La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA por sus siglas en inglés) ha presentado recientemente los resultados sobre la acción común de supervisión y el mystery shopping sobre costes y gastos. Un ejercicio que ha tenido como finalidad contribuir a la protección de los inversores, según apuntan desde finReg360. Ahora, la ESMA plantea ampliar las preguntas y respuestas sobre costes y gastos y un posible nuevo formato normalizado para la información a los clientes.
La ESMA revisó el grado de cumplimiento de las normas sobre información proporcionada a los clientes minoristas sobre costes y gastos. En particular, estudió si esta información periódica facilita a los clientes en el momento oportuno; es justa, clara y no engañosa; se basa en datos precisos que reflejan todos los costes y gastos explícitos, y si muestra adecuadamente los incentivos. Además, con la técnica de mystery shopping, la revisión de la información previa sobre costes y gastos sirvió para identificar en una fase temprana nuevos riesgos y problemas (incluidas ventas indebidas), y obtener información sobre cómo aplican las entidades en la práctica los requisitos de la normativa.
El informe recoge varias conclusiones.
1. Para la acción común de supervisión, el resultado de la actuación de ESMA, según finREG360, muestra un nivel adecuado de cumplimiento de la mayoría de los requisitos de la MiFID II sobre costes y gastos. En general, las entidades facilitan esta información a los clientes y disponen de los controles pertinentes. Pero también reveló algunas deficiencias y áreas en las que observan falta de convergencia:
-Casos en los que se proporcionaban solo importes nominales, sin indicarlos en porcentaje, además de no explicar la forma de cálculo de estos, y y que diferían mucho entre entidades.
– Asignación diversa de los costes y gastos a los productos y servicios, que dificulta la comparabilidad.
– Presentación divergente de la información sobre incentivos.
– Falta de comunicación a los clientes, en ocasiones, de los costes implícitos (como los costes de transacción o los costes de estructuración).
– Prácticas diferentes en la ilustración que muestra el efecto acumulativo de los costes sobre la rentabilidad, incluso casos en los que solo se incluye una declaración genérica de ellos, y diferencias importantes en el formato y contenido de la información posterior, con casos en los que la terminología no coincide con la utilizada en MIFID II, lo que puede confundir a los clientes.
2. En el ejercicio de mystery shopping sobre la información previa de costes y gastos, el informe concluyó que las entidades:
– Facilitaron, en la mayoría de los casos, la información sobre costes y gastos antes de la prestación del servicio, pero solo en la mitad de los casos la proporcionaron en soporte duradero; en el resto, era incompleta o solo se facilitaba oralmente.
– Comunicaron tardíamente, en algunas ocasiones, la información de costes y gastos posterior, lo que impide al cliente tomar una decisión de inversión informada en la prestación del servicio de asesoramiento, no siempre especificaban si era independiente o no, y sobre incentivos, la información se proporcionaba al final del proceso o no se proporcionaba.
Para llevar a cabo el estudio, la ESMA contó, para la acción común de supervisión, con la colaboración de 27 autoridades nacionales competentes, que seleccionó una muestra de 194 entidades, incluidas entidades de crédito y empresas de servicios de inversión. La selección la realizó según el número total de clientes; la cuota de mercado y el tamaño global de la empresa. Las inspecciones y comprobaciones de la eficacia de las políticas las llevaron a cabo en visitas in situ y con revisiones no presenciales mediante videoconferencias o audioconferencias. Para el estudio de mystery shopping, el primero coordinado por la ESMA, participaron 10 autoridades nacionales competentes.
La metodología con la que trabajaron para ambos estudios incluyó dos escenarios. El primero, las visitas in situ a sucursales de entidades financieras en las que un supuesto inversor minorista buscaba asesoramiento en materia de inversión. El segundo, mediante contactos a distancia (distribución de servicios de inversión en línea), en los que un supuesto inversor minorista realizaba operativas de inversión sin asesoramiento y por iniciativa propia. Las autoridades nacionales que participaron podían elegir entre cubrir los dos escenarios o solo uno. Así, realizaron 57 visitas in situ y 82 contactos a distancia.
Próximos pasos
Sobre la base de los resultados de la acción común y del mystery shopping, la ESMA concluye que centrará sus esfuerzos en elaborar nuevas preguntas y respuestas, o revisión de las existentes; comenzar los trabajos preparatorios sobre un posible formato normalizado en toda la Unión Europea para la entrega de información sobre costes y gastos a los clientes. Además, las autoridades emprenderán acciones de seguimiento de casos individuales, cuando sea necesario, para garantizar que se subsanen los incumplimientos de la normativa.