Una de las grandes reclamaciones de la industria europea de inversión respecto a la legislación sobre la ISR es que, además de avanzar en temas propios de su negocio, es necesario ahondar en todo aquello que afecta a la información sobre sostenibilidad que tienen que publicar las empresas públicas y privadas en las que se invierte.
En este sentido, la Unión Europea sigue siendo la región que lidera la creación de un marco normativo para la inversión sostenible bajo un foco transversal. Muestra de ello es que, siguiendo los pasos del Parlamento Europeo a finales de 2022, el Consejo de la UE finalizó el proceso legislativo con la adopción de la Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), una medida que es muy bien recibida por la Asociación Europea de Fondos y Gestión de Activos (Efama).
Según destacan desde la organización, esto se produce días después de que el primer conjunto de Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad (ESRS), que dan vida al principio de doble materialidad establecido por la CSRD, fueran finalizadas por el EFRAG y presentadas a la Comisión Europea para su adopción.
En este sentido, explican que la obligatoriedad de las normas europeas de información sobre sostenibilidad es crucial, ya que la insuficiente disponibilidad de datos ESG es un impedimento clave para aprovechar todo el potencial del marco regulador de las finanzas sostenibles de la UE. “Como preparadores de información en virtud del Reglamento de Divulgación de Información sobre Finanzas Sostenibles (SFDR), los gestores de activos se beneficiarán sin duda en gran medida de las métricas ESG pertinentes, comparables, fiables y públicas de las actividades y los riesgos financieros de las empresas”, afirman desde Efama.
Sin embargo, advierten de que los primeros informes corporativos disponibles no llegarán a partir de 2025 y el alcance completo para todas las empresas aplicables solo estará en vigor a partir de 2028. Por lo tanto, Efama denuncia que, mientras tanto, la falta crónica de datos corporativos sobre ESG seguirá siendo un problema que generará incertidumbre en el ámbito de la inversión sostenible.
“El CSRD es, sin duda, una pieza crucial del rompecabezas que permitirá a los gestores de activos seguir promoviendo la inversión sostenible y cumplir con mayor precisión sus requisitos reglamentarios. Elogiamos a la Comisión Europea por su propuesta original y a los colegisladores por dar prioridad a este expediente. Sin embargo, dado que la disponibilidad de estos informes corporativos se escalona entre 2025 y 2029, nuestro sector tendrá que recoger las piezas de los datos ESG mientras tanto”, comenta Tanguy van de Werve, director general de Efama.