El sector de la inversión colectiva muestra un gran dinamismo: en los últimos tres años y medio se han creado 31 gestoras de IICs, el patrimonio de los fondos avanza y las rentabilidades son buenas -aunque en la industria recelan de hablar de rentabilidades a corto plazo-. Además, en los últimos doce meses se han producido novedades normativas muy importantes. Pero aún quedan otros retos normativos clave para impulsar el sector, denuncia Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco, en el marco del XI Encuentro Nacional de la Inversión Colectiva organizado por la APD, Deloitte e Inverco y celebrado esta mañana en Madrid.
Entre las novedades y los avances, la adaptación a MiFID II ha supuesto un esfuerzo para las gestoras y comercializadores -debido a la transposición tardía-, por fin se ha culminado la legislación sobre cuentas ómnibus, se ha aprobado el envío telemático de información a partícipes, ha habido una reducción de las sanciones leves que afectan a las medianas y pequeñas gestoras, ha habido una reclasificación de los clientes hacia clases baratas, y una clarificación sobre los gastos de análisis… También están la aplicación del principio de proporcionalidad para las nuevas autorizaciones, o la simplificación de información a partícipes con la que trabaja ya la CNMV para proporcionar una información más adecuada.
Otro aspecto en positivo es que la CNMV ha abierto la posibilidad de las gestoras de tener criterio para poder limitar la suscripción de fondos, una iniciativa que se ha conseguido junto con Inverco. Ello permite a las gestoras no aceptar más suscripciones en un fondo de inversión cuando ha alcanzado el tamaño máximo que considera óptimo para el interés de sus clientes. Es algo que en otros países se puede hacer (los llamados soft o hard closes en fondos), pero que en la norma española no estaba claro, lo que llevó a Inverco a organizar un grupo de trabajo con más de 13 gestoras asociadas, que formuló una propuesta y se remitió a la CNMV, explican desde la asociación. “El fruto de este trabajo es que la CNMV ha admitido esta posibilidad, facilitando así una gestión de los fondos más alineada con los intereses de los clientes”, explica Elisa Ricón, directora general de Inverco.
Las eñes regulatorias
Y es que hay aspectos que son posibles en otros países, pero que están restringidos en España. Por eso el presidente de Inverco, además de señalar los retos de otro tipo -como el tema de la adaptación de los procesos de inversión a los criterios ESG, la digitalización o la concentración de gestoras-, hizo hincapié en los retos regulatorios para hacer de España un país más competitivo en inversión colectiva. Así, Martínez Aldama habló de la necesidad de seguir quitando “eñes” a la legislación española, es decir, eliminar las restricciones que existen aquí y que no están en la directiva comunitaria de IICs, o restricciones que no existen en otros países que compiten con España en la exportación de productos y vehículos de inversión.
“Tenemos que seguir eliminando eñes, algunas de las cuales están en el ámbito de la inversión colectiva. La regulación de fondos institucionales en otros países, y su inexistencia en España, hace que España sea un país de fondos con inversores minoristas”, denunció. El presidente recordó la existencia de una exigencia de un número mínimo de inversores en España, y no máximo, que limita el desarrollo de la industria, así como otros ejemplos como la no regulación de orden ministerial de préstamo de valores.
Y señaló más eñes: “Otras cuatro eñes a eliminar para ser competitivos en gestión de activos son la necesidad de un marco estable y estimulante para la promoción del ahorro financiero; en pensiones, la necesidad de promoción en el segundo pilar empresarial con medidas como en Reino Unido, para que todos los ciudadanos puedan tener dos pensiones cuando se jubilen; el reconocimiento de la sicav como figura armonizada y sin restricciones adicionales a las que marca la directiva comunitaria; y el impuesto sobre transacciones financieras, que no pagará el sector financiero sino los ahorradores, y en caso de los fondos de inversión y pensiones, sus partícipes.
Tres retos
Rodrigo Díaz, socio responsable del área de Investment Management de Deloitte, habló de tres retos del sector para crecer: la rentabilidad, en un entorno de tipos de interés nulos y mercados azotados por tensiones, en el que conseguir retornos positivos va a ser difícil sobre todo para un perfil de inversor conservador; el segundo, la liquidez (“hay que preservarla y la evaluación de la liquidez va a ser clave en la gestión de las carteras”); y en tercer lugar, incorporar la ISR de forma concluyente al ADN de los fondos de inversión. “Con esto, evitaremos errores del pasado y sentaremos las bases para otro crecimiento sostenible de la industria”.
El experto hizo mención a un estudio de Inverco que muestra que el 98% de los españoles están preocupados sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones, y el 95% pide información sobre la pensión pública. “Hay que proveer a los inversores de sistemas alternativos para complementar la pensión pública y seguir fortaleciendo la educación financiera. Nos jugamos tanto en fondos de inversión como de pensiones tener un tamaño de inversión colectiva sobre el PIB acorde con el entorno, lo que significará diversificación, porque en España siempre ha habido un sesgo del ahorro hacia el sector inmobiliario, que ha traído grandes desequilibrios”, añade.
También en la presentación, Enrique Sánchez de León, consejero director general de la APD, recordó cómo ha crecido la industria desde 2008, pasando de 232.000 millones de euros a 472.000: “Ha llovido mucho y mucho va a llover en el próximo año, en un entorno con rendimientos negativos en los bonos, curva invertida, guerra comercial, Brexit, elecciones inciertas en España… se presenta un panorama complejo pero lleno de oportunidades para la industria”, aseguró.
El evento contó con 650 asistentes de 250 entidades.