Según el reciente sondeo anual realizado por Mercer sobre tendencias de asignación de activos «European Asset Allocation», el 54% de los fondos de pensiones encuestados integran activamente los riesgos derivados del cambio climático en la configuración de sus carteras, frente al 14% detectado en la encuesta realizada en 2019.
Por otro lado, la encuesta ha arrojado un sorprendente resultado: el 89% de los fondos ya integran factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en la configuración de sus carteras, muy por encima del 55% que identificó en 2019. El principal motivo para este aumento es la adaptación de los fondos a la regulación europea (85%), sin embargo, más de la mitad (51%) lo hacen por el potencial impacto en el resultado de sus inversiones. En menor medida (40%) los fondos aplican estos parámetros para mitigar daños reputacionales y un 30% ha asegurado que se debe al alineamiento de su estrategia con la política de responsabilidad de las empresas promotoras del plan de empleo.
Así, aproximadamente el 6% de los planes asigna algún importe a soluciones bajas en carbono, como aquellos con menor exposición a combustibles fósiles. El doble de los fondos se basa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS); una tendencia al alza. Pero la mayoría de los fondos, uno de cada cinco, se centra en invertir en compañías con mayor impacto social y medioambiental.
En el caso de los planes de pensiones de prestación definida españoles (donde se fija la prestación a recibir en un futuro), la distribución de activos continúa siguiendo el modelo tradicional con una alta proporción de acciones (30%), bonos (48%), deuda del estado (55%) y deuda corporativa (43%), ningún activo inmobiliario, una pequeña proporción de alternativos (15%) y, en menor medida, cash (7%), a diferencia de los planes en Reino Unido, Dinamarca y Alemania, que presentan la menor exposición a mercados de capital de los 12 países europeos analizados.
“Es alentador ver este gran aumento de concienciación en los inversores institucionales sobre riesgos ASG así como su impacto en el cambio climático”, afirma Cristina San Juan, directora de Mercer Investments. “Hace tiempo que venimos advirtiendo sobre la relevancia de estos factores y su impacto en las estrategias de inversión, así como de la necesidad de integrarlos a largo plazo para obtener los retornos deseados”.
Aumenta la desinversión en acciones y la diversificación
Otra tendencia importante identificada por esta encuesta es la desinversión de los fondos de pensiones en acciones para limitar la exposición de las carteras, que ha bajado al 22% del 25% registrado el pasado año. A pesar de ello, los inversores están diversificando capital en mercados emergentes, small caps y acciones con baja volatilidad. Sin embargo, los inversores institucionales se inclinan por el aumento de la diversificación de sus carteras, para protegerse frente a la volatilidad de los mercados, mediante el aumento de activos de renta fija de crecimiento (10%), infraestructura (4%) y capital privado (6%).
Los inversores europeos también están aumentando la cobertura de divisas dentro de las carteras de renta variable, con un 42% cubriendo más del 60% de su exposición a divisas extranjeras en las carteras de renta variable cotizadas, en comparación con el 26% en 2019.
Finalmente, la encuesta ha detectado un aumento de la gestión delegada de los fondos de pensiones, especialmente en lo relativo a la selección de gestoras, monitorización y reajustes necesarios, que ha aumentado un 4%, tanto para asuntos administrativos del día a día como para decisiones de rebalanceo. Así como una correlación directa entre las decisiones de inversión y el tamaño del fondo; a mayor tamaño, mayor volumen de inversión en alternativos.
La encuesta realizada por Mercer ha sido respondida por 927 inversores institucionales, todos ellos clientes establecidos en 12 países de Europa. Los datos han sido recabados durante el último trimestre de 2019 y el primero de 2020, por lo que los resultados obtenidos son previos a la pandemia. No obstante, los expertos de Mercer consideran que no habrá grandes variaciones gracias a las políticas de recuperación aprobadas recientemente y debido a que estas estrategias han sido adoptadas a largo plazo. Los impactos futuros que la pandemia están aún por revelarse y no han de afectar necesariamente según el tipo de activo, sino más bien por sectores económicos, lo que podría provocar cierto grado de inversión oportunista en activos con dificultades, especialmente en infraestructura y mercados privados secundarios.