Según EFPA España, es necesario simplificar las directrices para considerar las preferencias de sostenibilidad de los clientes de cara a la inminente entrada en vigor de la modificación de la normativa MiFID II, que obliga a las entidades a considerar las preferencias de sostenibilidad de los clientes, a partir de mañana 2 de agosto.
Según ha recordado, en cumplimiento de esta normativa, las entidades y asesores financieros deberán integrar las preferencias de sostenibilidad de sus clientes en el proceso de evaluación de la idoneidad, cuando presten servicios de asesoramiento o de gestión discrecional de carteras.
Desde EFPA alertan que se trata de una normativa de enorme complejidad técnica y de implementación, cuya entrada en vigor llega antes de la entrada en vigor de las necesarias normas técnicas regulatorias (RTS) del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR), tal y como la propia asociación denunció en una carta a la Comisión Europea en diciembre de 2021. «La normativa también adolece de una falta de concreción que requiere de unas directrices en las que ESMA sigue trabajando», advierten.
La aprobación de estas directrices está prevista para el tercer trimestre del año y su entrada en vigor podría producirse seis meses después de su traducción a todas las lenguas oficiales, tras lo cual CNMV las incorporará a sus procesos de supervisión. Sin embargo, destacan que, a partir del 2 de agosto, las entidades deberán tener adaptados sus propios sistemas y procesos para realizar las preguntas pertinentes a sus clientes e identificar sus preferencias en relación con la sostenibilidad, y explicar en un lenguaje sencillo y comprensible los aspectos sobre los cuáles se recaban sus preferencias.
En este escenario, EFPA España ha realiza algunas consideraciones de cara a la implementación de la nueva norma incorporada a MiFID II. En primer lugar, han querido destacar que «se trata de una norma enormemente relevante para los inversores, los asesores financieros y para las entidades, al incorporar criterios y preferencias de sostenibilidad e integrarlas en la evaluación de la idoneidad del inversor».
Según recuerdan, las preferencias de sostenibilidad deberán expresarse por parte de los clientes para integrar o no en su cartera de inversión activos o instrumentos que cumplan uno o varios de estos criterios: que una proporción mínima se invierta en inversiones medioambientalmente sostenibles según el Reglamento de Taxonomía; que una proporción mínima se invierta en inversiones sostenibles definidas, según el Reglamento de Divulgación (SFDR por sus siglas en inglés); o que tome en consideración las principales incidencias adversas en los factores de sostenibilidad, siendo el cliente quien determine los elementos cualitativos o cuantitativos que demuestren esa consideración.
«Esta normativa se pone en marcha antes de la entrada en vigor de los criterios técnicos y sin directrices definitivas para su correcta aplicación. En este sentido, cabe destacar que la CNMV también ha dado a entender la comprensión ante la puesta en marcha sin las directrices, por lo que conviene seguir colaborando para una óptima evolución del proceso», añaden.
En su opinión, para lograr una efectiva aplicación de la obligación para los asesores de evaluar las preferencias de sostenibilidad, las directrices definitivas deberán contribuir a la aplicación simplificada y estandarizada de los criterios técnicos. «A su vez, los profesionales del asesoramiento tendrán que completar sus conocimientos en sostenibilidad a través de programas de formación continua y la obtención de certificados, como los que ofrece EFPA», matizan.
Por otro lado, EFPA España considera que existe un déficit de cultura y educación financiera en España, especialmente en temas relacionados con ESG y sostenibilidad, que resultan esenciales para trasladar sus preferencias de sostenibilidad en pos de la lucha contra el cambio climático, la descarbonización y la biodiversidad. Según indican, en este escenario, seguirán participando en programas de educación financiera que incluyan también formación en ESG.
«EFPA España seguirá dando apoyo a los profesionales, tanto en la implementación actual y futura de la norma sobre preferencias de sostenibilidad, como en la actualización permanente de conocimientos y competencias que sin duda van a ser más necesarios, y se ha puesto a disposición de sus asociados para favorecer el mejor cumplimiento de sus obligaciones», concluyen.