El escenario de tipos al alza preocupa a la CNMV, que quiere asegurar que los inversores, sobre todo minoristas, entienden los riesgos de comprar cualquier tipo de producto de renta fija, ya sea un bono, una letra del Tesoro o un fondo de inversión de renta fija. “La CNMV ha sido especialmente activa en materia de alertar sobre los riesgos específicos de comercialización de estos productos en un entorno como el actual”, ha destacado Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV, en la presentación de su plan de actividades para 2023. “Hemos sido muy claros sobre la importancia de que el cliente comprendiera que, si ha comprado un producto de deuda, éste puede afrontar pérdidas si los tipos van a alza, y si retira la inversión o vende antes del horizonte del fondo o del producto”.
De ahí que muchas de sus actuaciones más recientes, y de las futuras (como la próxima guía técnica de fondos con objetivo de rentabilidad y fondos de deuda buy&hold, que se concluirá durante el año 23 y que tiene relevancia por el tensionamiento de tipos y lo que pueda venir en el año), se hayan centrado y se vayan a centrar en estas alertas relacionadas con los riesgos de la renta fija. Buenaventura explica que, en la práctica, a la hora de registrar productos con un objetivo de rentabilidad concreto (más de 70 en 2022), ya el año pasado aplicaron criterios similares a los que ahora desarrolla la guía técnica de forma que “algunas de las advertencias y requisitos que ahora figuran ya se estaban pidiendo a las entidades, que incorporaron con buena aceptación en sus folletos en 2022. En este sentido, la guía quiere cerrar el círculo más que abrirlo”.
“Queremos mejorar las advertencias, hacerlas más claras, extenderlas y hacerlas más específicas… pero no llegamos tarde, teniendo en cuenta que ya actuamos el año pasado. Nos hemos anticipado al problema y en la verificación de registro de las entidades hemos prestado no solo atención especial a este tema, sino pedido a las entidades que introdujeran advertencias. Y hemos dado el mensaje de que era un asunto que requería atención de los comercializadores. Ahora queremos formalizar en un documento de cara a futuro todo esto”, explica, haciendo alusión a la guía técnica”.
Dicha guía es una de las medidas contempladas en su plan de actividades para este año, para supervisar a los intermediarios financieros. Otras medidas que contempla en este apartado es una iniciativa para evaluar el grado de preparación para DORA de las ESIs y las gestoras; o la agilización de los procedimientos de autorización de vehículos de capital riesgo mediante la habilitación de formularios web, que mejoran los tiempos y la calidad de la información, dice Buenaventura.
También en este apartado destaca la creación de la unidad de prevención de blanqueo de capitales o la participación de la CNMV en un ejercicio coordinado por ESMA sobre comunicaciones comerciales (“se ha detectado que en un porcentaje elevado de la comercialización inadecuada, parte del origen del problema podría estar en el propio del mensaje de las comunicaciones comerciales y por eso se hará un análisis con técnicas de mistery shoping”).
Carteras de gestión discrecional
Otro de los mensajes de la CNMV fue la preferencia por carteras de gestión discrecional con más fondos de terceros. “A veces es más complejo analizar el servicio de GDC que un fondo, pero estamos llevando a cabo actuaciones de supervisión para asegurar que la prestación del servicio se hace con las debidas garantías, con los tests que prevé la norma, que contempla la posibilidad de distribución de producto propio. Sería ideal que las carteras se compusieran de forma variada, pero la ley contempla el derecho de las entidades a incorporar cierta proporción en las carteras gestionadas”, dice el presidente.
Un entorno complejo
Buenaventura dibujó para 2023 un entorno complejo, no necesariamente un mal año pero con complejidades importantes y factores de riesgo, entre los que destacó algunos como la inestabilidad geopolítica marcada por la guerra en Ucrania, un entorno de desaceleración económica global, unas tasas de inflación elevadas (en máximos de 30 años), una normalización de la política monetaria que ha supuesto un tensionamiento de tipos de interés no visto en 15 años, la combinación de caídas en los mercado de renta variable y renta fija en 2022 y niveles de volatilidad y estrés en los mercados en niveles medios.
“Estos riesgos tienen implicaciones para la supervisión y la regulación: observamos un reajuste de las preferencias de inversión que genera un desplazamiento de grandes masas de carteras en distintos activos y eso en la inversión colectiva se traduce en la necesidad de prestar atención al riesgo de tipos de interés, liquidez y de contraparte. También esos desplazamientos pueden generar impactos en las masas patrimoniales y en el resultado de las entidades que supervisamos, por lo que habrá que poner atención en la solidez y la solvencia”, recuerda.
El presidente de la CNMV también mencionó el endurecimiento de las condiciones de financiación por parte de los prestatarios y la mayor importancia de contar con una información financiera fiable para que los inversores puedan establecer sus estrategias. Otras implicaciones, la volatilidad en las materias primas y sobre todo en energía, que “seguirá siendo un punto de atención para todos”. “Todo esto se combina con la necesidad de vigilar la inestabilidad financiera porque son factores y riesgos transversales, y afectan a las principales economías del mundo”, asegura.
Cinco líneas estratégicas
La CNMV ha definido cinco líneas estratégicas que orientarán su actuación para los ejercicios 2023 y 2024, y que en líneas generales proyectan las que se han seguido en el bienio 2021-2022. La primera, la supervisión rigurosa de los mercados de valores con especial atención a la estabilidad financiera. Reforzará sus procesos de identificación y análisis de riesgos, con el uso de nuevas herramientas para construir indicadores de riesgo sistémico en los mercados. Velará por la resiliencia y robustez de las infraestructuras de los mercados y de las entidades prestadoras de servicios de inversión. En este punto, también monitorizará potenciales riesgos en la inversión colectiva.
En segundo lugar, fortalecer el marco de protección de los inversores minoristas ante los nuevos retos con la educación financiera como medida fundamental de autoprotección de los inversores. En este contexto, supervisará que el diseño y la comercialización de productos y servicios de inversión se realicen en el mejor interés del cliente y velará por su correcta definición antes de que empiecen a comercializarse (mecanismo preventivo). Realizará revisiones horizontales tanto para verificar que las entidades cumplen con sus obligaciones como para identificar prácticas que puedan afectar a la protección de los inversores e intervenir antes de que arraiguen.
Además, se centrará en los productos y servicios que promocionen características ASG u objetivos de inversión sostenible, y en los más complejos y con impacto a largo plazo, así como en la comercialización de productos de renta fija. En esta línea, intensificará las actuaciones previstas en el marco del Plan de Acción contra el Fraude Financiero (PAFF) para proteger a los inversores contra el fraude financiero y las prácticas inadecuadas, con el foco en las advertencias sobre entidades no autorizadas (chiringuitos financieros), en la publicidad no ajustada a la legalidad -mensajes poco claros o engañosos- y en la información difundida a través de redes sociales e internet que pueda suponer recomendaciones de inversión.
La tercera línea es revitalizar los mercados de capitales para favorecer el crecimiento y la transición a una economía sostenible: implicará agilizar procedimientos de autorización de diversos tipos de entidades y aquellos dirigidos a fomentar la participación de las sociedades emisoras en el mercado. Para facilitar el flujo de inversiones hacia actividades sostenibles, se pondrá énfasis en la divulgación a los inversores de información estandarizada y comparable y se reforzará la supervisión de la información no financiera, en especial en materia de sostenibilidad. Se define como prioridad la identificación y el seguimiento de posibles prácticas de blanqueo ecológico o greenwashing y también el desarrollo de la inversión colectiva en materia sostenible.
La cuarta, monitorizar los efectos de la innovación financiera y tecnológica en los mercados de valores con la intención de evaluar el impacto de esta innovación, apoyar las oportunidades de desarrollo y mitigar los posibles riesgos. En este sentido, se centrará en dos iniciativas muy relevantes: la preparación para el reglamento MICA y DORA, dos piezas centrales que suponen mayor transformación de competencias de la CNMV en próximos años. También tiene previsto impulsar la transformación digital de la institución para mejorar sus capacidades supervisoras y aumentar su eficacia y eficiencia.
Por último, pretende crear un supervisor más accesible y conectado con la sociedad: “La CNMV considera necesario potenciar la comunicación institucional y reforzar su compromiso social. Tiene previsto hacer más accesible la información que genera y crear nuevas vías de comunicación en redes sociales con mensajes más comprensibles y útiles”.
Plan de actividades
El plan de actividades contempla 48 objetivos verificables, a parte de la actividad ordinaria. En cuatro fases: la supervisión de intermediarios, las mejoras en el funcionamiento de la CNMV, la supervisión de los mercados, y relación con inversores.
La supervisión de los intermediarios financieros potenciará su actuación en 2023 con seis revisiones horizontales entre las que destaca el cumplimiento de las obligaciones de las comunicaciones comerciales y la publicidad, en una iniciativa coordinada por ESMA, que se complementará con una actuación de cliente simulado o mystery shopping sobre estas cuestiones enfocada a canales online, incluyendo la actividad de las entidades que operan en España en libre prestación de servicios. También se revisará el cumplimiento de la normativa sobre sostenibilidad, sobre mejor ejecución, la liquidez de las IICs y la información contenida en el documento de Datos Fundamentales para el Inversor (DFI). Se evaluará el grado de preparación para DORA de las ESIs y gestoras y se publicará la Guía Técnica sobre refuerzo de la transparencia de las IICs con objetivo concreto de rentabilidad y de renta fija con estrategia de “comprar y mantener”, actualmente en fase de consulta pública. También se llevará a cabo un análisis comparado de la metodología y transparencia del Ibex 35. Además, se creará una Unidad de Prevención de Blanqueo de Capitales y se agilizarán los trámites para entidades de capital riesgo, gestoras y empresas de servicios de inversión (ESI).
En el bloque de mejor funcionamiento de la CNMV, destaca el proyecto de análisis crítico y comparado de la actividad sancionadora de la CNMV, además de iniciativas de impulso en la ejecución del Plan estratégico de transformación digital de la institución, así como otras medidas que afectan al personal. En el área de supervisión de mercados están previstas iniciativas para asegurar que la información financiera de las empresas emisoras sea fiable como la revisión de los desgloses contables sobre las incertidumbres a las que se exponen y el adecuado reflejo de la inflación y la subida de los tipos de interés en sus test de deterioro de activos, entre otras. También está previsto el seguimiento y diálogo continuo con las entidades cotizadas en relación con los desgloses relativos a la información sobre sostenibilidad, así como la actualización de la Guía Técnica sobre comisiones de auditoría. Se incluyen además objetivos relacionados con la supervisión y resolución de las entidades de contrapartida central y la compensación y liquidación de valores.
El área de relaciones con inversores y otras partes interesadas contempla numerosas iniciativas para 2023 como la mejora del sistema de advertencias de entidades no autorizadas, una campaña de divulgación para la prevención del fraude, la creación de un comité asesor de economistas financieros en al ámbito de los mercados de valores, la celebración del Joint ESAs Consumer Protection Day en España (el día del consumidor financiero) y nueva estrategia de comunicación de la CNMV en las redes sociales. Se desarrollará también un programa de educación financiera sobre la naturaleza y riesgos de los criptoactivos.
Greenwashing
La CNMV quiere impulsar el diálogo y la formación en materia de finanzas sostenibles, con énfasis en el riesgo de greenwashing y desarrollará actuaciones complementarias a las actividades de supervisión en este sentido. También se contempla la creación de un comité asesor de economistas financieros en el ámbito de los mercados de valores.
En inversión colectiva y ESG, la idea es vigilar la correspondencia de las carteras de inversión con la información que dan, establecimiento procedimientos para revisar tanto la adecuación de los emisores como de los fondos con la información que dan a los inversores, y participando en ejercicios a nivel europeo, “con comprobaciones simultáneas y coordinadas sobre la correspondencia entre cómo se denominan los productos y lo que contienen, y la información que ofrecen al inversor. Y en los emisores, cómo publican sus informaciones relacionadas con la taxonomía y otros reportes. Estamos siendo muy activos pero no creo que haya situación diferencial en España con respecto a Europa”, matiza Buenaventura.