La administración Trump ha dado por fin el esperado paso hacia la desregulación bancaria al presentar ayer por la noche sus recomendaciones sobre el tema. La sorpresa llegó de la mano del tono general del documento, que habla en muchos casos de flexibilizar la muchas de las restricciones impuestas a Wall Street después de la crisis financiera, como la Ley Dodd-Frank, en lugar de derogarlas por completo.
En la práctica esto significa que el equipo del Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, trabajará en la vía ejecutiva, al modificar la legislación existente, que por la legislativa. La nueva regulación reducirá las restricciones impuesas a determinados tipo de operativas de los grandes bancos, flexibiliza los requisitos en los test de estrés y reduce el poder de la Oficina de Protección al consumidor.
“Los requisitos establecidos en la Ley Dodd-Frank son supervisados por múltiples agencias reguladoras con responsabilidades compartidas o conjuntas. Es una complicada estructura de supervisión que ha elevado el coste del compliance para el sector de depositarios, en particular para las instituciones financieras de tamaño medio. A la luz de la mejora significativa de la fortaleza del sistema bancario y la economía, se justifica un reequilibrio razonable de los principios reguladores”, dice el texto presentado por Mnuchin.
Banca internacional en Estados Unidos
Los principales beneficiados de estas reformas serán los bancos estadounidenses como JPMorgan Chase, Bank of America, Citigroup, Wells Fargo & Co, Goldman Sachs Group, Morgan Stanley o Bank of New York Mellon. Sin embargo, el Tesoro también se dispone a reevaluar los requisitos exigidos a los bancos internacionales que operan en Estados Unidos.
“El Secretario de Tesoro tiene razón cuando dice que a raíz de regulaciones onerosas y desproporcionadamente aplicadas, los bancos internacionales han disminuido su presencia en el país. Además, las barreras de acceso al sistema financiero estadounidense para nuevos entrantes se han visto elevadas. Las reformas que Mnuchin ha presentado son buenas ideas para aliviar esa situación”, apuntó David Schwartz, CEO de la Asociación de banqueros internacionales de Florida (FIBA).
Las instituciones bancarias extranjeras, que incluyen sucursales bancarias extranjeras, agencias y filiales de bancos estadounidenses, poseen aproximadamente una cuarta parte de todos los activos de banca comercial en Estados Unidos.
La asociación estadounidense de bancos –ABA por sus siglas en inglés– también dio la bienvenida a los cambios regulatorios y recordó que todavía queda mucho por hacer para conseguir que las entidades financieras sigan jugando un papel clave en la aceleración del crecimiento.
«El informe del Tesoro de hoy es un paso importante para refinar las regulaciones financieras y asegurarnos que apoyan -no inhiben- la expansión económica. Aplaudimos al Secretario Mnuchin por reconocer que necesitamos una reforma rregulatoria para impulsar el crecimiento económico y esperamos que este informe sirva de catalizador en ese esfuerzo”, afirmó esta mañana Rob Nichols, presidente y CEO de ABA.
Para Nichols, y la asociación que preside, es muy positivo que las recomendaciones incluyan cambios en la Regla Volcker que abordan las restricciones innecesarias a los mercados y su extensión injustificada a los bancos regionales. “El informe también requiere ajustes importantes a las regulaciones que rodean la liquidez y pruebas de estrés, así como la exención de los bancos regionales de Basilea III”, dijo.