La estrategia de supervisión preventiva que el supervisor de mercados español, la CNMV, puso en marcha hace unos años, sigue profundizando su ámbito de desarrollo. En un primer momento fueron los fondos con objetivo de rentabilidad no garantizada y más tarde se ha colocado en el punto de mira a los fondos de renta fija y a aquellos que persiguen un objetivo concreto de rentabilidad, a los que se exigirá más transparencia.
Pero además de esa regulación específica para esos dos tipos de fondos (de deuda y de objetivo de rentabilidad, garantizados o no garantizados), la CNMV está decidida a realizar “una revisión horizontal del contenido de la información cualitativa incluida en la información pública periódica de las IICs”, con el objetivo, según explicó su presidenta Elvira Rodríguez esta mañana en Madrid, en la presentación del Plan de Actividades de 2015, “de detectar hipotéticos riesgos en un momento temprano” y ser capaces de actuar a tiempo si es necesario. Así, se podrían “vigilar” aspectos incluidos en esa información referidos por ejemplo al estado de la cartera de inversiones, para asegurar que se respeta la política y que se mantiene el nivel de riesgo del fondo.
Es una medida que, según la presidenta, pone el foco en la supervisión, al margen del reglamento o guía con medidas específicas de transparencia y con exigencias concretas para los fondos de deuda y objetivo de rentabilidad que le servirán de base para su posterior labor de supervisión. Esas exigencias legales se centran en los fondos de renta fija (aquellos que inviertan en deuda de baja calidad crediticia tendrán que indicarlo en sus documentos informativos e incluir en la información pública periódica un comentario sobre la cartera de activos, su vida media y TIR media bruta a precios de mercado a una determinada fecha de referencia) y los de objetivo de rentabilidad (tendrán que incluir en el folleto simplificado un resumen que permita al inversor conocer la estructura financiera, los ingresos totales de la cartera de renta fija y liquidez inicial, los costes totales que soportará y la inversión en opciones para conseguir el objetivo de rentabilidad). Además, los de rentabilidad variable tendrán que velar por que en los folletos se incluya la probabilidad de ocurrencia de distintos escenarios de rentabilidad, como ya había anunciado Rodríguez en un evento a finales del año pasado. Esas obligaciones se pedirán desde el mismo momento de la inscripción de los fondos.
“Queremos que el cliente conozca en qué está invirtiendo y los riesgos que asume. En la situación actual, con los tipos de interés bajo mínimos, estamos trabajando al autorizar las emisiones de nuevos productos y queremos que esas guías marcadas sean de aplicación generalizada. Y luego, sobre esas pautas, poder realizar nuestra labor de supervisión”, explica. Según Rodríguez, hay dos fases: una primera de mercado, en la que han de autorizan los productos concretos y una posterior de comercialización, en la que buscarán que los productos se “desnuden”, con información más profunda en sus folletos, disponible antes de la contratación del fondo. Es su forma de aumentar la protección para el inversor minorista ya que no hay una ley que prohíba expresamente la comercialización de este tipo de fondos entre los inversores no institucionales. “Pretendemos casar la oferta con la demanda en igual de condiciones”, dice, en un entorno en el que los inversores están ávidos de mayor rentabilidad y existen, al otro lado, necesidades de financiación.
En esta línea, y centrándose en el surgimiento de productos estructurados, tando fondos como depósitos, la presidenta entiende que para obtener más rentabilidad hay que asumir más riesgo, en este caso a través de una estructura. “No me preocupa, aprobamos continuamente productos estructurados sencillos ligados a la evolución de un determinado activo”, dice, ya sean productos que van más bien dirigidos a sustituir a vehículos de banca privada o a depósitos a plazo que están venciendo. Pero pone el foco en la transparencia: “En esa supervisión temprana siempre comprobamos que la relación rentabilidad-riesgo-precio es la correcta. Apostamos por una revisión temprana de los productos dirigidos a los minoristas y hemos seguido cómo se están colocando, al igual que hemos hecho en el mercado de renta variable”, asegura. “La supervisión de la comercialización de los productos financieros entre los inversores minoristas seguirá siendo una prioridad para la CNMV”.
Además de la supervisión preventiva de intermediarios financieros, el supervisor también lo hará en los mercados y en los emisores, para prevenir el daño antes de que se produzca y para ello aprovechará las nuevas capacidades y herramientas supervisoras que le ofrecerá la Ley de Financiación Empresarial, en discusión actualmente en el Senado. Por ejemplo, las técnicas de mistery shopping, ya anunciadas pero que aún no han comenzado a aplicarse, serán una de esas herramientas.
Circular sobre depositarios de IIC y capital riesgo
También en el marco de la supervisión de los intermediarios financieros que contempla como punto estratégico de su plan de actividades, la CNMV contempla el desarrollo de una nueva norma sobre entidades depositarias de IIC y entidades de capital riesgo para trasponer las obligaciones establecidas por la normativa europea.
Sobre las entidades que prestan servicios de inversión, la CNMV llevará a cabo una revisión horizontal del cumplimiento de la obligación establecida por la Circular 1/2014, de contar con un procedimiento para el lanzamiento de nuevos productos financieros. La circular establece que las entidades deben evaluar los productos y su riesgo y hacerlo compatible con el perfil del inversor. La revisión pretende comprobar cómo se están cumpliendo esas obligaciones.
Sobre la circular que clasificará a los productos en función del riesgo asumido, cree que podría estar lista en el primer trimestre del año, aunque aún está pendiente su envío al Consejo de Estado.
Nuevo boletín informativo
Además de la supervisión de los intermediarios financieros que contempla como punto estratégico de su plan de actividades, el plan -que se basa en cuatro líneas estratégicas e incluye 34 objetivos- tiene otros puntos clave. Las líneas estratégicas son 4: la mejora del funcionamiento de la institución buscando flexibilidad y capacidad de adaptación al entorno con el fin de potenciar el crecimiento de los mercados de valores españoles; hacer uso de nuevas herramientas para intensificar la política de supervisión preventiva desarrollada en los últimos años y reforzar la protección del inversor; el desarrollo de nuevas competencias y áreas de supervisión; y la búsqueda de la interacción constante con el sector y los inversores para lograr una CNMV moderna y abierta, en constante actitud de escucha activa que, asimismo, participe de forma activa y eficaz en los organismos internacionales de los que forma parte, con especial atención a los europeos, según el organismo.
Además, para reforzar su política de comunicación con especial atención a los medios digitales, pondrá en marcha una newsletter digital como nuevo canal de comunicación para difundir la información destacada de la CNMV y completará la reforma de la página web de la institución. La CNMV prevé terminar también el desarrollo de su página web en inglés. En el marco de la educación financiera, la CNMV tiene previsto en 2015 elaborar un curso online para los profesores de Educación Primaria y Secundaria dentro de sus trabajos del Plan de Educación Financiera.