Las nuevas directrices de ESMA –la Autoridad Europea de Valores y Mercados- para la evaluación de los conocimientos y competencias de los profesionales financieros serán de aplicación en España. Algo que ha confirmado recientemente la CNMV.
ESMA publicó el pasado 22 de marzo las directrices para la evaluación de los conocimientos y competencias de los profesionales financieros, en desarrollo del contenido del artículo 25.1 de la Directiva MiFID II. Ahora, la autoridad española ha notificado a la europea su intención de cumplir con las directrices y de debatir con el sector las implicaciones de estas medidas.
“La comunicación de fecha 23 de mayo de 2016 confirma que la CNMV adaptará su actuación a las directrices. Si bien, dicha autoridad considera necesario debatir con el sector afectado las posibles alternativas para implementarlas. Además hay que tener en cuenta que las directrices son un documento de base, pudiendo la CNMV incrementar los niveles de conocimientos y competencias exigidos a los distintos profesionales”, explica Ana García Rodríguez, directora del área de derecho regulatorio del Departamento bancario y financiero en la oficina de Madrid de Baker& McKenzie.
Las directrices se aplicarán a empresas de servicios de inversión; entidades de crédito, cuando ofrezcan servicios de inversión (ambas al vender o asesorar a clientes sobre depósitos estructurados); también a sociedades gestoras de UCITS y GFIAs externos, cuando presten los servicios de inversión de gestión individual de cartera o servicios básicos y solo en relación con la prestación de dichos servicios.
“Su finalidad es reforzar el nivel de protección de los inversores, mediante el establecimiento de criterios para evaluar los conocimientos y competencias de los profesionales financieros de las sociedades mencionadas, al prestar el servicio de asesoramiento en materia de inversión o al proporcionar a los clientes información sobre instrumentos financieros, depósitos estructurados, servicios de inversión o servicios auxiliares. Todo, exigiéndose una mayor cualificación a los profesionales que asesoren en relación con inversiones, respecto de los que se limiten a ofrecer información”, explica la experta.
Además de los criterios de evaluación, según analiza García, ESMA incluye una serie de requisitos organizativos, entre los que destacan la obligatoriedad de la evaluación periódica del personal, que, a su vez, deberá recibir una formación continua; asimismo se establece la prohibición de prestar los servicios mencionados a aquellos profesionales cuya evaluación determine que no poseen los conocimientos suficientes.
Las citadas directrices serán aplicables a partir del 3 de enero de 2017, si bien es necesario tener en cuenta la propuesta de la Comisión Europea de retrasar la fecha de aplicaciónde la Directiva MiFID II hasta el 3 de enero de 2018, fecha que la CNMV parece tener en cuenta, puesto que es la incluida en su comunicación a ESMA.
El despacho de abogados recoge en este link las citadas directrices, y, con el fin de facilitar su implementación en la práctica, se incluye un listado ilustrativo de la aplicación de determinados aspectos de las mismas.