“Las IIC tienen capacidad para generar gran riqueza para las familias, por eso han ganado atractivo como una solución para su ahorro. Esto hace lógico que estén sometidas a una gran regulación”, ha defendido Antonio Romero, director adjunto del Área de Servicios Asociados y Auditoria de Cecabank, durante la IV Jornada Securities Services de Cecabank. Una de las regulaciones que se refiere Romero es a MiFID II, que ha sido tema de debate durante estas jornadas, celebradas a finales de la semana pasada.
Romero ha querido destacar el nuevo concepto que supone la entrada en vigor de MiFID II, prevista para 2018. “En concreto, es muy importante la separación entre independiente y no independiente, así como los criterios de transparencia de cara al inversor que, como es lógico, van a ayudar a protegerle. Además, como consecuencia de su aplicación, se planteará una nueva forma de distribuir los productos”, añade.
En opinión de Javier Planelles, director de Operaciones de Cecabank, la industria sigue inmersa en un debate sobre cómo aterrizar y cuáles serán las consecuencias de esta normativa, mientras sigue esperando a que se publique la ley española de transposición. “Lo más importante es cómo esta transposición va a afectar al modelo de negocio de toda la industria. En este sentido, quizá son dos los aspectos más relevantes: uno afecta a la infraestructura de mercado y supone que va a haber que demostrar a posteriori que se está ofreciendo la mejor opción entre diversos productos, y en segundo lugar, todo lo que tiene que ver con la relación con el cliente y la retribución para la gestora o entidad, que es lo que más incumbe a los bancos españoles”, explica.
Según su experiencia, un aspecto fundamental es que MiFID II va a obligar a que cada parte de la cadena de valor identifique la actividad concreta que realiza y se especialice en ella, lo cuál impacta directamente en el modelo de negocio de las entidades.
Para Arantzazu Loinaz, director de Área de Negocio de CaixaBank AM, lo más importante de MiFID II es que dará a las gestoras la oportunidad de poner en valor el asesoramiento. “Rompe esa mentalidad de colocar productos a un cliente y pasamos a hablar de planificar el ahorro y la inversión de los clientes, así como acompañar al cliente en sus diferentes necesidades”, afirma. Un trabajo que, en el contexto actual, considera que se va a valorar más aún; por eso insiste en que “el entorno de intereses bajos unido a MiFID II nos hace poner en el centro nuestro roll como asesores financieros para el inversor. Nos vamos a dedicar a planificar su ahorro y vamos a apoyar la distribución, lo que supone un cambio estructural”.
En este sentido, Loinaz considera clave la segmentación de los clientes. “Segmentar el tipo de ahorro que quiere el cliente nos ayudará a ofrecer productos más adaptados a sus necesidades y esto va a ocurrir se tenga un modelo independiente o no independiente, al final es el cliente el que sale reforzado”, matiza.
Desde el punto de la regulación, Jorge Vergara, subdirector de Supervisión de IIC-ECR CNMV, señala que el reto que les plantea MiFID II es “su aplicación de forma homogénea entre los diferentes países por parte de los respectivos reguladores”. Además, considera que esa homogeneidad también sea respecto para las entidades, independientemente de cuál sea su tamaño, por ejemplo estableciéndose requisitos comunes. En su opinión, “es fundamental que nadie pierda de vista el objetivo último de está normativa: la protección del cliente”, recuerda.