La cadena de valor de la industria de la gestión es “larga y compleja”. Así la califica Cerulli, que considera que pocas entidades pueden permitirse cubrir por sí solas todas las tareas que implica el negocio. Sobre todo después de la introducción de nuevas exigencias regulatorias, que, en su búsqueda de mayor transparencia y control, elevan los costes. Algo que está impulsando cada vez a más entidades gestoras a externalizar algunas de las actividades de las que se nutre esa cadena de valor.
La externalización es una de las grandes consecuencias de la nueva normativa. Pero, según la última edición del The Cerulli Edge-Europe Edition, el camino no es de un solo sentido, puesto que otras entidades también se están viendo obligadas a externalizar actividades hacia las entidades gestoras. En un mundo en el que los modelos basados en comisiones e incentivos se desmoronan, los gestores pueden salir beneficiados.
Las gestoras externalizan…
Una de las principales conclusiones de su encuesta sobre el impacto de la regulación es la tendencia hacia la externalización debido sobre todo a diferentes normativas, según comenta Angelos Gousios, analista senior en Cerulli. “AIMFD es muy distinta a EMIR, FACTA o MiFID II”, pero hay unas funciones que, como consecuencia de estas normativas, son las que más posibilidades tienen de ser externalizadas: la tecnológica y la de producción de documentos o folletos informativos. Las áreas de reporting (sobre todo como consecuencia de Solvencia II), compliance o legal, y apoyo a márketing también lo están siendo, según indica el gráfico que recoge los resultados de la encuesta.
Para Cerulli, toda esta tendencia de externalización tiene sentido, pues “los gestores están para gestionar fondos, no para manejar servidores o decidir si actualizar sus sistemas a Windows 8”. Por lo tanto, considera que producir folletos mensuales en diferentes lenguas en un tiempo récord es algo que se puede encargar a una fábrica de KIIDs, los documentos clave de información al inversor, una entidad que puede hacerlos con menor coste que el de un equipo interno que tenga que aprender y cumplir las normas que exige Europa.
… pero también se externaliza hacia ellas
Además de esta externalización de la tecnología o los documentos por parte de las gestoras, la externalización de la selección de fondos por parte de otras entidades, y sobre todo hacia las gestoras, también es creciente, sobre todo en Reino Unido, tras la implementación de la normativa RDR (Retail Distribution Review).
“Incluso si MiFID II no implica finalmente una fuerte prohibición de retrocesiones, si Francia sigue su camino, otros países podrían seguir a Reino Unido con la implantación de normas domésticas”, comenta Barbara Wall, directora de análisis europea de Cerulli. “Si eso ocurre, los gestores acecharán una oportunidad que se abrirá en toda Europa porque los asesores no querrán seleccionar fondos para sus clientes y externalizarán la actividad. En Reino Unido los gestores discrecionales ya están beneficiándose”, explica.
Incluso esa tendencia se dará en el mundo offshore. Según Cerulli, muchos portafolios que van dirigidos al mercado offshore son relativamente poco sofisticados y vienen envueltos en productos asegurados “caros e innecesarios”, debido a que la normativa de venta es débil. Pero la regulación está empujando a los intermediarios a servir a sus clientes, y no solo a vender productos. De ahí que la tendencia a externalizar la selección de productos se esté extendiendo “desde Ginebra a Oriente Medio”.
Según Cerulli, hay potencial para que las gestoras pequeñas también ganen músculo en estos procesos de externalización de actividades por parte de los asesores, que derivarán en relaciones más estrechas asesor-gestor. “Para ganar negocio subasesorado, los gestores necesitan ser capaces de ofrecer una gama de soluciones que sea escalable y fácilmente explicable”, concluye el estudio.