Está siendo un cambio progresivo, que en algunos casos se detectó hace tan solo unos días, en otro hace unas semanas: los bancos estadounidenses están exigiendo a los clientes extranjeros, y particularmente a los argentinos, su identificación fiscal, confirmaron fuentes de la industria financiera en Montevideo.
El nuevo formulario W-8BEN, que se pide a personas y entidades que realizan pagos a no residentes, requiere la introducción de los datos fiscales del beneficiario, además de la información de identificación que se venía pidiendo tradicionalmente.
Un asesor financiero basado en Montevideo confirmó a Funds Society que hasta hace poco los propietarios de cuentas en Estados Unidos dejaban sin llenar esa parte del formulario W-8BEN, pero que recientemente, los bancos han empezado a solicitarlo.
Sentando las bases
“La medida no tiene ninguna consecuencia inmediata porque Estados Unidos tiene pocos acuerdos de intercambio de información tributaria firmados, y ninguno en la región. Pero está claro que se están preparando y están creando una base de datos inmensa que pueden utilizar en cualquier momento”, añadió la misma fuente.
La medida afecta a todo extranjero con una cuenta en Estados Unidos y no solo a aquellos que decidan abrir una cuenta ahora.
En el caso de los argentinos, se está exigiendo el llamado número de CUIT (Clave Unica de Identificación Tributaria).
Presiones internacionales
Andrés Bagnasco, director del Certificado de Asesoría de Inversiones de la Universidad Católica, considera que este cambio está relacionado con el aumento de las presiones internacionales hacia Estados Unidos para que comparta información tributaria.
“En muchos países del mundo, la evasión fiscal es un delito de precedencia del lavado de activos. Y Estados Unidos, aunque no está sujeto a los acuerdos internacionales de intercambio de información tributaria, sí es miembro de los tratados contra el lavado de activos”, explicó Bagnasco.
Argentina es uno de los países que consideran que la evasión fiscal es un precedente de lavado de activos y, en ese marco, Estados Unidos debe prevenir cualquier conflicto y conocer la situación tributaria de los clientes extranjeros de sus bancos.