La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) ha presentado su programa de trabajo para 2025, en el que detalla sus objetivos estratégicos y las acciones para el próximo año. Según manifiesta la autoridad europea, este programa pretende abordar los desafíos continuos que afectan a la UE, a sus ciudadanos y a los mercados de capitales, en un contexto económico de constantes cambios normativos y creciente influencia de la tecnología. Además, se basa en un reciente documento que publicó con 20 recomendaciones sobre cómo reforzar los mercados de capitales de la Unión Europea (UE), centrándose en los ciudadanos, las empresas, y la regulación y su supervisión.
En cuanto al contenido del programa, la ESMA expone que su objetivo es desarrollar un marco normativo único y eficaz que promueva la eficiencia y la estabilidad de los mercados europeos, en coordinación con otros organismos europeos e internacionales. Las prioridades estratégicas que han elegido son: fortalecer la supervisión de los mercados financieros con la aplicación de enfoques comunes y la ampliación a nuevas áreas de actuación, y mejorar la protección de los inversores minoristas. Esta última pretenden llevarla a cabo controlando las tendencias y los riesgos de los productos y servicios financieros, mejorando la educación financiera, y ampliando la transparencia.
Para avanzar en esas prioridades, la ESMA indica que tiene varios impulsores temáticos. En primer lugar, adaptará la normativa a las innovaciones tecnológicas y al uso efectivo de los datos a través de inteligencia artificial, tecnologías de registros descentralizados o resiliencia operativa digital. Por otro lado, intensificará su labor sobre la financiación sostenible, para que los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) se integren efectivamente en las prácticas de los mercados. Esto se conseguirá con actividades como la aplicación del reglamento sobre bonos verdes, la lucha contra el «greenwashing» o ecopostureo, y la contribución al desarrollo internacional de los estándares ASG.
La ESMA también pretende impulsar los nuevos mandatos regulatorios durante 2025, entre los que finReg destaca dos. Por un lado, la resilencia operativa digital, su cumplimiento estará supervisado por la ESMA, en colaboración con las autoridades nacionales competentes, tras la entrada en vigor del reglamento DORA. En segundo lugar, los mercados de criptoactivos, en los que la ESMA entiende que debe jugar un papel relevante en la aplicación efectiva del reglamento MiCA para asegurar el cumplimiento de las normas sobre protección de inversores y mitigación de riesgos. Su labor incluirá el desarrollo de los procesos de autorización y supervisión de proveedores de servicios de criptoactivos, y la aplicación de medidas para prevenir el abuso de mercado con los criptoactivos, mediante la cooperación con las autoridades nacionales competentes y el desarrollo de soluciones comunes.
Cita también los objetivos en otros ámbitos como la consolidación de la información, a través de la selección y autorización del primer proveedor de información consolidada para mejorar la transparencia en los mercados financieros y lograr un acceso más amplio a datos precisos y en tiempo real. Por otro lado la transparencia del mercado, con el desarrollo del Punto de Acceso Único Europeo, para facilitar el acceso a los datos públicos y a la información sobre los mercados de valores. En tercer lugar, la protección del minorista y del consumidor gracias a los avances en la Estrategia de Inversión Minorista (RIS, por sus siglas en inglés). Y por último, el impulso de los mercados de capitales con el desarrollo de la Listing Act; la modificación de la MiFID II y del MiFIR; la revisión del régimen de aptitud de activos UCITS, o el régimen de fondos de inversión a largo plazo europeos (los FILPE).
En cuanto a la revisión inter pares o peer review, la ESMA añade que dará a conocer en 2025 los resultados de las actuaciones supervisoras de 2024 sobre las obligaciones de los depositarios por las directivas UCITS y GFIA. Asimismo, prevé iniciar en 2025, entre otras revisiones, la supervisión de las actividades transfronterizas de las empresas de inversión; y deslocalización de empresas derivada del Brexit.