La Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión Europea ha presentado una consulta sobre la regulación de un euro digital. Esta consulta, abierta hasta el 14 de junio de 2022, complementa la que hizo el Banco Central Europeo (BCE) en octubre de 2020, en la que recopiló opiniones sobre los beneficios y dificultades de la emisión de un euro digital y su posible diseño legislativo.
“Para que el euro digital se pueda utilizar como moneda, del mismo modo que, por ejemplo, el dinero en efectivo, se precisa un reglamento a propuesta de la Comisión Europea. No obstante, para poder valorar la adecuación de la propuesta de reglamento, la Comisión Europea debe preparar una evaluación de impacto de esa norma, que se apoyará en esta consulta y en la cita del BCE. Por eso, esta consulta de la Comisión, como complemento a la del BCE, busca obtener más información de especialistas para evaluar los efectos de la regulación de un euro digital”, explican los expertos de finReg360.
La consulta se dirige a los siguientes intervinientes del sector de pagos: proveedores de servicios de pago (entidades de crédito, entidades de pago y entidades de dinero electrónico, esencialmente); proveedores de infraestructuras de pagos; desarrolladores de soluciones de pagos; comerciantes y asociaciones de comerciantes; asociaciones de consumidores; reguladores y supervisores del sector de servicios de pago, y supervisores de la prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo (PBCyFT).
Según indican desde finReg360, la consulta se divide en siete secciones, que buscan recabar opiniones del sector sobre: la necesidad y expectativas en la introducción de un euro digital; la posibilidad de que el euro digital mejore los pagos paneuropeos, fortalezca la autonomía estratégica de Europa, mejore la competencia y respalde las necesidades de la economía digital al tiempo que fomente la innovación privada; los efectos potenciales de la posible introducción del euro digital en el concepto de moneda de curso legal de la legislación vigente; o las consecuencias de un euro digital en el sector financiero y para la estabilidad financiera, a la vista de su influencia en el modelo de negocio de los intervinientes en el sector.
A esto se añade también las implicaciones de las medidas de PBCyFT vigentes y su diseño en relación con un euro digital; la incidencia de un euro digital en la privacidad y protección de datos de los usuarios, y el posible uso transfronterizo del euro digital, dentro o fuera de la UE, y los ejemplos de uso que serían interesantes en un contexto internacional.