El supervisor europeo, ESMA, alerta sobre las malas prácticas en la prestación de servicios de inversión, que se están detectando en el comienzo del año 2021, por algunas entidades establecidas fuera de la Unión Europea. La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) publicó un comunicado en el que recuerda a las entidades la importancia de cumplir con las obligaciones sobre comercialización pasiva, explican desde finReg360.
El artículo 42 de la MiFID II prevé que un cliente, minorista o profesional, bajo solicitud de la UE, pueda pedir a iniciativa propia la prestación de un servicio de inversión a una entidad de fuera de la UE, sin que sea necesario que esta entidad tenga autorizada una sucursal en el estado miembro de la UE donde lo preste.
Malas prácticas tras el Brexit
En ese sentido, tras finalizar el período transitorio del Brexit el el 31 de diciembre de 2020, la ESMA ha detectado determinadas prácticas cuestionables por entidades que estarían intentando eludir la normativa europea. Algunos ejemplos de estas prácticas son la utilización de cláusulas contractuales genéricas en las que el cliente declare que toda transacción es a iniciativa suya y la inclusión de ventanas pop-ups en las que el cliente acepte que toda transacción es a iniciativa suya.
La Autoridad Europea de Valores y Mercados recuerda que las actividades de captación, anuncio o promoción por las entidades de países de fuera de la UE, a través de comunicados de prensa, anuncios en internet, llamadas o reuniones presenciales, deben tenerse en cuenta para evaluar caso por caso si la iniciativa corresponde al cliente o a la entidad.
Así, cuando la entidad establecida fuera de la UE, ahora también el Reino Unido, capte directamente o a través de terceros, de forma activa, potenciales clientes en la UE, no puede considerarse que el servicio prestado sea a iniciativa exclusiva del cliente.
En ese sentido, la ESMA recalca que la prestación de estos servicios sin la debida autorización conlleva un riesgo de sanción. Por tanto, el comunicado parece indicar que, a raíz del Brexit, los supervisores han puesto el foco en este tipo de prácticas y van a supervisarlas activamente.