Desde que un cambio en la normativa permitió a las AFP chilenas a apostar por los activos alternativos, en 2017, su popularidad ha ido creciendo, a la par con su aporte a las carteras de los fondos de pensiones. Sin embargo, los límites de cuántos recursos pueden destinar las gestoras a este clase de activos sigue bajo el nivel internacional. Y esto, según señalan desde AFP Capital, tiene que cambiar “de forma urgente”.
Durante su presentación en un webinar sobre inversión en mercados privados –llamado “Activos alternativos: Resiliencia para portafolios de largo plazo” y organizado por SURA y la Aipef–, el gerente de Activos Alternativos de la gestora, Miguel Gravet, destacó el aporte que generan este tipo de instrumentos en el desempeño de las carteras de los inversionistas institucionales.
Sin embargo, pese a su buen desempeño, los límites se han mantenido relativamente bajos. La regulación actual le pone topes a los multifondos: 13% para el fondo A, 11% para el fondo B, 9% para el fondo C y 5% para los fondos D y E. Ponderando por AUM, eso es un techo de 8,3% para la cartera consolidada.
“Ojalá que la ponderación que tienen en las carteras pueda seguir subiendo”, dijo Gravet, quien hizo un llamado a las autoridades de elevar los límites de inversión en alternativos “de forma urgente”. Esto, agregó, “ayuda a construir mejores pensiones, que es el objetivo final de la administración de fondos de pensiones”.
En esa línea, el ejecutivo aseguró que la proporción que pueden destinar a mercados privados es “el único espacio que hoy existe dentro de la AFP para poder mirar más el largo plazo”. En palabras del gerente de alternativos de AFP Capital: “Si la autoridad nos permite aumentar esa proporción del portafolio, vamos a poder destinar más recursos a esa mirada de largo plazo y no tener que pelear tanto solamente en la parte del corto plazo”.
Límites insuficientes
Mientras que a fines de 2019 el monto invertido por los fondos de pensiones chilenos en activos alternativos era lo que Gravet describe como “mínimo” y con fuerte sesgo hacia los activos locales, esto ha ido cambiando, a medida que las AFP han invertido en desarrollar capacidades en estos segmentos. “Se nota el trabajo que ha ido desplegando cada una de las AFP en el mercado de los activos alternativos, y aumentado la ponderación de estos activos, llegando en promedio al 6% de la cartera consolidada”, explicó.
Eso equivale a alrededor de 9.000 millones de dólares invertidos actualmente, con un 85% ubicados en activos extranjeros y el 15% restante en inversiones locales.
Pese a la proporción menor, el efecto en rentabilidad es notorio, según recalcan desde AFP Capital. Con cifras de los últimos años del fondo C de las AFP, una cartera balanceada entre activos de renta fija y renta variable, estiman que los alternativos han generado un 7,5% de la utilidad del fondo. Esto, pese a tener una ponderación de sólo 2,5% en el portafolio.
“Prácticamente en un período de diez años, en todos los años, la cartera de activos alternativos ha superado la rentabilidad del fondo C. Por lo tanto, ha sido un aporte para la rentabilidad total del fondo”, comentó Gravet.
Por lo mismo, mirando el techo de 8,3% para el portafolio consolidad, el ejecutivo ve la cifra como “muy insuficiente para poder aumentar la rentabilidad del fondo completo”.
Los límites de inversión en alternativos para las AFP también pone a Chile por debajo de la experiencia internacional, tanto en el mundo desarrollado como entre sus pares de la región.
Mientras que los fondos de pensiones de Estados Unidos han llegado a una ponderación máxima de entre 20% y 25% –con algunos institucionales, como los endowments, superando incluso esa cifra–, México, Colombia y Perú tienen techos de inversión entre 15% y 20%.
“Estamos muy retrasados”, advirtió Gravet.