Cada vez vivimos más años. Esto es una gran noticia y un regalo para la sociedad que, sin embargo, plantea importantes retos. En palabras de Luis Megías, CEO de BBVA Asset Management, durante la VIII Jornada de Previsión BBVA, «un niño nacido hoy tiene el 50% de probabilidades de ser centenario. Esta edad solo la alcanzaba un 1% de los nacidos en 1900. Cada día que pasa, vivimos 5 horas más».
La longevidad introduce, en primer lugar, dudas sobre la capacidad de pagar pensiones. Actualmente España cuenta con 9 millones de mayores de 65 años y dentro de 40 años, serán 15 millones, contando además con una de las tasas de fertilidad más bajas del mundo. Pero hay otras consecuencias de la longevidad, como su impacto en nuestra calidad de vida. En opinión de Julio Mayol, director médico del Hospital Clínico San Carlos y director de la Unidad de Innovación, «el verdadero reto de los humanos es ganarle tiempo a la muerte. Hasta ahora, hemos conseguido que más gente viva hasta una edad más avanzada, pero no hemos roto algunas barreras, como los 150 años de vida. El verdadero reto es tener a los 100 años la calidad de vida de los 40. Y esto requiere dotar a la vida de significado. De nada sirve vivir 100 años si no sabemos qué hacer con nuestro tiempo».
Mayol introduce dos conceptos que responden a una aspiración intrínsecamente humana y que los avances médicos y tecnológicos pueden acercar: son la inmortalidad, es decir, no desaparecer, y la amortalidad, vivir con pocas posibilidades de morir, que básicamente se limitarían a accidentes. Todo esto, que pasa por reprogramaciones genéticas e intervenciones que pueden parecer que se juega a ser Dios, tiene importantes implicaciones éticas y sociales. «Vivamos los años que vivamos, lo importante es ser felices y hacer felices a otros, como forma de tener una existencia plena». concluye Mayol.
El impacto de la longevidad en las pensiones
La longevidad introduce, en primer lugar, dudas sobre la capacidad de pagar pensiones. Actualmente España cuenta con 9 millones de mayores de 65 años y dentro de 40 años, serán 15 millones, contando además con una de las tasas de fertilidad más bajas del mundo. Para José Antonio Herce, del Foro de Expertos de Mi Jubilación, «el problema de la longevidad es no adaptarse a ella. En los últimos 130 años no ha cambiado la edad de jubilación, cuando la longevidad es una oportunidad siempre que la ganancia de vida se destine a años productivos. Actualmente se destina a años no laborales, lo que causa una carga al sistema».
En opinión de Mercedes Ayuso, profesora de la Universidad de Extremadura, la esperanza de vida es una de las claves en los cálculos de cualquier sistema de pensiones, y uno de los riesgos es infravalorar su impacto. «La esperanza de vida evoluciona en todos los rangos de edad. Por ejemplo, se ve una tendencia al estrechamiento de la brecha de la esperanza de vida de hombres y mujeres», sostiene.
Jorge Bravo, vocal del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones, también es favorable a que el marco regulatorio y la forma de organizar las pensiones se adapte a esta nueva realidad. «Existen soluciones de ahorro previsional para la jubilación, como las rentas vitalicias, con el objetivo de que la gente gaste en la jubilación lo que ha acumulado durante su vida laboral. El problema: que mucha gente no habrá ahorrado o lo habrá hecho en cuantía insuficiente», señala. Una de las novedades en productos de ahorro que apunta este experto son las rentas en servicios (financieros, inmobiliarios, médicos…) en lugar de rentas financieras.
La longevidad es la mayor ganancia que pueda tener la humanidad, pero puede tener consecuencias importantes si no se gestiona y se ponen medios para abordar la nueva realidad. La más temida es el empobrecimiento de los mayores. «¿La receta? Fundamentalmente concienciar a la ciudadanía y ayudarles a comprender el sistema de pensiones y las consecuencias de no planificar su jubilación», afirma Elisa Chuliá, profesora de Sociología en la UNED.
El economista Robert Holzmann apunta que la longevidad es un fenómeno muy reciente en la historia de la humanidad, siendo el mayor cambio socioeconómico jamás experimentado. «Las pensiones deben adaptarse a este cambio, principalmente prolongando la vida laboral, para lo que hay que acercar el vínculo entre cotizaciones y prestaciones, como en el caso de países que han adoptado sistemas basados en cuentas nocionales», afirma Holzmann.
Pensiones en cifras, nueva herramienta para el seguimiento del sistema
Durante la VIII Jornada de Previsión BBVA se ha presentado el proyecto “Pensiones en cifras”, que pretende realizar un seguimiento del estado del sistema de pensiones en España a través de una serie de indicadores de sostenibilidad, suficiencia, y sentimiento, así como otros macroeconómicos y sociales, acompañado de un fondo documental con las últimas noticias en prensa, legislación aplicable y bibliografía sobre temática de pensiones.
A través de estos indicadores se podrá también valorar el impacto de las distintas decisiones que se vayan tomando desde el Ejecutivo, como el reciente retraso en la implantación del Factor de Sostenibilidad o la suspensión durante dos años del Índice de Revalorización de las Pensiones. Esta herramienta pretende también ser un lugar de encuentro de la comunidad educativa e investigadora.