Las entidades financieras europeas tendrán un año más para adaptarse a la nueva normativa MiFID II. La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, ha anunciado esta mañana que planea un retraso de un año para su implementación total, algo que había estado considerando desde el pasado otoño, y una posibilidad que también aceptó el Parlamento Europeo en diciembre.
Finalmente, la Comisión ha propuesto extender un año la fecha en la que entrará en vigor la directiva, de forma que ha pasado del 3 de enero de 2017 al 3 de enero de 2018, con el objetivo de “tener en cuenta los retos técnicos excepcionales derivados de la implementación que afrontan los reguladores y los participantes del mercado”, según anunciaba hace unas horas en un comunicado de prensa. “La Comisión ha propuesto hoy otorgar a las autoridades nacionales competentes y a los participantes del mercado un año más para cumplir con las normas de la directiva MiFID II”, asegura el organismo.
El anuncio aclara así la situación para los participantes del mercado, que no sabían si la implementación se produciría en 2017 o 2018 desde que ESMA, la autoridad de mercado europeo, alertó sobre la posibilidad de que los bancos y otras instituciones financieras no tuvieran tiempo suficiente como para construir los sistemas de reportes de datos necesarios antes del primer deadline en 2017.
Razones técnicas
Las razones son técnicas: “La razón reside en las complejas infraestructuras técnicas que se necesita establecer para que MiFID II pueda aplicarse de forma efectiva. La autoridad de mercados europea, ESMA, ha de recopilar datos de 300 centros de trading sobre unos 15 millones de instrumentos financieros. Para lograrlo, debe trabajar de cerca con las autoridades nacionales competentes y las compañías pero ni unos ni otros tendrían los sistemas necesarios el 3 de enero de 2017”, reza la nota. Y a la vista de estas circunstancias y para evitar incertidumbre regulatoria y disrupciones de mercado, la Comisión considera que el retraso es “necesario”.
“Dada la complejidad de los retos técnicos subrayados por ESMA, tiene sentido extender la fecha”, dice Jonathan Hill, comisario de servicios financieros de la UE. “Daremos a la gente otro año para prepararse de forma apropiada y hacer los cambios necesarios en sus sistemas”.
El desarrollo de nivel II continúa
Este retraso, sin embargo, se limita al trabajo de implementaciones técnicas y no tendrá impacto en los tiempos para el desarrollo de las medidas de nivel II bajo MiFID y MiFIR, que se tendrán próximamente. Y la Comisión Europea seguirá vigilando su desarrollo: “Seguimos presionando con la legislación de nivel II para implementar MiFID II y esperamos anunciar pronto las medidas”, asegura Hill.
Es decir, aunque el retraso afecta a todo el paquete MiFID II (que consta de un bloque que afecta más a las normas de conducta, desarrollado en MiFID, y otro más dirigido a las infraestructuras de mercado e información sobre instrumentos financieros, volúmenes de inversión, etc, desarrollado en MiFIR), el desarrollo de nivel II seguirá su curso dentro de los plazos previstos, para garantizar que las entidades y participantes de mercado conocen este año la normativa y tienen efectivamente más tiempo para adaptarse a la misma.
«La normativa se conocerá en los plazos previstos pero los efectos y la entrada en vigor tendrán lugar un año más tarde, en 2018», explica Elisa Ricón, directora general de Inverco. Por eso, valora el retraso de forma favorable: «La normativa tendrá un gran impacto en las entidades financieras y es importante que se disponga de tiempo para su implementación de forma adecuada», asegura.