en sistemas de prestación.
¿Recuperar mi plan de pensiones?
Ante esta posibilidad, recuperar el plan de pensiones por haberse visto afectado por el COVID-19, que hace un poco más líquido un vehículo de ahorro diseñado para ser rescatado en el momento de la jubilación, Miguel Menéndez se muestra a favor, pero recuerda que debe hacerse con cautela y sopesando todas las posibilidades.
El experto localiza dos inconvenientes que podrían frenarnos a la hora de tomar la decisión de realizar un rescate. El primero de ellos tiene que ver con la caída que han sufrido los planes, según datos de Inverco, los planes de pensiones han caído de media alrededor de un 11 y 15%. En segundo lugar, advierte de que esta medida de rescate debería haber ido acompañada por incentivos fiscales. “Tributará como renta de trabajo. Del total que vas a recuperar estás quedándote con un 40% menos, además del 15% de la caída de rentabilidad. Si tenía acumulados 100 me quedan 85 por la fiscalidad, sumado a la caída de rentabilidad, al final me llevo 40 de los 100 que tenía”, explica.
¿Cómo afecta el COVID-19 y las medidas que lo rodean a las cuentas de la Seguridad Social?
En concreto, el experto encuentra cuatro efectos que el COVID-19 va a tener sobre la Seguridad Social: reducción de ingresos, aumento de la jubilación anticipada, aumento de las incapacidades y jubilación de pensionistas con pensiones cada vez más altas.
Según aclara el experto de Mercer, el ERTE produce una cancelación o congelación del trabajo durante un periodo determinado o una reducción del salario, en ambos casos provoca una reducción de ingresos y de cotizaciones a la Seguridad Social. «Pueden ser más cortas o largas y eso son lagunas de cotización y repercute en la pensión futura. Además de la pensión, también puede repercutir en otras prestaciones como el fallecimiento o la incapacidad», aclara.
Otro efecto que va a tener el COVID-19 es que todos aquellos que estén cercanos a la fecha de jubilación, por miedo e inseguridad, la van a adelantar. «Si adelanto la fecha de jubilación, dejo de cotizar a la Seguridad Social, otra vez menos ingresos, y además un mayor gasto para la pensión pública, porque estoy adelantando la entrada en la jubilación y el estado tiene que adelantar la pensión, lo que supone un mayor coste», explica. Respecto a los efectos que puede tener la enfermedad en sí, el experto ha recordado que puede darse un aumento de las incapacidades, lo que conllevaría otro aumento de prestaciones y gastos.