En este entorno de recuperación y transformación en el que estamos inmersos, la participación de los mercados de valores y de financiación no bancaria son una “pieza fundamental”, según ha destacado Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV, en el XII Encuentro Financiero organizado por KMPG y Expansión.
“Contamos con un mercado profundo y transparente y hay que potenciarlo, tanto en el acceso de nuevas compañías como en el acceso de los inversores, con un mayor número y variedad, sean minoristas o institucionales”, ha resaltado. En este sentido, Buenaventura ha recordado el papel que puede tener el inversor minorista, rescatando el debate de la flexibilización de su entrada a ciertos nichos de mercado.
A pesar de que considera “muy positivo” acercar al ahorrador el mercado de valores, el cómo hacerlo es un tema que ha sido largamente debatido. En la tendencia de favorecer y flexibilizar a los inversores minoristas el acceso a los mercados de valores y fondos, según explica, se da el clásico dilema regulatorio: ¿debemos optar por maximizar la libertad de decisión? ¿O poner límites para el acceso a ciertos productos? “La respuesta oscila entre los extremos en función del momento del ciclo económico en el que estemos. Hoy parece que el tono regulatorio camina hacia la flexibilización”, explica. Pero advierte de que no debemos perder de vista la dimensión de la protección del inversor.
Un aspecto de este debate afecta a los vehículos alternativos y fondos de capital riesgo. “Es positivo acercarlos, pero no a cualquier precio”, alerta. “Reducir el límite cuantitativo de entrada del minorista es beneficioso siempre y cuando se haga bajo recomendación de la entidad y que la inversión realizada no suponga un porcentaje demasiado alto en su riqueza financiera”, opina. Sin embargo, la Comisión Europea propone ir más allá eliminando esas dos condiciones, descansando solo en el análisis de idoneidad.
El debate de rediseñar las ventanas de liquidez
En esta conversación en torno a la mayor incorporación del inversor minorista surge otra pregunta más: cómo combinar la necesidad de incorporar más minoristas con el mantenimiento de un adecuado perfil de liquidez de los vehículos de inversión colectiva. Según relata el presidente de la CNMV, el riesgo de liquidez de los fondos españoles, UCITS y cuasi UCITS ha estado muy bien gestionado, pero considera que, si nuestro modelo económico ha de transformarse y el impulso de las pymes se determina como fundamental, es necesario que los gestores y partícipes adapten las ventanas y expectativas de liquidez a las características de los valores en los que invierten y no al revés.
“En determinados vehículos pueden diseñarse ventanas de liquidez menos frecuentes. Esto facilitaría la presencia más significativa de activos menos líquidos y muy interesantes, como las acciones de pymes en expansión. Sería positivo para la economía española, que necesita de la inversión colectiva para seguir creciendo, para los partícipes, que verán incrementada su rentabilidad a largo plazo, y para las empresas en expansión que requieren de una base inversora más amplia y profunda”, valora.
Aclarando antes que sí debemos mantener el supuesto de liquidez diaria allí donde tiene sentido, Buenaventura invita a ser creativos y rediseñar ventanas de liquidez. “Siempre que se haga con transparencia y explicando el régimen de liquidez”, matiza.
El reto de los neobrokers
Otro de los retos que localiza Buenaventura es el de los neobrokers, cuyo modelo de negocio se basa en el desarrollo tecnológico y en hacer más accesible la participación directa de los minoristas en el mercado. El experto da la bienvenida a estos actores alegando que incrementan la competencia, contribuyen a mejorar los servicios y a reducir el coste de acceso a los mercados. Sin embargo, advierte de que hay que diferenciar entre los que lo hacen de una manera “sana” (reduciendo costes y comisiones a base de ser más eficientes, dinámicos, contar con costes fijos menores y aplicar la tecnología) o de una forma “peligrosa”.
“La forma peligrosa es rebajando o eliminando costes explícitos por el método de vender al mejor postor las ejecuciones de las órdenes de sus clientes. Se conoce como pago por flujo de órdenes. En este modelo, el bróker obtiene su remuneración de un tercero que le paga por recibir el negocio de sus clientes”, explica Buenaventura.
En estas operaciones, según resume, el riesgo es triple. Por un lado, hay riesgo de recibir información engañosa (el sistema se publicita como comisiones cero), hay riesgo de conflicto de interés y del incumplimiento del deber de mejor ejecución. Por ello, la ESMA y la Comisión Europea ya han advertido de esta práctica cuestionando su legalidad y proponiendo su prohibición.