El desarrollo e implementación de MiFID II ha sido un reto para las entidades financieras, asesores financieros y gestoras tanto nacionales como internacionales, pero el aluvión normativo no acaba aquí. La Unión Europea tiene en marcha un importante paquete de sobre las finanzas sostenibles que supondrá, de nuevo, cambios para toda la industria financiera, también en MiFID II.
“La UE tiene un Plan de Acción, aprobado en 2018, del que emanan diferentes cambios legislativos. El primer objetivo que se han marcado es definir qué es la inversión sostenible y cuáles son los criterios básicos para considerar qué lo es y qué no”, explicaba Sara Gutiérrez, socia de finReg 360, durante las Jornadas sobre Finanzas Sostenibles, organizada por el despacho de abogados.
El evento, que se centró en repasar cuáles son los principales cambios normativos y qué supondrá para la industria, arrojó como principal conclusión que tienen que demostrar que su implicación no es una cuestión de imagen, sino que realmente están comprometidas. “El Banco Central Europeo y las exigencias normativas son un motor para el desarrollo de la inversión sostenible, pero también la propia demanda y la ventaja que ven los inversores en este tipo de inversión”, sostuvo Ángel Berges, vicepresidente de AFI, a la hora de valorar en qué punto de esta tendencia estamos.
Cambios normativos
Los jugadores de la industria consideran que dar respuesta a esta demanda y cumplir con la normativa será fundamental para demostrar su compromiso, pero saben que esto supondrá asumir nuevos costes y realizar cambios. Quizás una de las novedades que más ha llamado la atención es la afecta a MiFID II. “En el asesoramiento y en la evaluación del cliente habrá que introducir preguntas claras al clientes para saber si tienen preferencia por la inversión sostenible, por lo que habrá que incluirlo en los test de idoneidad y también en las descripciones de los productos”, apuntó Gutiérrez.
La segunda área donde tendrá un impacto será en toda la actividad de divulgación e información que a raíz de MiFID II realizan ahora las gestoras, asesores y entidad financieras. Según explicó José María Olivares, socio de finReg, esto todavía está en borrador. “Vendrá dado por Europa, que está trabajando por lograr la máxima armonización posible para preservar la transparencia y la protección al inversor. Afectará principalmente a aquellos que participen en los mercados financieros, es decir, a toda la industria de gestión de activos y a los asesores financieros. Será una forma de evitar el efecto washing green: que todos se abanderen como sostenibles y que no lo sean verdad”.
En su opinión, esto es algo muy relevante y se concretará en obligaciones muy directas de transparencia: “Por ejemplo, se tendrá que hacer pública y estar accesible la política de integración de los riesgos de sostenibilidad, además de cómo se integran en la fase de asesoramiento y contratación del producto. Pero también, todo esto deberá estar en la web de las entidades, incluso el impacto global que tiene todas estas iniciativas de sostenibilidad”.
Úrsula García, socia de finReg, y Javier Zapata, secretario general de emisiones españoles, pusieron sobre la mesa otras dos normativas que también se verán modificadas: la ley de información financiera y el reglamento de benchmarks. En ambos casos el objetivo es armonizar lo que hacen los países de la Unión Europea, así como llevar los criterios sostenibles desde la creación de productos hasta su divulgación.
Frente a la falta de concreción en muchas de estos cambios normativos, Zapata insistió: “A las entidades reguladas nos interesa mucho saber cómo se va a supervisar todas estas cuestiones. En el caso de MiFID II, se va a evaluar un contenido que hemos elaborado el día 3 de enero, cuando una semana antes no sabíamos todavía si tendríamos ley”.
Impacto en la industria
Durante la jornada, las principales firma de la industria quisieron transmitir cómo están viviendo y aplicando ellas toda esta avalancha normativa. Según defendieron la mayoría de los participantes, ésta está muy alineada con todo lo que es la sostenibilidad y los criterios ESG. “Nosotros nos dimos cuenta que no era cuestión de integrar algo en los productos o en el negocio, sino que tenía que ser parte de nuestra cultura, y así lo hicimos”, señaló Alicia Muñoz Lombardía, directora de gobierno, regulación y privacidad de Santander España.
“Creo que toda esta normativa arrastra a la gente a la parte del asesoramiento, además ha introducido el diálogo de la inversión sostenible y los intereses medioambientales y sociales del inversor, por lo que hará crecer esta tendencia”, argumentó Elisa Rincón, directora general de Inverco.
Por su parte, Juan Aznar, presidente ejecutivo de Mutuactivos, se mostró algo más escéptico, y recordó que aún quedan algunas barreras importantes. “Evidentemente, hay una mayor sensibilidad a los aspectos ASG en la sociedad, en especial en el inversor institucional, y en la comunidad financiera, pero aún no hay una demanda masiva. Creo que por ahora, ésta es una tendencia que se está dirigiendo más hacia la inversión temática o de nicho. Además, seguimos sin tener una comprobación empírica de que contar con criterios ESG aporte más rentabilidad, pero sí es un gran argumento que ayuden a la gestión del riesgo”, señaló.