La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) acaba de publicar los resultados de la revisión de la primera fase de implementación de la normativa de sostenibilidad en las Instituciones de Inversión Colectiva (ICC). Este trabajo se produce en el marco del Plan de Actividades del organismo de 2022, en el que se incluía, concretamente, el “seguimiento de la implementación de la normativa ASG: transparencia y políticas de inversión de las IIC”. El objetivo de este trabajo es conocer el grado de adaptación de la industria de fondos de inversión española a la normativa, así como transmitir a las firmas “las pautas oportunas”.
En relación a los fondos clasificados bajo el Artículo 8 de la normativa SFDR, el organismo observa que, en general, “las características ASG promovidas, así como los criterios valorativos para la selección de inversiones, están descritos de manera demasiado genérica y poco precisa, salvo en aquellos fondos considerados temáticos, donde sí se percibe mayor concreción respecto a los sectores y actividades económicas en las que se invierte”. En este contexto, el organismo considera deseable “por parte de las gestoras, un mayor nivel de precisión, claridad y concreción de las características ASG que promoverá el fondo”. Esta exigencia responde a que la CNMV considera “relevante” poder medir la consecución de dichos objetivos.
Por lo que se refiere a la selección de inversiones bajo este artículo, la CNMV constata que “en general, se suelen aplicar políticas de exclusión, con el objetivo de eliminar o reducir el universo de inversión” de uno o más sectores controvertidos como pueden ser el tabaco, las armas, el alcohol, el juego. Es más, esta selección de inversiones, en numerosas ocasiones, se complementa con exclusiones de sectores relacionados con los combustibles fósiles que pueden afectar negativamente al medioambiente.
Respecto al análisis de los fondos bajo el Artículo 9 del SFDR, el análisis de la CNMV muestra que el 86% de los fondos españoles registrados bajo este epígrafe establecían los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS) como criterio de selección de inversiones y solo un 25% seleccionaba los ODS concretos en los que desean impactar positivamente, refiriéndose el resto de fondos a los 17 ODS de manera genérica.
En este sentido, el regulador señala que “sería deseable un mayor nivel de concreción que identificara los ODS y las metas de estos más relevantes en los que se desee impactar”. Propone que esta concreción esté también presente en los indicadores o métricas sobre la consecución de los ODS, lo cual sería útil a la hora de seleccionar las inversiones.
Una de las conclusiones más claras es que, actualmente, continúa siendo mayoritaria la utilización de los ODS como criterio de selección de inversiones. De todas formas, ha detectado que, del total de 18 fondos españoles del artículo 9 registrados, el 5% incluyen exclusivamente objetivos medioambientales y climáticos, el 17% sólo sociales y el 78% una combinación de ambos. “El progresivo aumento de la información de las empresas sobre el porcentaje de alineamiento de sus actividades con la taxonomía y los diferentes indicadores climáticos y medioambientales podría favorecer un cambio en la oferta de fondos”, argumentan desde la CNMV.
Transparencia: web e informe anual
Otro de los ámbitos analizados por la CNMV ha sido el de la transparencia, aplicada tanto a la web de las gestoras como a su informe anual. Sobre el primero de ellos, el que concierne a la web, su conclusión es clara: la información publicada en la web es mejorable, dado que solo un 30% de las gestoras incluía toda la información. “En la mayoría de las gestoras con incidencias, faltaba información sobre la metodología utilizada y los proveedores de datos y, en ocasiones, no facilitaban información sobre las características medioambientales y sociales, así como sobre los criterios de selección de inversiones, si bien éstos dos últimos aspectos se encuentran en el folleto publicado en la web de la gestora”, advierte.
Para mejorar esta situación, la CNMV recuerda a las entidades que se deben publicar de manera separada todos los apartados de la web que recoge el Reglamento delegado, incluso las eventuales duplicidades con el Anexo del folleto. Y recomienda identificar a los proveedores en los supuestos en que la gestora utilice de forma relevante las métricas, puntuaciones, scores o ratings ofrecidas por un determinado proveedor de datos. “Asimismo, las gestoras que empleen metodologías propias para evaluar y medir las características medioambientales y sociales promovidas o los objetivos de inversión sostenibles deberán detallar los aspectos fundamentales de dichas metodologías”, añade.
Respecto a la transparencia en el informe anual, la CNMV ha querido recordar que con la entrada en vigor el pasado enero del Reglamento delegado de SFDR, la información sobre sostenibilidad referida al ejercicio 2022, que se publicará en abril de 2023, pasa a ser más detallada, debiendo facilitarse en el Anexo de sostenibilidad al informe anual (anexo que acompañará a las cuentas anuales, sin formar parte del informe de gestión) de acuerdo con la plantilla que figura en dicho Reglamento. En este sentido, ha remitido a las gestoras un escrito para comunicarles el especial interés del supervisor en relación a determinados aspectos del Anexo de sostenibilidad del informe anual.
Tras analizar la consistencia de las carteras con la información incluida en el folleto y la web, la CNMV reconoce que no se detectaron inconsistencias relevante, “por lo que puede concluirse que la parte de la cartera que promueve características ASG o que realiza inversiones sostenibles cumple los criterios e indicadores de sostenibilidad previstos en el folleto y la web”.
Próximas actuaciones
Tras este análisis, la CNMV seguirá trabajando con el objetivo de facilitar el papel del mercado de valores en la transición hacia una economía más sostenible. En concreto, la CNMV participará en el diseño y realización de la Acción Supervisora Común (Common Supervisory Action) de ESMA sobre sostenibilidad en UCITS y FIAs, tal y como figura en el Plan de Actividades para 2023. Esto supondrá investigar cómo las gestoras cumplen con el SFDR y su reglamento delegado, así como con las modificaciones de los niveles 2 de UCITS y AIFMD en relación con la integración de los riesgos de sostenibilidad. “También se tomará en consideración el Supervisory briefing sobre sostenibilidad de ESMA de mayo de 2022. Se espera que la metodología del CSA se apruebe en ESMA en el primer semestre de 2023 y realizar el trabajo de campo desde el tercer trimestre de 2023 hasta el tercer trimestre de 2024”, añaden.
Por último, se espera para finales del próximo año la aprobación del informe final por parte de ESMA. Por tanto, con esta participación en el CSA a nivel europeo, la CNMV continuará desarrollando labores de supervisión en relación con la implementación de la normativa de sostenibilidad, lo que se complementará con los análisis domésticos puntuales que procedan