A partir de noviembre de 2017, las administradoras de fondos de pensiones chilenas podrían invertir en activos inmobiliarios. Con el objetivo de aumentar los rendimientos y reducir el riesgo de los planes de pensiones, el Congreso chileno aprobó una nueva ley que permitirá a las AFPs invertir en activos residenciales, de oficinas y comerciales que estén dedicados a la obtención de rentas.
Por el momento, el Congreso está en el proceso de elaboración de la regulación, ésta debe pasar primero por el Comité Técnico de Inversiones y el ministerio de Hacienda.
Esta nueva regulación ha despertado un gran interés entre los agentes del mercado inmobiliario. Durante la celebración del III Congreso Inmobiliario «Nuevas Alternativas de Inversión y Financiamiento», de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el superintendente de pensiones, Osvaldo Macías, declaró que la ley ahora permite a las AFPs invertir en sociedades concesionarias de obras de infraestructura, además de firmas inmobiliarias cerradas, bienes raíces, contratos de leasing y mutuos hipotecarios endosables.
El nuevo límite para las inversiones alternativas se encuentra entre el 5% y 15% del valor de los fondos de pensiones, lo que se materializa en un rango de 8.000 millones de dólares a 25.175 millones, si se considera que la totalidad es invertida en bienes inmobiliarios.
Aun así, habría ciertos desafíos por delante, como, por ejemplo, que los activos tengan liquidez, que las tasaciones y las valorizaciones de los bienes sean adecuadas y delimitar en qué tipo de activos se puede invertir.