Los asesores y gestores patrimoniales europeos siguen teniendo dificultades para garantizar que los procesos de idoneidad del inversor cumplan con la normativa MiFID II, según advierten los expertos en finanzas conductuales de Oxford Risk. La experiencia de la firma, que trabaja con las principales empresas de asesoramiento de toda Europa, le permite identificar las mejores prácticas de cumplimiento de la normativa MiFID II y cuántas empresas se arriesgan a tener problemas con el regulador y los clientes por no seguir estas mejores prácticas.
Ha emitido su advertencia a raíz de las orientaciones adicionales del regulador europeo ESMA, que destacan la necesidad de mejoras en la forma en que la legislación se está aplicando actualmente a las evaluaciones de idoneidad de los inversores, centrándose en lo que las empresas están pasando por alto.
Oxford Risk afirma que observa «mucha confusión» por parte de las empresas de asesoramiento y que, en algunos casos, las grandes firmas están pidiendo a los clientes que firmen su propio nivel de riesgo, a pesar de que la legislación lo prohíbe específicamente. Las últimas directrices de ESMA sobre determinados aspectos de los requisitos de idoneidad de MiFID II, publicadas en abril, ponen de relieve que los requisitos para tener en cuenta las preferencias de sostenibilidad de los inversores son los que se aplican de forma más incoherente, afirma Oxford Risk.
Otros errores
Otros errores comunes que observa Oxford Risk incluyen confundir la tolerancia al riesgo con el nivel de riesgo adecuado para los inversores, y no combinar la capacidad de riesgo y la tolerancia al riesgo a la hora de determinar la idoneidad general. Los asesores y gestores patrimoniales también suelen medir incorrectamente los objetivos y horizontes temporales en relación con una inversión y no con el inversor.
Además, los asesores y gestores patrimoniales no suelen medir las preferencias del inversor de forma sólida y científica, al tiempo que confunden poseer o no poseer inversiones con tener conocimientos y experiencia relevantes para la experiencia inversora.
A Oxford Risk le preocupa que las empresas no evalúen las preferencias de idoneidad con suficiente profundidad y subraya la necesidad de evaluar las preferencias de forma más detallada que con simples preguntas de sí o no.
James Pereira-Stubbs, director general de Clientes de Oxford Risk, afirmó que la lista de requisitos de MiFID II «puede ser larga, pero la clave para entender las soluciones es sencilla: todo gira en torno al conocimiento del cliente». Por ello, para cumplir con «el espíritu y la letra de la ley» es necesario trabajar «una mejor comprensión de la situación financiera, psicológica y emocional del cliente; una mejor demostración de estos conocimientos; y una mejor presentación a los clientes de cómo estos conocimientos coinciden con las inversiones adecuadas para ellos». Con estas medidas, además, «los clientes se comprometen más, los activos crecen más y la retención aumenta», según Pereira-Stubbs.
El experto es partidario de «tomarse un respiro para considerar cómo se pueden cumplir mejor estos requisitos en el contexto de la intención general de la legislación puede reportar enormes dividendos tanto a los asesores como a sus clientes. Desafortunadamente, vemos que muchos bancos recurren a un ejercicio de comprobación de casillas que conduce a una falta de cumplimiento y a los inversores en soluciones equivocadas».
Oxford Risk insta a los gestores de patrimonios a abordar adecuadamente las preferencias de sostenibilidad de los clientes con la adopción de las mejores prácticas y una metodología que se adhiera a la normativa MiFID II. Los gestores de patrimonios deben ser conscientes de que, si bien las preferencias de sostenibilidad a corto plazo pueden cambiar con el tiempo, una evaluación adecuada de la sostenibilidad del cliente debe captar con precisión las preferencias a largo plazo, eliminando la necesidad de exclusiones innecesarias y operaciones en curso que pueden afectar negativamente al rendimiento de la cartera del cliente.
Las herramientas de idoneidad y sostenibilidad de Oxford Risk, basadas en estudios de comportamiento líderes en el mercado, siguen evolucionando, proporcionando una sólida base científica a las cuestiones de hasta qué punto es adecuada la inversión sostenible y qué proporción de los activos debe destinarse a causas específicamente medioambientales.
La empresa, que crea programas informáticos para ayudar a los gestores de patrimonios y otras empresas de servicios financieros a ayudar a sus clientes a tomar las mejores decisiones financieras frente a la complejidad, la incertidumbre y los sesgos de comportamiento, ha desarrollado algoritmos propios que clasifican los productos, las comunicaciones y las intervenciones en función de su idoneidad para cada cliente en un momento determinado.
La firma considera que la mejor solución para cada inversor debe basarse en una visión holística que combine medidas estables y precisas de la tolerancia al riesgo, una comprensión de sus circunstancias financieras generales, y conocimientos y experiencia. Las evaluaciones del comportamiento de la personalidad financiera ofrecen a los inversores la oportunidad de conocer sus propias actitudes, emociones y prejuicios, ayudándoles a prepararse para cualquier posible ansiedad que pueda surgir. Esto debería utilizarse para ayudar a los inversores a controlar sus emociones, no para definir el riesgo adecuado de la propia cartera, según señalan desde Oxford Risk.