En una carta del 5 de enero, FINRA hace públicas las áreas prioritarias de regulación e inspección para 2016. En ella, señala nuevos aspectos así como áreas recurrentes. Los tres grandes temas son los relacionados con cultura, conflicto de interés y ética; supervisión, gestión del riesgo y controles; y liquidez.
En 2016 FINRA formalizará su valoración sobre cultura corporativa, mientras mantiene el foco sobre los conflictos de interés y ética de las compañías. El regulador aclara, en su escrito, que no trata de dictar la “cultura” de las firmas, sino de entender su influencia sobre las prácticas de complience y control de riesgos. Ese entendimiento informará su valoración sobre firmas particulares y los recursos que se destinan a ella.
En su valoración, FINRA se centrará en los marcos que las firmas utilizan para desarrollar, comunicar y evaluar la conformidad con su cultura. Así, se fijará en cinco indicadores de la cultura corporativa: si el control de funciones es valorado dentro de la organización; si las infracciones a las políticas o controles son tolerados; si la organización busca proactivamente identificar los posibles riesgos o incumplimientos; si los modelos de actuación de los supervisores son efectivos en la cultura de la firma; y si se han identificado y tratado posibles subculturas que pudieran no estar en completa concordancia con la cultura corporativa.
FINRA considera que la cultura corporativa es tanto un input como un producto de su sistema de supervisión, incluyendo las formas de identificar y gestionar los conflictos de interés y de asegurar el trato ético a los clientes. Esto significa que las firmas deben tomar acciones visibles para mitigar los conflictos de interés y promover el trato justo y ético a los clientes.