El presidente de México, Enrique Peña Nieto, promulgaba hace unos días la reforma financiera aprobada por el Congreso de la Unión, una reforma que según el propio mandatario “permitirá aprovechar mejor las favorables condiciones económicas que existen en 2014 para impulsar el crecimiento» y se logrará aumentar en un 15% el crédito que habrá de otorgar la banca de desarrollo en el país, entre otros.
La reforma modifica 34 ordenamientos contenidos en 13 iniciativas y se basa en cuatro pilares:
- Fomentar la competencia en el sector financiero
- Fomentar el crédito a través de la banca de desarrollo
- Ampliar el crédito a través de las instituciones financieras privadas
- Dar mayor solidez y prudencia al sector financiero en su conjunto
Para el Gobierno mexicano, la reforma representa una «oportunidad única para que el sector financiero contribuya en mejor medida al crecimiento económico incluyente». «Nuestro país tiene uno de los mejores sistemas bancarios del mundo, pero también uno de los que menos prestan a nivel mundial, con una penetración de crédito al sector privado de tan sólo el 26%». Desde el Ejecutivo confían en que se podrá corregir esa situación y «hacer del crédito un mayor detonador del crecimiento económico en favor de las familias mexicanas».
Durante 2013 el crédito otorgado por la banca experimentó un crecimiento favorable. La cartera vigente de los portafolios empresarial, de consumo y de vivienda creció en términos reales el 6,6%; el crédito al sector empresarial aumentó a una tasa anual real del 5,2%; mientras el crédito al consumo creció el 9,9%, y el crédito a vivienda el 6,3%, ambos en términos reales.
Desde Los Pinos confían en que con la reforma se duplique en los próximos años estos crecimientos en promedio, lo que reporte aproximadamente medio punto porcentual adicional al crecimiento de la economía. «La reforma recupera el mandato de las instituciones financieras del Estado mexicano de promover el crecimiento, al crear mayores oportunidades de desarrollo en sectores económicos estratégicos”.
En este sentido y tras haber alcanzado el billón de pesos en créditos de las instituciones de la banca de desarrollo en 2013, este año se marcan como objetivo llegar al 1,150 billones de pesos en financiamiento directo e impulsado.
La reforma financiera impulsará obras, potenciará el campo y las exportaciones; respaldará proyectos productivos de empresas y emprendedores mexicanos. “La feforma financiera será un soporte valioso para los objetivos trazados por el Instituto Nacional del Emprendedor”, añade el Ejecutivo mexicano al explicar los objetivos fundamentales de la reforma.
La banca de desarrollo, la banca dirigida por el Ejecutivo mexicano y que busca el desarrollo de ciertos sectores de la economía local, tendrá mayor flexibilidad en su operación, para cumplir con sus distintos fines sociales, como la igualdad de género y el desarrollo de Ciencia, Tecnología e Innovación.
En cuanto a mejorar la certeza jurídica de la actividad de los agentes privados del sector financiero, desde Los Pinos destacan que la reforma brinda nuevos esquemas para cumplir los contratos mercantiles, así como regímenes que facilitan el otorgamiento y ejecución de garantías.
“Con ellos, las instituciones financieras tendrán mayor certeza jurídica y, al reducir sus riesgos, podrán prestar más a menores tasas de interés. De esta forma, se están generando condiciones para apoyar la creación de más empresas, pero también para que las existentes crezcan y se consoliden”, subrayan desde Los Pinos.
Con esta reforma, se establece un marco jurídico que promueve la competencia, multiplicando y mejorando las opciones de crédito para los mexicano. “Con más competencia entre los bancos, habrá tasas más bajas, menores comisiones y mejores servicios”. Todos los beneficios y avances de esta reforma habrán de fortalecer la estabilidad del sistema financiero, dicen. Gracias a ella, se han elevado a rango de ley diversas medidas encaminadas a la regulación, coordinación y sano desarrollo del sector.