El Instituto BBVA de Pensiones ha dedicado su última encuesta sobre pensiones a la generación de los baby boomers, la generación más numerosa en España y la que empezará a jubilarse a partir de 2020, algo que, según Elisa Chuliá, miembro del Foro de Expertos de BBVA, este fenómeno «debe conllevar un replanteamiento del sistema público de pensiones ya que afrontará graves problemas de sostenibilidad».
Según se desprende la encuesta, la generación de los «baby boomers» son conscientes de ello y no reflejan optimismo frente a su futura jubilación. El 55% de los encuestados considera que sus ingresos no les van a permitir vivir sin aprietos durante la vejez y más del 40% duda sobre si podría hacer frente a los gasto que conlleva una posible dependencia.
A pesar de que tres de cada cuatro sí piensan que ahorrar para la jubilación es importante, no todos lo hacen. Al 20% le cuesta llegar a fin de mes y un 37% admite que llegan justos. Del 40% que sí manifiesta capacidad de ahorro, seis de cada diez lo hacen, como mínimo, reservando 300 euros al mes.
La preferencia de los «baby boomers» es jubilarse pronto y completamente
La edad es una variable clave en la discusión de la sostenibilidad del sistema público de pensiones y, en opinión de Chuliá, «deberíamos haber sido conscientes de que, en un sistema de pensiones vitalicio, si aumenta la esperanza de vida, nuestro tiempo trabajando también debería alargarse».
Sin embargo, los baby boomers tienen claro que se quieren jubilar pronto y, a pesar de que en 2027 la edad de jubilación oficial serán los 67 años, la media de edad a la que creen que podrán jubilarse se sitúa en 65,8 años.
Respecto a la jubilación activa o parcial, parece que no acaba de convencer a esta generación puesto que un 78% manifiesta el deseo de jubilarse completamente. Eso sí, casi un 70% se muestra muy de acuerdo con que cada persona pueda elegir libremente hasta cuándo trabajar, aún a costa de perder parte de su pensión por hacerlo de forma anticipada.
Estas preferencias contrastan con su confianza en la capacidad del sistema de la Seguridad Social de proveer pensiones suficientes. De hecho, un tercio de los entrevistados cree que no cobrará pensión desde que se jubile hasta que fallezca, pero el 62% de los entrevistados sí confía en ello.
Solo uno de cada cuatro conoce cuál será su pensión futura
Para los expertos de BBVA la falta de información es uno de los problemas más graves. Según se desprende de la encuesta, más del 70% no sabe cuánto cobrará de pensión pública en su jubilación. «Que vayan a pasar 20 años como pensionistas y no sepan con qué cuantía al mes van a vivir es un dato preocupante», ha añadido Luis Vadillo, director del Instituto BBVA de Pensiones. Esto, según ha señalado, «se puede explicar porque creen que la cuantía rondará el 80% de su último salario, lo que les aporta tranquilidad y conduce a la despreocupación».
A juicio de Vadillo, hay muchas afirmaciones extendidas que no son ciertas y perjudican al ahorro de cara a la jubilación y los comportamientos ante los cambios en el sistema, como por ejemplo el desconocimiento sobre la relación entre las pensiones recibidas y las cotizaciones realizadas. En este sentido, explica que «tres años de cotización financian hoy en día aproximadamente un año de pensión. Si de media los jubilados perciben una pensión durante 17 años, cada pensionista recibe, también de media, cerca de un 30% más de lo cotizado en su vida laboral».
Casi el 70% estaría a favor de crear cuentas individuales en las que se acumulasen las cotizaciones
Respecto a la revalorización de la pensión pública, alrededor del 80% de los entrevistados consideran que el gobierno tiene que asegurar el poder adquisitivo de las pensiones ligándolas al IPC y asegurar que los pensionistas puedan hacer frente a sus necesidades.
Sin embargo, aunque solo uno de cada cinco «baby boomers» piensa que el objetivo de las reformas debería ser ajustar mejor las pensiones a lo que cada uno ha cotizado, el 69% estaría a favor de que cada trabajador tuviera su porpia cuenta individual en la que fueran acumulando sus cotizaciones, de manera que la cuantía de la pensión se calculará en función de lo acumulado. «Esto refleja que hay una voluntad clara de que el sistema sea solidario, pero también que habría un apoyo amplio entre la opinión pública a un posible sistema de cuentas nocionales», aclara Vadillo.
Para Vadillo y Chuliá, no hacer nada no es una opción y opinan que el primer paso debería ser un consenso político para atajar este problema estructural. «El déficit ronda el 1,6% del PIB y en las próximas décadas podría ser del 5-6%. El problema podría atajarse temporalmente a través de presión fiscal o gracias a la inmigración en la vertiente demográfica, pero no serían soluciones a largo plazo». Por su parte Chuliá, ha concluido diciendo que «la clave para que las reformas sean justas es el tiempo y nos estamos quedando sin él».