La asociación europea de la gestión de activos, Efama, ha lanzado varios mensajes dirigidos a la Comisión Europea sobre MiFID II y MIFIR, en un momento en el que se está revisando la normativa. En términos generales, la asociación considera que el marco regulatorio que se ha aprobado funciona correctamente, pero ve necesario revisar algunos aspectos relacionados, por ejemplo, con la protección del inversor. En este punto, destaca seis ideas.
Según explica en un comunicado, ve “necesidad” en revisar los textos de Nivel 1 respecto a “los inversores semiprofesionales” y “a las exclusiones voluntarias de los inversores profesionales para ciertos requisitos.
Así, la primera de esas ideas relacionadas con el inversor es contar con mayor flexibilidad. La organización considera que “se debe proporcionar más flexibilidad a los inversores profesionales y a las contrapartes elegibles”. Defiende que a este tipo de inversores se les debería permitir que no cumplieran con muchos requisitos de divulgación de costes y protección a los inversores.
En segundo lugar, si bien están de acuerdo con el concepto de «clientes semiprofesionales», no cree necesaria la creación de una nueva categoría. “La creación de una cuarta categoría de clientes requeriría un gran número de cambios en todo el marco de la normativa MiFID II y supondría unos costes muy elevados para la industria financiera”, explica. A cambio propone solventar el tema a través de dos mecanismos: la calibración de las condiciones previas para permitir que este tipo de clientes institucionales puedan optar a la adhesión en determinadas condiciones y el establecimiento de un régimen más flexible para los inversores profesionales.
Su tercera propuesta es suprimir la «alerta de depreciación del 10%», ya que, en su opinión, fomenta el comportamiento a corto plazo. “No aporta nada para este tipo de clientes y aumenta los costes operacionales para cumplir con este requisito”, argumenta.
En cuarto lugar también propone que los fondos alternativos dirigidos a inversores retail automáticamente se consideren instrumentos financieros no complejos, pudiéndose vender bajo el marco “execution-only”.
En contra de prohibir totalmente los incentivos
En quinto lugar, Efama se muestra en contra de una prohibición total de los incentivos, respondiendo así al regulador de los mercados europeos, ESMA, que recientemente remitió a la Comisión Europea un informe en el que se mostraba partidaria de valorar los potenciales efectos de una prohibición total de percibir incentivos, una vez analizado los modelos implantados en los Países Bajos y Reino Unido. “Este análisis se debería realizar no solo sobre productos MiFID sino sobre todo tipo de inversiones destinadas a clientes minoristas”, subrayaban desde la ESMA.
Para Efama, “si bien el acceso al asesoramiento independiente en materia de inversiones es importante, hay que tener en cuenta que el asesoramiento no independiente es la forma de distribución predominante en toda Europa. La prohibición de los incentivos tendría consecuencias sustanciales y de gran alcance en términos de acceso al asesoramiento financiero para todos los ciudadanos europeos”, advierte.
Por último, defiende que el análisis esponsorizado por el emisor debería calificarse como un “beneficio no monetario menor y aceptable” y, por lo tanto, mantenerse fuera del régimen de incentivos.
Actualización anual de los documentos de preguntas y respuestas
Efama también advierte de que las continuas actualizaciones del documento de Preguntas y Respuestas (P&Q) de ESMA son “una carga para la industria financiera en general”. En este sentido señala que cada nueva actualización y aclaración pueda dar lugar a cambios en los sistemas ya implementados para los agentes del sector, además de ser “intensivos en tiempo y recursos”.
La propuesta de Efama es que estas actualizaciones se realicen de forma temática y una vez al año, o al menos con tiempo suficiente para que la industria pueda implementar estos cambios.
Mercado e infraestructuras
Efama considera que otra esfera de mejora es la que afecta a la calidad de los datos y su coste. Ante las carencias de MiFID II, sugiere que la Comisión Europea establezca una proceso de grabación (CT) para todos los instrumentos financieros, lo cual aportaría transparencia al mercado.
También pide que se eliminen “por completo” tanto la obligación de negociación de acciones (STO) como las obligaciones de negociación de derivados (DTO). “Si no es posible, por lo menos la STO debería imponerse estrictamente a los valores de la Unión Europea y la DTO debería basarse estrictamente en la aplicación de la obligación de compensación, tal como se define en el EMIR Refit”, argumenta.
Por último, la organización reclama que las divisas queden excluidas de la lista de instrumentos financieros. Según argumenta, este ámbito debe ser abordado por la Directiva sobre Servicios de Pago y la Directiva contra el Blanqueo de Capitales existentes.