Mónica Valladares, además de ser secretaria general de CaixaBank Asset Management, es la coordinadora y ponente del curso Especialista en IICs de Financial Mind desde su lanzamiento, que ya alcanza su novena edición (se celebrará del 5 de marzo al 2 de diciembre de 2018) y que busca dar a conocer las tareas fundamentales que realizan las distintas áreas de una sociedad gestora en relación con la gestión de las IICs -para inscribirse puede hacerlo en este link. Y si lo hace a través de Funds Society, puede hacerlo con este código FSFM910ICC y obtendrá un 10% de descuento-. En esta entrevista con Funds Society, Valladares explica cómo ahora el curso toma incluso mayor relevancia, a la luz de los cambios que introduce en el negocio MiFID II, y da su visión y perspectivas sobre el actual estado de la industria.
¿Crees en el potencial de impulso de la industria de IICs en España? ¿Seguirán creciendo en 2018 a fuerte ritmo y gracias a qué factores?
Pienso que la industria seguirá creciendo con fuerza porque considero que la inversión en Instituciones de Inversión Colectiva (IICs) es la mejor manera de acercar los mercados financieros al gran público. La sociedad en general necesita planificar su ahorro con distintos horizontes de inversión en distintas etapas de su vida. Actualmente, los depósitos no dan rentabilidad y los clientes son muy conscientes de que sus ahorros, sean pocos o muchos, tienen que invertirlos en algún producto que, como mínimo, no pierda valor con los años. Por otra parte, no es lo mismo tener treinta años y estar pensando en formar una familia que estar en lo que llamamos el final de la fase de acumulación, cuando ya has conseguido hacer frente a la gran mayoría de los proyectos relevantes que te habías planteado (comprar una vivienda, estudios de los hijos etc) pero donde ahora te preocupa garantizarte unos rendimientos de cara a la jubilación. Uniendo la necesidad de preservar el valor del dinero ahorrado y la fase en la que cada uno se encuentra, podemos ver que los fondos de inversión son productos que dan respuesta a estas demandas de los clientes con una gran flexibilidad. Hay fondos adecuados para satisfacer los deseos de personas conservadoras y otros para personas más arriesgadas. La inversión en fondos permite modular la cantidad de dinero a invertir en prácticamente cualquier perfil, son accesibles tanto para ahorros modestos como para niveles mucho más elevados.
Para trabajar en este sector y debido a los últimos cambios normativos, ¿qué nuevas habilidades se deben tener o desarrollar?
Es necesario actualizarse constantemente respecto a las tendencias de la industria, pero especialmente en lo relativo a normativa. Por ejemplo, el debate (desde el punto de vista de gestión) entre gestión pasiva y activa no tendría que ser necesariamente un debate normativo, sin embargo, toma ese cariz cuando ESMA u otros supervisores opinan sobre el nivel de comisiones o el tipo de gestión adecuado para poder catalogar el producto como de gestión activa. Por lo tanto, las habilidades necesarias son, sobre todo, la motivación de mantenerse actualizado y preocuparse por aprender y reciclarse constantemente.
En vuestro nuevo curso sobre IICs, cuál es el objetivo y en qué se diferencia de cursos pasados?
El objetivo sigue siendo, en esencia, el mismo. Se trata de dar una visión general de los conceptos más importantes sobre IICs para quienes trabajan en la industria o quieren conocerlas. La mayor diferencia frente a cursos pasados es la actualización de algunos temas por cambios normativos y la incorporación de un tema específico sobre la afectación, en la práctica, de MiFID II a las gestoras de IICs. Al no haber aún trasposición y cambio de la Ley del Mercado de Valores y Reglamento y, con ellas, de la Ley de IICs y el Reglamento de IICs, solamente se puede hablar de los cambios conocidos por producirse a nivel de Reglamentos Europeos, o de los cambios propuestos en los Anteproyectos de Ley de Mercado de Valores y Reglamento, pero el planteamiento general y dirección que tomará la normativa ya son conocidos.
¿Es ahora más complejo que antes realizar labores de comercialización y asesoramiento sobre fondos y por qué?
Sin duda, lo es; esa es una de las consecuencias de la nueva normativa. El resultado del análisis de la crisis financiera realizado por los supervisores arrojó, entre otros, que parecía haber clientes que estaban adquiriendo productos que no entendían y no eran adecuados para ellos, así como, a juicio del regulador, había profesionales de las entidades que los comercializaban sin una formación adecuada. Como resultado de esa conclusión, el regulador ha determinado, entre otras cosas, que debía exigírseles a las entidades que se responsabilizasen de los productos que creaban y vendían, a quiénes se los dirigían, del resultado que se obtenía con ellos y de explicarlos convenientemente. Fruto de lo anterior, en la actualidad tanto el fabricante del producto como su comercializador deben ser responsables del comportamiento del producto y de que el público al que se dirige sea el adecuado. Para ello, el regulador determina que las entidades productoras tienen que cumplir una serie de requisitos en el diseño de los productos, así como realizar una serie de análisis previos de su comportamiento en diferentes escenarios posibles, al igual que las entidades comercializadoras tienen que tener en cuenta otros parámetros. Estas últimas deberán, además, hacer un seguimiento de los productos una vez comercializados y su comportamiento en diferentes situaciones de mercado y de la aceptación por los clientes, dándole la información a las fábricas para que éstas puedan modificar características del producto o el público al que va dirigido en función de esos datos, entre otras cosas. Todo lo anterior debe quedar convenientemente documentado. Esto introduce una carga burocrática y de seguimiento muy grande para las entidades.
Además, las personas que comercialicen y asesoren sobre productos financieros deberán tener unos conocimientos y experiencia acreditables, o no se les permitirá hacerlo. Esto exige un gran esfuerzo económico y de dedicación tanto a las entidades como al personal que trabaja en ellas.
A lo anterior se unen opiniones de algunos supervisores que consideran que deberían catalogarse como complejos muchos más productos que antes, con lo que quedaría restringido el ámbito de su comercialización. Entre ellos se encuentran todas las IICs no UCITS. Recordemos que en España están dentro de esa categoría tanto los fondos de inversión libre, que son, sin duda alguna, complejos, como fondos que invierten exclusivamente en deuda pública pero que no cumplen con algún requisito de diversificación (un ejemplo son los fondos objetivo de rentabilidad que no diversifican en seis emisiones). Estos últimos tienen poco que ver, en cuanto a su dificultad de entendimiento, comportamiento en mercado o riesgo que asumen, con los fondos de inversión libre, sin embargo, deberán tratarse igual en su comercialización, que quedaría restringida.
¿Qué supone MiFID II para el sector y cómo deben prepararse los profesionales?
Supone un reto importante, un cambio en la manera de hacer las cosas. Si el aumento de la protección a los clientes y mercados funciona como el regulador espera, redundará en beneficios para los clientes y las entidades, al crear y comercializar productos de forma más adecuada para los clientes a los que van dirigidos y con más transparencia. Sin embargo, si la normativa resulta ser demasiado exigente, o gravosa para las entidades y clientes, puede que, lejos de dar los frutos esperados, termine haciendo que muchos productos o la prestación de algunos servicios dejen de ser rentables para las entidades y no se pueda acceder, alejando los mercados de ellos, lo que perjudicaría tanto a entidades como clientes y a la sociedad en general. Está por ver el efecto que finalmente tiene en la práctica el cambio en la normativa.
Los profesionales deben adquirir los conocimientos necesarios para aplicar los principios de MiFID II de la mejor manera posible; al final, se resume en poner al cliente en el centro y tratar de ser transparente en la oferta de servicios y productos que se le haga.
En este sentido, ¿cuáles son los puntos fuertes del curso?
Como ya se ha indicado, el principal objetivo del curso es que se conozcan las tareas fundamentales que realizan las distintas áreas de una sociedad gestora en relación con la gestión de las IICs. Su punto fuerte es la actualización constante de los materiales y los ponentes, puesto que está formado por profesionales del sector en activo, mayoritariamente procedentes de gestoras de IICs o del ámbito del supervisor, de modo que todos ellos hacen referencia a la práctica y la normativa de manera totalmente actualizada. Existe además un foro en el que los estudiantes pueden preguntar dudas y los ponentes las contestan, cuestión muy valorada por todos los alumnos.
¿A quién va dirigido?
Tanto a profesionales en activo en sociedades gestoras que quieran ampliar conocimientos, actualizarlos o cambiar de áreas de trabajo, como a cualquier persona que esté interesada en conocer el funcionamiento de las instituciones de inversión colectiva y sus sociedades gestoras y la normativa que las rige.
Mónica Valladares Martínez es secretaria general de CaixaBank Asset Management (gestora de IICs del grupo CaixaBank) desde octubre de 2013; previamente ha sido directora de Asesoría Jurídica (diciembre de 2010 a octubre de 2013) y Cumplimiento Normativo (Compliance, de 2006 a diciembre de 2010). Anteriormente, fue responsable del Departamento de Riesgo de Crédito, dependiente de la Unidad de Riesgos y Valoración, de BBVA Asset Management (gestora de IICs y Pensiones del Grupo BBVA), ocupando diferentes puestos en el sector financiero desde el año 1998. Es miembro del Working Group of ESMA’s Investment Management Standing Committee (IMSC) desde abril de 2017 y coordinadora y ponente del curso Especialista en IICs de Financial Mind desde su lanzamiento.
Respecto a su formación, es ingeniero superior de Telecomunicaciones por la ETSIIyT de Bilbao (UPV), realizó Máster en Finanzas especialidad mercados en la Escuela de Finanzas de BBVA y, a lo largo de su carrera profesional, ha obtenido las certificaciones CFA (Chartered Financial Analyst), FRM (Financial Risk Manager), PRM (Professional Risk Manager), CESCOM (Certificaciones española de Compliance) e Internationally Certified Compliance Professional (Certificación Europea de Compliance), otorgadas por ASCOM e IFCA respectivamente. Es también Master en Derecho Bancario y de los Mercados Financieros por Cunef y la UCM.
Financial Mind lanza también ahora la novena edición de su curso sobre IICs, para obtener el Funds Expert Certificate y acreditarse como especialista en instituciones de inversión colectiva en España y Europa, un curso totalmente online que se celebrará del 5 de marzo al 2 de diciembre de 2018. Para la impartición de este programa se ha contado con la colaboración de expertos vinculados a la industria de la inversión colectiva, que desarrollan su actividad en organismos reguladores (CNMV), entidades financieras, auditoras, etc.